DICCIONARIO MÉDICO

Cicatrización por segunda intencion

Qué es la cicatrización por segunda intención

La cicatrización por segunda intención es un proceso de curación de heridas en el que no se realiza cierre directo de los bordes, sino que la herida se deja abierta para que cierre gradualmente desde el fondo hacia la superficie mediante formación de tejido de granulación, contracción y reepitelización espontánea.

Este tipo de cicatrización es más lento y conlleva un riesgo mayor de infección, retracción cicatricial y cicatrices visibles. Suele indicarse cuando la herida presenta infección, pérdida extensa de tejido, bordes irregulares o cuando no es posible realizar una sutura primaria segura.

Fases del proceso de cicatrización por segunda intención

Aunque las fases son similares a las de la cicatrización por primera intención, en este caso adquieren mayor duración e intensidad:

  1. Fase inflamatoria: se produce una respuesta intensa con infiltrado de neutrófilos, macrófagos y liberación de citoquinas.
  2. Fase de granulación: proliferación de fibroblastos, angiogénesis activa y formación de una matriz extracelular temporal que llena progresivamente la herida.
  3. Contracción: los miofibroblastos reducen el tamaño de la herida tirando de los bordes hacia el centro.
  4. Reepitelización: las células epiteliales migran desde los bordes hasta cubrir el lecho completamente.
  5. Remodelación: reorganización del colágeno (tipo III por tipo I), disminución de la vascularización y estabilización de la cicatriz.

Cuándo se utiliza la cicatrización por segunda intención

  • Heridas contaminadas o infectadas
  • Úlceras por presión o de origen vascular
  • Pérdidas extensas de tejido (trauma, quemaduras)
  • Heridas con bordes irregulares o no viables
  • Zonas con mala perfusión o alto riesgo de necrosis

Ventajas e inconvenientes

Ventajas

  • Permite drenaje espontáneo de secreciones
  • Reduce riesgo de abscesos en heridas infectadas
  • Evita tensión excesiva en heridas con gran pérdida tisular

Inconvenientes

  • Proceso más lento y prolongado
  • Mayor riesgo de infección secundaria
  • Cicatrices más gruesas, irregulares y visibles
  • Requiere controles frecuentes y curas avanzadas

Cuidados locales en la cicatrización por segunda intención

El tratamiento adecuado es fundamental para favorecer una evolución favorable:

  • Desbridamiento periódico del tejido necrótico o desvitalizado
  • Aplicación de apósitos avanzados (espumas, hidrogeles, hidrocoloides)
  • Uso de soluciones antisépticas no citotóxicas
  • Terapias complementarias como presión negativa o oxigenoterapia

Factores que afectan negativamente la cicatrización

  • Diabetes mellitus mal controlada
  • Insuficiencia venosa o arterial
  • Malnutrición
  • Tabaquismo
  • Inmunosupresión

Complicaciones frecuentes

  • Infección local o sobreinfección de la herida
  • Retracción cicatricial que limita la movilidad
  • Fístulas o abscesos en heridas profundas
  • Ulceraciones crónicas por cierre incompleto o recidiva

Cuándo acudir al médico

  • Presencia de mal olor, exudado purulento o dolor intenso
  • Estancamiento del proceso de cicatrización tras varias semanas
  • Fiebre u otros signos de infección sistémica
  • Cambios en el aspecto del lecho de la herida (necrosis, hemorragia)

Preguntas frecuentes sobre la cicatrización por segunda intención

¿Cuánto tarda una herida en cerrar por segunda intención?

Varía según el tamaño, profundidad y localización. Puede requerir desde semanas hasta varios meses.

¿Se puede acelerar el proceso?

Sí, mediante curas avanzadas, nutrición adecuada y tratamientos como terapia de presión negativa.

¿Este tipo de cicatrización deja cicatrices más visibles?

Generalmente sí. La regeneración espontánea del tejido conlleva mayor fibrosis y cicatrices menos estéticas.

¿Es necesario desbridar siempre?

Sí, cuando hay tejido necrótico o esfacelo. El desbridamiento permite que el tejido sano prolifere de forma eficaz.

¿Puede cerrarse quirúrgicamente una herida tras cicatrizar parcialmente?

En algunos casos, sí. Se puede planificar un cierre diferido o injerto cuando el lecho está limpio y bien vascularizado.

© Clínica Universidad de Navarra 2025