DICCIONARIO MÉDICO
Atresia
La atresia es un término médico que describe la ausencia o cierre congénito o adquirido de un orificio o canal del cuerpo que normalmente debería estar abierto. Esta alteración impide el paso de fluidos o contenidos a través del órgano afectado, lo que provoca complicaciones potencialmente graves. Las atresias pueden presentarse en diferentes estructuras anatómicas, como el tubo digestivo, el aparato biliar, el sistema urinario o el sistema reproductor, y su tratamiento suele requerir una intervención quirúrgica. La atresia es una anomalía que puede estar presente al nacer (atresia congénita) o desarrollarse más adelante (atresia adquirida). Dependiendo de la localización y del momento de aparición, puede manifestarse con síntomas variados y requerir una actuación urgente, especialmente en el periodo neonatal. Existen múltiples formas de atresia, clasificadas en función del órgano o sistema afectado. Algunas de las más comunes son: Consiste en la interrupción del esófago, que impide que el alimento pase de la boca al estómago. En la mayoría de los casos se asocia con una fístula traqueoesofágica, lo que implica comunicación anómala entre el esófago y la tráquea. Es una urgencia neonatal que requiere corrección quirúrgica inmediata. Se trata de la obstrucción o falta de desarrollo de los conductos biliares, impidiendo el flujo de bilis desde el hígado hacia el intestino. Produce ictericia progresiva y daño hepático. El tratamiento incluye cirugía (operación de Kasai) y, en casos avanzados, trasplante hepático. Implica la ausencia de orificio anal o una malformación del recto que impide la evacuación. Es diagnosticada al nacimiento y suele formar parte de síndromes congénitos más amplios. Requiere cirugía para crear o reconstruir el canal anorectal. Afecta a uno o varios segmentos del intestino delgado o grueso. Puede producirse en el duodeno, yeyuno o íleon, y ocasiona obstrucción intestinal en los primeros días de vida. Se manifiesta con vómitos biliosos, distensión abdominal y ausencia de deposiciones. Es una cardiopatía congénita en la que no se desarrolla la válvula pulmonar, impidiendo el flujo sanguíneo del corazón a los pulmones. Requiere cirugía cardíaca correctiva o colocación de conductos artificiales. Consiste en el cierre o ausencia del canal vaginal. En adolescentes puede detectarse por amenorrea primaria (falta de menstruación) o dolor abdominal cíclico. El tratamiento es quirúrgico, y puede incluir reconstrucción vaginal. Las atresias congénitas se originan durante el desarrollo embrionario, como resultado de alteraciones en la formación y canalización de los órganos. Entre los factores implicados se encuentran: Las atresias adquiridas son menos frecuentes y pueden deberse a: Los síntomas de la atresia dependen de la localización anatómica y de si la obstrucción es total o parcial. En general, puede observarse: En todos los casos, se requiere evaluación médica urgente para establecer el diagnóstico y planificar el tratamiento. El diagnóstico de la atresia suele realizarse en la etapa neonatal o prenatal mediante ecografías de control. En otros casos, se sospecha por síntomas en la infancia o adolescencia. Las herramientas diagnósticas incluyen: El tratamiento principal de la atresia es quirúrgico. La intervención consiste en restaurar la continuidad anatómica del órgano afectado. Las estrategias varían en función de la localización y la gravedad: La cirugía debe ir acompañada de cuidados intensivos neonatales, soporte nutricional y seguimiento multidisciplinar. El pronóstico de la atresia depende del tipo, la localización, el momento del diagnóstico y la presencia de otras anomalías congénitas asociadas. La detección temprana y una intervención quirúrgica adecuada permiten una mejoría significativa en la calidad y esperanza de vida. No obstante, algunas formas complejas pueden requerir intervenciones sucesivas o tratamientos de por vida. Debe consultarse inmediatamente al médico ante cualquiera de los siguientes signos: El manejo postoperatorio de las atresias incluye seguimiento especializado y medidas preventivas, como: No siempre. Aunque muchas atresias pueden identificarse mediante ecografías prenatales, otras se diagnostican tras el nacimiento o incluso en la infancia. La sospecha se basa en síntomas clínicos característicos. En la mayoría de los casos, no. Algunas atresias pueden formar parte de síndromes genéticos hereditarios, pero muchas son eventos esporádicos sin antecedentes familiares. Sí, muchas personas llevan una vida plena y activa tras una corrección quirúrgica exitosa. En algunos casos pueden requerirse seguimientos médicos regulares o cuidados específicos a largo plazo. No existe una prevención específica, pero llevar un control prenatal adecuado y evitar factores de riesgo durante el embarazo puede reducir la probabilidad de malformaciones. La atresia implica el cierre completo de un conducto, mientras que la estenosis es un estrechamiento parcial que permite cierto paso. Ambas pueden causar síntomas similares, pero requieren abordajes quirúrgicos diferentes. © Clínica Universidad de Navarra 2025Qué es la atresia
Tipos de atresia según la localización anatómica
Atresia esofágica
Atresia biliar
Atresia anal o rectal
Atresia intestinal
Atresia pulmonar
Atresia vaginal
Causas de la atresia
Síntomas y manifestaciones clínicas
Diagnóstico
Tratamiento
Pronóstico
Cuándo acudir al médico
Precauciones y cuidados tras el tratamiento
Preguntas frecuentes sobre la atresia
¿La atresia siempre se detecta durante el embarazo?
¿Es hereditaria la atresia?
¿Puede una persona vivir normalmente después de una cirugía por atresia?
¿Se pueden prevenir las atresias congénitas?
¿Qué diferencia hay entre atresia y estenosis?