DICCIONARIO MÉDICO

Ascitis

Qué es la ascitis

La ascitis es la acumulación anormal de líquido en la cavidad peritoneal, es decir, en el espacio que rodea a los órganos del abdomen. En condiciones normales, este espacio contiene una pequeña cantidad de líquido lubricante que permite el movimiento de las vísceras sin fricción. Cuando este equilibrio se rompe, ya sea por una enfermedad hepática, cardíaca, renal o por ciertos tipos de cáncer, el líquido se acumula y puede generar molestias abdominales, distensión e incluso dificultad respiratoria.

La ascitis no es una enfermedad por sí misma, sino un síntoma o manifestación clínica de una alteración subyacente, que requiere una valoración médica precisa para identificar su causa y establecer el tratamiento adecuado. En la mayoría de los casos, especialmente en adultos, la causa más frecuente es la cirrosis hepática, aunque también puede estar asociada a procesos oncológicos, infecciones o enfermedades del corazón.

Fisiopatología de la ascitis

El desarrollo de ascitis implica alteraciones en varios sistemas fisiológicos, especialmente en pacientes con enfermedad hepática crónica. El principal mecanismo está relacionado con el aumento de la presión en las venas del sistema portal (hipertensión portal), que impide un adecuado retorno venoso desde los órganos digestivos hacia el hígado.

Además de la hipertensión portal, intervienen otros factores:

  • Retención de sodio y agua por parte del riñón, estimulada por mecanismos neurohormonales como la activación del sistema renina-angiotensina-aldosterona.
  • Disminución de albúmina en sangre, lo que reduce la presión oncótica plasmática y favorece el paso de líquido hacia el espacio peritoneal.
  • Alteración del endotelio capilar y aumento de la permeabilidad vascular en algunos casos (infecciones, carcinomatosis).

Causas frecuentes de ascitis

Las causas de ascitis son múltiples y varían según la edad, antecedentes médicos y otras manifestaciones clínicas. Entre las más comunes destacan:

  • Cirrosis hepática: responsable de más del 75% de los casos. Suele estar asociada a consumo crónico de alcohol, hepatitis B o C, esteatohepatitis no alcohólica (EHNA), entre otras.
  • Cáncer peritoneal o metástasis abdominales (carcinomatosis peritoneal): frecuentemente procedentes de ovario, colon, estómago o páncreas.
  • Insuficiencia cardíaca congestiva: genera aumento de la presión venosa sistémica que favorece la acumulación de líquido.
  • Infecciones: como la tuberculosis peritoneal, más común en países con alta prevalencia.
  • Síndrome nefrótico: debido a pérdida excesiva de proteínas por la orina y disminución de la presión oncótica.

Síntomas y signos de ascitis

Los síntomas varían en función del volumen de líquido acumulado y de la causa subyacente. En fases iniciales, puede pasar desapercibida. Cuando la cantidad de líquido aumenta, los síntomas más frecuentes incluyen:

  • Distensión abdominal progresiva.
  • Sensación de pesadez o plenitud tras las comidas.
  • Disminución del apetito (anorexia).
  • Dificultad para respirar cuando el líquido presiona el diafragma (especialmente en decúbito).
  • Aumento rápido de peso sin razón aparente.
  • Edemas en extremidades inferiores.

Tipos de ascitis según el contenido del líquido

Una vez extraído el líquido ascítico (mediante paracentesis), se puede clasificar en función de sus características bioquímicas:

  • Ascitis trasudativa: bajo contenido proteico. Se asocia a cirrosis o insuficiencia cardíaca.
  • Ascitis exudativa: alto contenido proteico. Aparece en infecciones (tuberculosis, peritonitis) y procesos neoplásicos.
  • Ascitis quilosa: de aspecto lechoso por contenido elevado en triglicéridos, frecuente en linfomas o tras traumatismos linfáticos.
  • Ascitis hemorrágica: contiene sangre, puede aparecer en carcinomatosis peritoneal o ruptura vascular.

Diagnóstico de la ascitis

El diagnóstico se basa en la historia clínica, la exploración física y en pruebas complementarias. Las técnicas más utilizadas incluyen:

  • Ecografía abdominal: método de elección para detectar incluso pequeñas cantidades de líquido.
  • Paracentesis diagnóstica: consiste en la extracción de líquido mediante punción abdominal. Permite estudiar características bioquímicas, citológicas y microbiológicas.
  • TC abdominal: útil en casos de sospecha de tumor, infecciones o ascitis de causa no filiada.
  • Análisis de sangre: incluye función hepática, renal, electrolitos y marcadores tumorales si procede.

Tratamiento de la ascitis

El tratamiento debe individualizarse según la causa, el grado de severidad y la respuesta del paciente. Las estrategias terapéuticas incluyen:

Medidas generales

  • Dieta hiposódica (menos de 2 gramos de sodio al día).
  • Reposo relativo.
  • Control del peso y volumen abdominal.

Tratamiento farmacológico

  • Diuréticos: principalmente espironolactona y furosemida.
  • Corrección de alteraciones electrolíticas.
  • Antibióticos si hay peritonitis bacteriana espontánea.

Paracentesis terapéutica

Indicada en ascitis tensa o refractaria que no responde a diuréticos. Consiste en extraer varios litros de líquido y administrar albúmina para prevenir complicaciones hemodinámicas.

TIPS (derivación portosistémica intrahepática)

Procedimiento endovascular que conecta la vena porta con la vena hepática para disminuir la presión portal. Se utiliza en casos seleccionados.

Trasplante hepático

En pacientes con cirrosis avanzada y ascitis recurrente, puede ser la única opción curativa a largo plazo.

Complicaciones de la ascitis

Si no se controla adecuadamente, la ascitis puede derivar en:

  • Peritonitis bacteriana espontánea (PBE): infección del líquido ascítico sin foco evidente.
  • Hernias umbilicales o inguinales por aumento de la presión intraabdominal.
  • Insuficiencia renal secundaria a hipoperfusión (síndrome hepatorrenal).
  • Desnutrición y pérdida de masa muscular.

Cuándo acudir al médico

Es importante consultar a un profesional si se presentan:

  • Distensión abdominal persistente.
  • Pérdida de apetito o peso sin causa conocida.
  • Dificultad para respirar al estar acostado.
  • Dolor abdominal con fiebre o malestar general.

Precauciones en pacientes con ascitis

  • Evitar el consumo de alcohol en cualquier cantidad.
  • No tomar antiinflamatorios no esteroideos sin supervisión médica.
  • Mantener una dieta baja en sal y controlar el peso corporal.
  • Cumplir con el tratamiento y las visitas de seguimiento.

Preguntas frecuentes sobre la ascitis

¿La ascitis siempre es por cirrosis?

No. Aunque la cirrosis es la causa más común, también puede aparecer por cáncer, insuficiencia cardíaca, tuberculosis u otras enfermedades abdominales.

¿La ascitis puede curarse por completo?

Depende de la causa. Si se trata una causa reversible (como una infección o cáncer en estadios tempranos), puede resolverse. En casos de cirrosis avanzada, el tratamiento es paliativo y de control.

¿Se puede vivir con ascitis crónica?

Sí, pero requiere seguimiento continuo, control médico estricto, tratamiento con diuréticos y medidas higienicodietéticas para evitar complicaciones.

¿El líquido se puede reabsorber solo?

En casos leves, el cuerpo puede reabsorber parte del líquido si mejora la función hepática o se controla la causa subyacente. Sin embargo, suele ser necesario un tratamiento médico.

¿Es peligrosa la paracentesis?

Es un procedimiento seguro si se realiza por personal cualificado. Tiene bajo riesgo de complicaciones, especialmente si se administra albúmina tras extracciones grandes.

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