DICCIONARIO MÉDICO

Asa de Henle

Qué es el asa de Henle

El asa de Henle es una parte fundamental de la unidad funcional del riñón, conocida como nefrona. Se trata de una estructura en forma de U que cumple un papel esencial en el proceso de formación de la orina, ayudando a concentrarla y a regular el equilibrio de agua y sales en el cuerpo. Esta función es vital para mantener la homeostasis del organismo, es decir, el equilibrio interno necesario para que funcionen correctamente los órganos y sistemas.

Aunque su nombre pueda parecer complejo, el asa de Henle fue descrita por el médico alemán Friedrich Gustav Jakob Henle en el siglo XIX, y desde entonces se reconoce como una de las estructuras clave en el funcionamiento renal. Su estudio es importante no solo para profesionales de la salud, sino también para pacientes con enfermedades renales, ya que permite entender cómo los riñones filtran y regulan sustancias como el sodio, el potasio, el cloro o el agua.

Estructura del asa de Henle

El asa de Henle forma parte del túbulo renal y conecta el túbulo contorneado proximal con el túbulo contorneado distal. Su morfología tubular se divide en tres segmentos principales:

  • Rama descendente delgada: permite el paso de agua hacia fuera del túbulo por ósmosis.
  • Rama ascendente delgada: impermeable al agua, pero permite la salida de solutos como el sodio.
  • Rama ascendente gruesa: también impermeable al agua y especializada en la reabsorción activa de sodio, potasio y cloro.

Esta disposición anatómica permite la creación de un gradiente osmótico en la médula renal que es esencial para la concentración de la orina.

Función del asa de Henle en el riñón

El asa de Henle actúa como una especie de “intercambiador contracorriente” en el riñón. Esto significa que sus dos ramas —una descendente y otra ascendente— permiten el intercambio de agua y solutos de manera controlada para ajustar la concentración final de la orina.

Las funciones principales del asa de Henle incluyen:

  • Reabsorción de agua (en la rama descendente) para conservarla en el organismo en caso de deshidratación.
  • Reabsorción de sodio, potasio y cloro (en la rama ascendente), contribuyendo al equilibrio de electrolitos.
  • Formación del gradiente medular, imprescindible para el funcionamiento del sistema tubular distal y del túbulo colector.

Gracias a este mecanismo, los riñones pueden concentrar la orina cuando hay escasez de agua o diluirla cuando hay exceso, permitiendo una regulación precisa de la hidratación corporal.

Importancia clínica del asa de Henle

Aunque el asa de Henle no suele ser una estructura de la que se hable habitualmente en medicina clínica general, tiene gran importancia en diversas situaciones:

  • Es el sitio de acción de los diuréticos de asa, como la furosemida, utilizados en insuficiencia cardíaca o edemas.
  • Su funcionamiento adecuado es clave en el manejo de la hipertensión arterial, ya que regula el volumen de agua y sodio.
  • Alteraciones en su función pueden contribuir a la aparición de insuficiencia renal aguda o crónica.

El asa de Henle y los diuréticos

Una parte importante del tratamiento de algunas enfermedades renales, cardíacas o hepáticas incluye el uso de diuréticos, medicamentos que aumentan la eliminación de agua y sal por la orina. Los diuréticos de asa, como la furosemida o la torasemida, actúan específicamente sobre la rama ascendente gruesa del asa de Henle.

Bloquean el cotransportador de sodio-potasio-cloro (Na⁺/K⁺/2Cl⁻), reduciendo así la reabsorción de estos iones y provocando un aumento de la excreción urinaria. Este tipo de diuréticos es muy eficaz pero requiere control médico, ya que puede alterar los niveles de potasio, sodio y otros electrolitos.

Alteraciones y patologías asociadas

Existen diversas situaciones patológicas que pueden alterar el funcionamiento del asa de Henle, entre ellas:

  • Síndrome de Bartter: trastorno hereditario en el que hay una alteración en la reabsorción de sodio y potasio en el asa de Henle, lo que produce pérdida de electrolitos y alcalosis metabólica.
  • Insuficiencia renal aguda por necrosis tubular: el asa de Henle puede dañarse por hipoperfusión o toxinas.
  • Hiperaldosteronismo secundario: puede verse afectado el gradiente osmótico generado por el asa.

En general, cualquier afección que dañe el parénquima renal puede afectar al asa de Henle y comprometer la capacidad del riñón para concentrar la orina.

Cuándo acudir al médico

Aunque el asa de Henle no es una estructura que dé síntomas por sí sola, hay señales que podrían indicar un problema renal subyacente que afecte a su función:

  • Retención de líquidos (hinchazón en piernas, tobillos o abdomen).
  • Disminución en la cantidad de orina o alteración en su color.
  • Cansancio, náuseas o dificultad para concentrarse, signos que pueden aparecer en la enfermedad renal crónica.
  • Presión arterial elevada sin causa clara.

En estos casos es importante consultar con un especialista en nefrología para realizar los estudios necesarios, que pueden incluir análisis de sangre, orina, ecografías o pruebas funcionales renales.

Precauciones para cuidar el asa de Henle y la función renal

No existen medidas específicas para “proteger el asa de Henle”, pero sí se pueden adoptar hábitos que preservan la función renal en general:

  • Beber suficiente agua a lo largo del día (salvo indicación contraria médica).
  • Controlar la presión arterial y la glucosa en sangre.
  • Evitar el uso indiscriminado de antiinflamatorios no esteroideos (AINEs).
  • Revisar la función renal periódicamente si se toman medicamentos que afectan a los riñones.
  • Llevar una dieta equilibrada con bajo contenido en sal si hay antecedentes de hipertensión.

Preguntas frecuentes sobre el asa de Henle

¿El asa de Henle produce orina?

No produce orina como tal, pero participa activamente en su formación al concentrarla y regular la cantidad de agua y solutos reabsorbidos desde el filtrado glomerular.

¿Los problemas del asa de Henle son comunes?

Las enfermedades que afectan directamente al asa de Henle no son frecuentes. Sin embargo, es una estructura afectada en muchas patologías renales globales.

¿Puedo proteger el asa de Henle con una dieta especial?

No hay una dieta específica para esta estructura, pero una alimentación saludable baja en sal, azúcares y grasas saturadas favorece la función renal y, por tanto, el buen estado del asa de Henle.

¿La función del asa de Henle cambia con la edad?

Sí. Con el envejecimiento disminuye la eficiencia de la filtración glomerular y también se reduce la capacidad del asa de Henle para concentrar la orina, lo que puede llevar a mayor riesgo de deshidratación en personas mayores.

¿Qué pruebas evalúan el funcionamiento del asa de Henle?

Aunque no se estudia de forma aislada, su funcionamiento puede evaluarse indirectamente mediante pruebas de concentración urinaria, análisis de electrolitos en orina y la respuesta a diuréticos de asa.

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