DICCIONARIO MÉDICO
Antimuscarínico
Antimuscarínico es el nombre que se da a una clase de fármacos que actúan como antagonistas competitivos de los receptores muscarínicos de acetilcolina. Estos receptores forman parte del sistema nervioso parasimpático y median múltiples funciones involuntarias como la contracción del músculo liso, la secreción glandular, el ritmo cardíaco y la función vesical. Al bloquear dichos receptores, los antimuscarínicos inhiben la acción de la acetilcolina, lo que da lugar a diversos efectos clínicos útiles en distintas especialidades médicas. Los fármacos antimuscarínicos también son conocidos como anticolinérgicos muscarínicos, y no deben confundirse con los antagonistas nicotínicos, que actúan sobre otro tipo de receptores colinérgicos. Su uso se ha expandido en medicina desde el siglo XIX y actualmente forman parte del arsenal terapéutico en neurología, urología, oftalmología, anestesiología y neumología. La prescripción de antimuscarínicos debe realizarse con precaución, ya que su perfil de efectos adversos es bien conocido, especialmente en personas mayores o con enfermedades neurológicas. No obstante, sus aplicaciones clínicas son numerosas y bien documentadas en guías de práctica clínica de alta calidad. Los fármacos antimuscarínicos pueden clasificarse de acuerdo a: Entre los más conocidos destacan: Los antimuscarínicos se unen de forma reversible a los receptores muscarínicos (M1-M5), bloqueando la unión de la acetilcolina, lo que impide la transmisión del impulso parasimpático. Esta inhibición provoca efectos como: Los antimuscarínicos se emplean en distintas áreas de la práctica clínica: Para reducir secreciones respiratorias o prevenir bradicardia intraoperatoria (ej. atropina). Tratamiento de vejiga hiperactiva, incontinencia urinaria y espasmos vesicales (ej. oxibutinina, solifenacina). Broncodilatadores en asma y EPOC (ej. tiotropio, ipratropio). Manejo de síntomas extrapiramidales y parkinsonismo inducido por fármacos (ej. biperideno). Inducción de midriasis y cicloplejía para exploraciones del fondo de ojo (ej. tropicamida). Alivio de espasmos gastrointestinales y dolor cólico (ej. butilescopolamina). Los antimuscarínicos pueden producir efectos adversos, especialmente en pacientes susceptibles. Deben emplearse con precaución en: También se deben ajustar dosis en insuficiencia renal o hepática, y evitar combinaciones con otros fármacos con efectos anticolinérgicos. Sí. Algunos antimuscarínicos, especialmente los que atraviesan la barrera hematoencefálica, pueden inducir deterioro cognitivo, especialmente en personas mayores o con enfermedades neurodegenerativas. Es uno de los efectos secundarios más comunes, junto con visión borrosa y estreñimiento. La sequedad de boca puede afectar la calidad de vida y aumentar el riesgo de caries dentales. La mayoría de los antimuscarínicos no están indicados durante el embarazo a menos que el beneficio supere el riesgo. Se debe evaluar cada caso individualmente. Sí. Pueden potenciar los efectos adversos de otros fármacos con actividad anticolinérgica, como antihistamínicos o antidepresivos tricíclicos. Algunos antimuscarínicos tienen indicación pediátrica (p. ej. oxibutinina en enuresis nocturna), pero su uso debe ser siempre evaluado y monitorizado por un especialista. © Clínica Universidad de Navarra 2025Qué es un antimuscarínico
Clasificación de los antimuscarínicos
Mecanismo de acción
Usos clínicos principales
En anestesiología
En urología
En neumología
En neurología
En oftalmología
En gastroenterología
Precauciones y contraindicaciones
Cuándo acudir al médico
Preguntas frecuentes sobre los antimuscarínicos
¿Los antimuscarínicos pueden afectar la memoria?
¿Pueden causar sequedad de boca?
¿Son seguros en el embarazo?
¿Interfieren con otros medicamentos?
¿Se pueden usar en niños?