DICCIONARIO MÉDICO
Anticuerpo anticentrómero
El anticuerpo anticentrómero es un autoanticuerpo dirigido contra proteínas localizadas en el centrómero de los cromosomas, que forma parte del huso mitótico durante la división celular. Estos anticuerpos se detectan en sangre y están estrechamente asociados a enfermedades del espectro de la esclerosis sistémica, especialmente con la forma limitada, también conocida como síndrome de CREST. Su presencia en una persona con signos clínicos compatibles puede ser altamente indicativa de una enfermedad autoinmune. Además, los anticuerpos anticentrómero son útiles para establecer el pronóstico, ya que suelen asociarse a una progresión más lenta y un menor riesgo de afectación visceral que otros autoanticuerpos como el anti-Scl-70. Los anticuerpos anticentrómero están presentes en hasta el 90 % de los pacientes con esclerosis sistémica limitada y en un porcentaje menor en otras enfermedades autoinmunes, como el síndrome de Sjögren o el lupus eritematoso sistémico. Su detección tiene un valor diagnóstico relevante y se asocia a manifestaciones clínicas específicas. Entre las manifestaciones más comunes en pacientes con anticuerpos anticentrómero destacan: El anticuerpo anticentrómero se detecta generalmente mediante inmunofluorescencia indirecta (IFI), observándose un patrón nuclear característico de "puntillado fino". La prueba se considera positiva cuando se observa dicho patrón a diluciones altas en presencia de síntomas clínicos sugestivos. Un resultado positivo debe interpretarse en conjunto con: Aunque son característicos de la esclerosis sistémica limitada, los anticuerpos anticentrómero también pueden observarse en: En estos casos, su presencia debe interpretarse con cautela, ya que no es exclusiva de la esclerosis sistémica. Se recomienda consultar con un reumatólogo cuando se presenten: Los pacientes con positividad para anticuerpos anticentrómero deben realizar: Sí. En ocasiones, estos anticuerpos se detectan en personas asintomáticas, especialmente durante estudios por fenómeno de Raynaud. En estos casos se recomienda vigilancia periódica, ya que podrían preceder al desarrollo de una enfermedad sistémica. No. Son autoanticuerpos estables y su presencia no suele modificarse con el tratamiento. No se utilizan para monitorizar la evolución de la enfermedad, sino para orientar el diagnóstico y el pronóstico. Sí. Existen otras formas de esclerosis sistémica asociadas a diferentes autoanticuerpos como el anti-Scl-70 o anti-RNA polimerasa III. La ausencia de anticentrómero no excluye el diagnóstico, que debe basarse en la clínica y otras pruebas inmunológicas. En general, se asocian a formas más limitadas y lentamente progresivas de esclerosis sistémica, con menor riesgo de afectación pulmonar difusa. Sin embargo, pueden presentarse complicaciones como hipertensión pulmonar en estadios avanzados. No suele ser necesario, ya que su positividad suele mantenerse constante. Lo más importante es el seguimiento clínico para detectar cambios en el estado general o aparición de nuevos síntomas. © Clínica Universidad de Navarra 2025Qué es el anticuerpo anticentrómero
Importancia clínica del anticuerpo anticentrómero
Interpretación de resultados
Relación con otras enfermedades autoinmunes
Cuándo acudir al médico
Precauciones y seguimiento
Preguntas frecuentes sobre el anticuerpo anticentrómero
¿Puedo tener anticuerpos anticentrómero y no tener síntomas?
¿Los anticuerpos anticentrómero desaparecen con el tratamiento?
¿Es posible tener esclerosis sistémica sin anticuerpos anticentrómero?
¿Qué pronóstico tiene un paciente con anticuerpos anticentrómero?
¿Es útil repetir la prueba de anticuerpos anticentrómero con el tiempo?