DICCIONARIO MÉDICO

Antagonista

Qué es antagonista

En medicina y farmacología, el término antagonista se refiere a una molécula o sustancia que bloquea o inhibe la acción de otra, generalmente al competir por el mismo receptor celular. Los antagonistas son ampliamente utilizados en terapéutica para modular diversas funciones fisiológicas, prevenir efectos adversos o contrarrestar el exceso de actividad de un agonista endógeno o exógeno. Su papel es esencial en el tratamiento de múltiples patologías, desde enfermedades cardiovasculares hasta trastornos psiquiátricos.

Clasificación de los antagonistas

Los antagonistas pueden clasificarse según diferentes criterios:

  • Según su acción farmacológica: competitivos, no competitivos, reversibles, irreversibles.
  • Según su localización: periféricos o centrales.
  • Según el tipo de receptor que bloquean: adrenérgicos, colinérgicos, dopaminérgicos, serotoninérgicos, histamínicos, opioides, entre otros.

Tipos de antagonistas más frecuentes

  • Antagonistas beta-adrenérgicos: bloquean los receptores beta del sistema nervioso simpático (ej. propranolol, metoprolol).
  • Antagonistas del calcio: inhiben la entrada de calcio en las células del músculo liso vascular y cardíaco (ej. amlodipino, verapamilo).
  • Antagonistas dopaminérgicos: se usan en el tratamiento de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos (ej. haloperidol, risperidona).
  • Antagonistas H1 y H2: bloqueadores de los receptores de histamina, utilizados en alergias o trastornos gástricos (ej. loratadina, ranitidina).
  • Antagonistas opioides: como la naloxona, empleados para revertir sobredosis de opiáceos.

Mecanismo de acción

Los antagonistas actúan uniéndose al receptor específico al que normalmente se une el agonista, pero sin activar la respuesta biológica, impidiendo así la acción del agonista. En el caso de los antagonistas competitivos, esta unión es reversible y depende de la concentración relativa del fármaco y del agonista. Los no competitivos, en cambio, modifican el receptor de forma que el agonista no puede activar la señalización, incluso si está presente en altas concentraciones.

Aplicaciones clínicas

Los antagonistas se emplean en numerosas patologías:

  • Hipertensión arterial y enfermedades cardiovasculares.
  • Trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia o trastorno bipolar.
  • Alergias y enfermedades autoinmunes.
  • Enfermedad por reflujo gastroesofágico.
  • Tratamiento de intoxicaciones agudas por agonistas (ej. opioides, benzodiacepinas).

Ventajas y riesgos del uso de antagonistas

  • Permiten bloquear respuestas fisiológicas no deseadas.
  • Tienen una acción específica si se usan correctamente.
  • Pueden inducir efectos secundarios por bloqueo de funciones fisiológicas normales (hipotensión, bradicardia, sedación, etc.).

Cuándo acudir al médico

  • Ante la aparición de efectos adversos tras el inicio de un tratamiento con antagonistas.
  • Si existen enfermedades previas como insuficiencia hepática, renal o cardiaca.
  • Antes de tomar fármacos por cuenta propia sin receta médica.

Precauciones importantes

  • No mezclar antagonistas con otros fármacos sin supervisión profesional.
  • No suspender bruscamente un tratamiento sin indicación médica.
  • Control médico regular para ajustar dosis y evaluar efectos terapéuticos.

Preguntas frecuentes sobre antagonistas

¿Un antagonista puede tener efectos secundarios graves?

Sí. Aunque bloqueen efectos indeseables, también pueden interferir con funciones fisiológicas normales, provocando hipotensión, bradicardia, mareos, o sedación.

¿Los antagonistas siempre se oponen al efecto de un agonista?

En general, sí. Su función es inhibir o neutralizar la acción de sustancias que activan un receptor determinado.

¿Puedo usar antagonistas sin prescripción médica?

No se recomienda. El uso incorrecto puede generar efectos adversos graves y ocultar síntomas importantes de una enfermedad subyacente.

¿Qué ocurre si tomo un antagonista y un agonista a la vez?

Dependerá del tipo de antagonista (competitivo o no competitivo) y de las dosis. Generalmente, el antagonista reducirá la eficacia del agonista.

¿Todos los medicamentos son agonistas o antagonistas?

No necesariamente. Algunos actúan como moduladores parciales, inhibidores enzimáticos o por mecanismos diferentes a los receptores clásicos.

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