DICCIONARIO MÉDICO

Anisocoria

Qué es anisocoria

La anisocoria es una condición médica en la que existe una diferencia en el tamaño del diámetro pupilar entre ambos ojos. Aunque puede ser una variante fisiológica sin relevancia clínica, también puede representar un signo de una patología neurológica o ocular subyacente. La evaluación de esta asimetría pupilar requiere un enfoque riguroso que permita distinguir entre causas benignas y situaciones potencialmente graves, como lesiones cerebrales, neuropatías craneales o enfermedades inflamatorias.

Fisiología de la pupila y su regulación

La pupila es la abertura central del iris y regula la cantidad de luz que entra al globo ocular. Su tamaño está controlado por dos músculos: el esfínter del iris (controlado por el sistema parasimpático) y el dilatador del iris (controlado por el sistema simpático). La coordinación entre ambos permite una respuesta simétrica en condiciones normales. Alteraciones en estos circuitos pueden provocar asimetrías pupilares visibles, es decir, anisocoria.

Causas de anisocoria

Las causas de la anisocoria pueden dividirse en fisiológicas y patológicas. La evaluación clínica debe considerar:

  • Anisocoria fisiológica: presente en aproximadamente el 20% de la población sana. La diferencia pupilar suele ser menor de 1 mm y constante en diferentes condiciones de iluminación.
  • Lesiones del sistema nervioso autónomo: como en el síndrome de Horner o en parálisis del tercer par craneal.
  • Traumatismos oculares: lesiones del iris o del esfínter pupilar.
  • Infecciones o inflamaciones: como la uveítis anterior o iritis.
  • Uso de fármacos: midriáticos (dilatadores) o mióticos (constrictores) de forma accidental o terapéutica.
  • Compresiones intracraneales: aneurismas, tumores o hematomas que afectan nervios craneales.

Clasificación de la anisocoria según su origen

Desde un punto de vista clínico, la anisocoria puede clasificarse en función de cuál pupila es anormal y del patrón de iluminación:

  • Anisocoria mayor en la oscuridad: indica que la pupila más pequeña no se dilata adecuadamente. Puede deberse a un síndrome de Horner.
  • Anisocoria mayor con luz intensa: sugiere que la pupila más grande no se contrae adecuadamente, lo que podría estar relacionado con una parálisis del III par craneal o daño en el esfínter pupilar.

Diagnóstico de la anisocoria

La evaluación clínica debe ser meticulosa, prestando especial atención a:

  • Tamaño de las pupilas en condiciones de luz y oscuridad
  • Presencia o ausencia de reflejos fotomotores y consensuales
  • Motilidad ocular extrínseca
  • Presencia de ptosis palpebral o enoftalmos

Para una evaluación más profunda, pueden requerirse pruebas complementarias como:

  1. Pruebas farmacológicas: con agentes como la apraclonidina o la pilocarpina para confirmar diagnósticos diferenciales como el síndrome de Horner o pupila tónica de Adie.
  2. Neuroimagen: TAC o resonancia magnética si se sospecha patología intracraneal.

Pronóstico y tratamiento

El pronóstico depende enteramente de la causa subyacente. En casos de anisocoria fisiológica, no se requiere tratamiento. Cuando está asociada a una patología específica, el tratamiento será el de la enfermedad causante. Por ejemplo:

  • Antibióticos o corticoides en uveítis
  • Cirugía o monitorización en aneurismas intracraneales
  • Evitar el uso accidental de colirios midriáticos

Cuándo acudir al médico

Es recomendable consultar con un especialista en Oftalmología o Neurología si se presentan los siguientes signos:

  • Aparición súbita de anisocoria
  • Asociación con dolor de cabeza intenso o visión doble
  • Presencia de ptosis, visión borrosa o alteraciones del campo visual
  • Anisocoria que varía con el tiempo o empeora progresivamente

Precauciones y seguimiento

Ante la detección de anisocoria, es importante no automedicarse ni utilizar colirios sin prescripción. El seguimiento deberá ser individualizado y en función del diagnóstico, pudiendo requerir controles periódicos con oftalmólogos o neurólogos.

Preguntas frecuentes sobre anisocoria

¿La anisocoria puede ser permanente?

Sí, en casos de anisocoria fisiológica o tras ciertos traumas o intervenciones quirúrgicas, la diferencia pupilar puede mantenerse de forma indefinida sin comprometer la visión.

¿La anisocoria afecta la visión?

En general, no afecta directamente a la agudeza visual. No obstante, si la anisocoria está asociada a una patología neurológica o estructural del ojo, podría acompañarse de alteraciones visuales.

¿La anisocoria puede ser un signo de accidente cerebrovascular?

Sí, en algunos casos, una anisocoria de aparición súbita asociada a otros síntomas neurológicos puede indicar una emergencia neurológica. Es crucial acudir al servicio de urgencias si se sospecha esta situación.

¿Los colirios pueden provocar anisocoria?

Sí. Algunos colirios como los midriáticos (tropicamida, fenilefrina) pueden inducir dilatación pupilar unilateral si se aplican accidentalmente en un solo ojo o si hay contaminación cruzada con las manos.

¿Es necesario realizar pruebas de imagen en todos los casos?

No siempre. Si la anisocoria es estable, simétrica en distintas condiciones de luz y no se asocia a síntomas adicionales, puede considerarse fisiológica. En cambio, si es de aparición reciente o se acompaña de otros signos clínicos, el estudio por imagen es imprescindible.

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