DICCIONARIO MÉDICO
Alumbramiento
En obstetricia, el término alumbramiento designa la tercera fase del parto, comprendida entre la salida completa del recién nacido y la expulsión de la placenta, las membranas ovulares y el cordón umbilical. Aunque su duración es breve —por lo general entre 5 y 30 minutos— reviste una importancia crítica porque la correcta separación placentaria y la adecuada contracción uterina determinan el riesgo de hemorragia posparto, primera causa de mortalidad materna evitable a nivel mundial. Desde el punto de vista fisiológico, el alumbramiento implica una secuencia coordinada de desprendimiento placentario, descenso por la cavidad uterina, expulsión a través de la vagina y, finalmente, hemostasia del lecho placentario por contracción del miometrio. El proceso puede transcurrir de forma espontánea o dirigida. En el alumbramiento espontáneo la placenta se desprende y se expulsa sin intervención externa, mientras que en el alumbramiento dirigido el equipo sanitario administra fármacos uterotónicos (habitualmente oxitocina) y realiza maniobras controladas (tracción del cordón y contrapresión suprapúbica) para acelerar la salida y reducir la pérdida sanguínea. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la gestión activa del alumbramiento en todos los partos institucionales salvo contraindicación, ya que disminuye la hemorragia posparto primaria en aproximadamente un 60 %. Tras la expulsión del feto, se produce un colapso súbito de la cavidad uterina y un acortamiento del segmento inferior. Esta reducción de la superficie interna ejerce tracción sobre la placa fetal de la placenta, generando desgarros en la decidua esponjosa (capa intermedia). Se liberan así prostaglandinas y tromboxano, que intensifican la contracción miometrial y facilitan el desprendimiento. Existen dos patrones principales: Una vez desprendida, la placenta desciende por la cavidad uterina y es expulsada con una contracción. El miometrio se retrae, comprime los vasos uteroplacentarios y activa la formación de trombos en las arterias espirales. Esta fase es decisiva; si la contracción es insuficiente (atonía uterina) se produce una hemorragia que puede superar los 500 ml en minutos. Requiere observación pasiva. Se favorece con contacto piel-con-piel y lactancia precoz, que liberan oxitocina endógena. Indicaciones: Incorpora tres pasos: Este protocolo reduce la hemorragia posparto y la anemia materna, aunque requiere personal entrenado. Se considera prolongado cuando excede 30 minutos pese a maniobras adecuadas. Algoritmo de actuación: Complicación rara (<0,05 %) asociada a tracción excesiva del cordón con útero atónico. Requiere reposición inmediata y uterotónicos. La OMS y la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO) recomiendan: La succión del pezón desencadena reflejo neuroendocrino que libera oxitocina hipotalámica, intensificando las contracciones uterinas. El inicio precoz de la lactancia —idealmente dentro de los 30 minutos postparto— reduce la duración del alumbramiento y la pérdida sanguínea. Se revisa la integridad de los cotiledones, la inserción del cordón y la superficie fetal en busca de vasos velamentosos o placentas succenturiatas. Cualquier defecto sugiere retención de restos y requiere ecografía transabdominal o legrado. Las contracciones uterinas pueden generar cólicos similares a los menstruales. El dolor es menor que en la fase expulsiva y suele aliviarse con masaje, analgésicos o anestesia epidural ya colocada. Sí. En la placenta retenida el miometrio no se contrae o hay inserción anormal (accreta). Requiere extracción manual o cirugía. El pinzamiento tardío (≥ 60 s) aumenta el hierro neonatal y no incrementa la hemorragia si se usa oxitocina; salvo asfixia neonatal, es la opción preferida. Sí. La placenta se desprende bajo visión directa y se extrae manualmente; se administra oxitocina IV continua para prevenir atonía. No se recomienda. No hay evidencia de beneficios y existe riesgo de infección y contaminación por metales pesados. © Clínica Universidad de Navarra 2025Qué es alumbramiento
Fisiología del alumbramiento
Mecanismo de desprendimiento placentario
Señales clínicas de separación
Expulsión y hemostasia
Tipos y técnicas de alumbramiento
Alumbramiento espontáneo o expectante
Alumbramiento dirigido o activo
Duración normal y manejo del alumbramiento retenido
Complicaciones asociadas al alumbramiento
Hemorragia posparto primaria
Inversión uterina
Placenta atípica
Prevención de la hemorragia posparto
Factores de riesgo obstétricos
Papel de la lactancia en el alumbramiento
Componentes anatómicos expulsados
Examen placentario posalumbramiento
Cuándo acudir al médico
Precauciones y autocuidado tras el alumbramiento
Preguntas frecuentes
¿El alumbramiento duele?
¿La placenta se puede “pegar” y no salir?
¿Es mejor pinzar tarde el cordón?
¿La cesárea tiene alumbramiento?
¿Se puede encapsular la placenta?