DICCIONARIO MÉDICO

Adenomegalia

La adenomegalia es un término médico utilizado para describir el aumento anormal del tamaño de los ganglios linfáticos. Se trata de un hallazgo clínico frecuente que puede observarse en el contexto de diversas patologías, tanto benignas como malignas. Aunque no es una enfermedad en sí misma, su presencia puede ser indicativa de procesos infecciosos, inflamatorios, inmunológicos o neoplásicos. La correcta evaluación de una adenomegalia requiere un enfoque clínico riguroso, basado en la localización, el tiempo de evolución, las características del ganglio y los síntomas asociados.

Los ganglios linfáticos son componentes esenciales del sistema inmunológico y actúan como filtros para sustancias nocivas. Su crecimiento anormal puede generar preocupación en el paciente y justificar una consulta médica para descartar causas potencialmente graves. En el entorno clínico, la adenomegalia se aborda de forma sistemática mediante anamnesis, exploración física y pruebas complementarias.

Qué es la adenomegalia

La adenomegalia se define como el agrandamiento patológico de los ganglios linfáticos. Puede ser localizada (afectando a una sola región ganglionar) o generalizada (cuando implica múltiples áreas del cuerpo). No debe confundirse con adenitis, que implica inflamación activa del ganglio. La adenomegalia puede ser asintomática o acompañarse de dolor, fiebre, pérdida de peso, sudoración nocturna u otros signos clínicos que orienten la etiología.

Este signo clínico es especialmente relevante en especialidades como medicina interna, hematología, oncología, pediatría y enfermedades infecciosas. La evaluación precoz de una adenomegalia persistente o atípica es crucial para establecer un diagnóstico certero y evitar complicaciones.

Causas más frecuentes de adenomegalia

Las causas de adenomegalia son múltiples y se pueden agrupar en tres grandes categorías:

  • Infecciosas: infecciones virales (mononucleosis, VIH, citomegalovirus), bacterianas (tuberculosis, sífilis, brucelosis), fúngicas o parasitarias (toxoplasmosis, leishmaniasis).
  • Neoplásicas: linfomas, leucemias, metástasis de tumores sólidos (pulmón, mama, estómago, próstata).
  • Autoinmunes e inflamatorias: lupus eritematoso sistémico, artritis reumatoide, sarcoidosis, enfermedad de Kawasaki.

En función del contexto clínico, otras causas menos frecuentes también deben considerarse, como la histiocitosis, reacciones a fármacos o enfermedades de almacenamiento.

Clasificación según localización anatómica

La localización de la adenomegalia puede orientar el diagnóstico:

  • Cervical: muy frecuente en infecciones respiratorias altas y procesos virales.
  • Axilar: puede deberse a infecciones locales, vacunaciones o neoplasias mamarias.
  • Inguinal: habitual en infecciones genitales, cutáneas o tumores del tracto genitourinario.
  • Abdominal o mesentérica: frecuente en niños y puede simular apendicitis.
  • Supraclavicular: sugiere etiología maligna, especialmente si es izquierda (ganglio de Virchow).

Características clínicas a valorar

La evaluación clínica del ganglio linfático agrandado debe considerar los siguientes parámetros:

  • Tamaño: ganglios mayores de 1 cm requieren estudio, especialmente si superan los 2 cm.
  • Consistencia: ganglios duros o pétreos sugieren malignidad; blandos e inflamados suelen ser benignos.
  • Dolor: el dolor suele indicar proceso inflamatorio agudo.
  • Fijación a planos profundos: puede ser indicio de infiltración tumoral.
  • Tiempo de evolución: los ganglios que persisten más de 4-6 semanas deben ser valorados con pruebas de imagen y analítica.

Diagnóstico de la adenomegalia

El estudio diagnóstico debe ser individualizado y orientado según la sospecha clínica. Las pruebas habituales incluyen:

  • Analítica sanguínea: hemograma, reactantes de fase aguda (PCR, VSG), serologías específicas, marcadores tumorales.
  • Pruebas de imagen: ecografía, tomografía computarizada (TAC), resonancia magnética (RMN), PET-TAC en casos oncológicos.
  • Biopsia ganglionar: aspiración con aguja fina (PAAF) o biopsia escisional para estudio histológico, inmunohistoquímico o molecular.

Tratamiento

El tratamiento de la adenomegalia se basa en el manejo de la causa subyacente. No existe una terapia específica para el ganglio agrandado per se, sino que se debe actuar sobre el proceso etiológico.

  • Infecciones: antibióticos, antivirales, antiparasitarios o antifúngicos según el germen implicado.
  • Neoplasias: quimioterapia, radioterapia, inmunoterapia o cirugía.
  • Trastornos autoinmunes: corticoides e inmunosupresores.

En algunos casos, cuando el ganglio causa molestias mecánicas o no se resuelve tras tratamiento médico, se puede indicar su extirpación quirúrgica.

Cuándo acudir al médico

Es recomendable consultar a un profesional sanitario cuando se detecte:

  • Un ganglio agrandado que persiste más de 4 semanas.
  • Dolor, fiebre o signos inflamatorios locales.
  • Pérdida de peso, sudoración nocturna o fatiga sin causa aparente.
  • Ganglios firmes, adheridos o de rápido crecimiento.

Preguntas frecuentes

¿La adenomegalia siempre indica cáncer?

No. La mayoría de las adenomegalias son de origen benigno e infeccioso, especialmente en niños y adultos jóvenes. Sin embargo, debe evaluarse su contexto clínico para descartar causas oncológicas.

¿Los ganglios pueden agrandarse por estrés?

El estrés en sí no causa adenomegalia, pero puede predisponer a infecciones virales leves que sí provocan aumento ganglionar transitorio.

¿Qué tamaño de ganglio debe preocupar?

Un ganglio mayor de 1 cm en zonas como el cuello o las ingles, o mayor de 0,5 cm en la región supraclavicular, debe ser valorado. Especialmente si no desaparece en pocas semanas.

¿Es contagiosa una adenomegalia?

No, pero puede ser secundaria a infecciones contagiosas como mononucleosis, tuberculosis o citomegalovirus. Es el agente causal, no el ganglio en sí, lo que puede transmitirse.

¿Qué pruebas se hacen si hay sospecha de linfoma?

Se indica biopsia ganglionar completa para estudio histopatológico y pruebas de imagen como TAC o PET. También se realiza análisis de médula ósea y serología viral asociada.

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