DICCIONARIO MÉDICO
Actitud antálgica
La actitud antiálgica es un concepto clínico utilizado en medicina para describir la posición corporal adoptada de forma voluntaria o refleja por un paciente con el fin de minimizar o evitar el dolor. Esta actitud refleja una respuesta fisiológica de protección frente a una lesión o estímulo doloroso, y puede observarse en múltiples contextos, desde afecciones musculoesqueléticas hasta patología neurológica o visceral. Reconocerla correctamente forma parte esencial del examen físico y ayuda a localizar y caracterizar el origen del dolor. La actitud antiálgica se define como una postura anormal adoptada por el paciente para evitar la exacerbación del dolor. No es una deformidad fija, sino una modificación postural que cambia con el movimiento, el entorno o la percepción del estímulo doloroso. Esta actitud suele ser asimétrica, afecta al eje corporal o a segmentos concretos (como una extremidad), y tiene un valor diagnóstico importante. El término se aplica principalmente en el contexto de dolor musculoesquelético o neurológico, aunque también puede observarse en procesos viscerales como abdomen agudo o cólicos renales, donde el paciente adopta posiciones que disminuyen la presión o tensión sobre estructuras internas sensibles. La actitud antiálgica tiene una base fisiológica en los mecanismos de protección nociceptiva. Ante un estímulo doloroso, el cuerpo activa vías sensitivas y reflejas que desencadenan contracciones musculares para inmovilizar o reposicionar estructuras lesionadas. Este fenómeno busca reducir el estrés mecánico sobre el área afectada y limitar el daño. En algunos casos, estas posturas pueden volverse patológicas si se mantienen durante un tiempo prolongado, dando lugar a contracturas, disfunción articular o patrones anormales de movimiento. Existen múltiples ejemplos clínicos de actitud antiálgica que permiten identificar el origen del dolor: La observación de la actitud antiálgica forma parte fundamental de la semiología médica. Proporciona pistas sobre la localización, intensidad y tipo de dolor, así como sobre el grado de afectación funcional. Debe evaluarse durante la inspección estática y dinámica del paciente, prestando atención a: Es importante diferenciar la actitud antiálgica de otras posturas patológicas: A diferencia de estas, la actitud antiálgica es reversible y adaptativa en respuesta al dolor. El manejo de la actitud antiálgica requiere identificar y tratar la causa subyacente del dolor. Las intervenciones incluyen: No necesariamente. Aunque puede acompañar lesiones importantes, también aparece en cuadros benignos como contracturas musculares o esguinces leves. Su evaluación debe contextualizarse con otros hallazgos clínicos. Sí. En algunos casos, el cuerpo mantiene patrones posturales protectores incluso cuando el dolor ha desaparecido, generando disfunción secundaria que requiere fisioterapia para su corrección. No. También puede presentarse en niños, especialmente en infecciones osteoarticulares, traumatismos o abdomen agudo pediátrico. Su interpretación debe adaptarse a la edad del paciente. Principalmente traumatología, neurología, reumatología, rehabilitación y medicina de urgencias. Sin embargo, cualquier clínico debe saber identificarla durante la exploración física general. © Clínica Universidad de Navarra 2025Qué es actitud antiálgica
Fisiopatología de la actitud antiálgica
Ejemplos clínicos de actitud antiálgica
Valor semiológico
Diferencias con otras posturas clínicas
Tratamiento y abordaje clínico
Cuándo acudir al médico
Precauciones clínicas
Preguntas frecuentes sobre actitud antiálgica
¿La actitud antiálgica siempre indica una lesión grave?
¿Puede mantenerse una actitud antiálgica tras la resolución del dolor?
¿La actitud antiálgica se observa solo en adultos?
¿Qué especialidades médicas evalúan la actitud antiálgica?