DICCIONARIO MÉDICO
Actina
La actina es una proteína globular altamente conservada que juega un papel esencial en múltiples funciones celulares, especialmente en la estructura y dinámica del citoesqueleto. Se encuentra en prácticamente todas las células eucariotas, donde participa activamente en la motilidad celular, la contracción muscular, la división celular y la señalización intracelular. La actina está implicada en diversos procesos fisiológicos y patológicos, incluyendo enfermedades neuromusculares, cáncer, infecciones, y trastornos del sistema inmunológico. La actina es una proteína citoplasmática de aproximadamente 42 kDa, que existe principalmente en dos formas: actina globular (G-actina), en su forma monomérica, y actina filamentosa (F-actina), cuando se polimeriza para formar filamentos. La F-actina constituye uno de los tres componentes principales del citoesqueleto, junto con los microtúbulos y los filamentos intermedios. Existen múltiples isoformas de actina en mamíferos, codificadas por genes distintos. Las principales son: La estructura primaria de la actina está compuesta por 375 aminoácidos organizados en dos dominios principales que forman un surco donde se une el ATP o ADP. La capacidad de la actina para polimerizarse en filamentos está regulada por su estado de unión a nucleótidos y por una gran variedad de proteínas accesorias. La actina tiene funciones fundamentales tanto en células musculares como no musculares. Entre sus funciones destacan: En el tejido muscular, la actina forma parte del aparato contráctil junto con la miosina. Los filamentos finos de actina se organizan en sarcómeros, donde interaccionan con filamentos gruesos de miosina para generar la contracción mediante un proceso dependiente de calcio y ATP. En células no musculares, la actina regula: La dinámica de la actina está controlada por múltiples proteínas, entre ellas: Alteraciones en la expresión, organización o regulación de la actina pueden contribuir a diversas patologías: La actina es una proteína delgada que sirve de base para que la miosina, una proteína motora, se desplace sobre ella y genere contracción. Ambas son esenciales en el sistema contráctil muscular, pero tienen funciones distintas y complementarias. No. Aunque tiene una función muy destacada en el músculo, la actina está presente en todas las células eucariotas, donde regula el movimiento celular, la división celular y la estructura interna. Sí. Existen anticuerpos anti-actina que pueden aparecer en enfermedades hepáticas autoinmunes como la hepatitis autoinmune tipo 1. Su presencia tiene valor diagnóstico. La actina no se mide de forma rutinaria en sangre. Sin embargo, su alteración puede reflejarse indirectamente mediante niveles elevados de enzimas musculares como la creatincinasa (CK) o por estudios de biopsia muscular. © Clínica Universidad de Navarra 2025Qué es actina
Estructura y organización
Funciones de la actina
Actina en células musculares
Actina en células no musculares
Proteínas reguladoras de la actina
Actina y enfermedades humanas
Cuándo acudir al médico
Precauciones y vigilancia clínica
Preguntas frecuentes sobre actina
¿Qué diferencia hay entre actina y miosina?
¿La actina solo existe en células musculares?
¿Puede la actina estar implicada en enfermedades autoinmunes?
¿La actina puede medirse en sangre?