Alimentación para pacientes con cáncer

Las causas del cáncer son numerosas y no totalmente conocidas. Existen causas endógenas, relacionadas con la herencia genética de los individuos y causas exógenas, entre las que se encuentran la contaminación ambiental, el tabaco, la dieta, infecciones víricas, lesiones precancerosas, etc.

Factores alimentarios y nutricionales han sido ampliamente asociados con distintas neoplasias estimándose que alrededor de un 35% de los cánceres estarían relacionados con dichos factores. Las distintas evidencias epidemiológicas sugieren que cerca de un 90% de todas las neoplasias estarían ligadas, en parte, a factores ambientales. Dejando aparte el consumo de tabaco, la dieta tendría un importante papel en esta asociación entre estilos de vida y cáncer.

La valoración nutricional es esencial ya que en estos pacientes la malnutrición es muy frecuente. La dieta debe ser siempre individualizada, teniendo en cuenta las necesidades y preferencias del enfermo.

Síntomas digestivos del paciente oncológico

  • Anorexia o pérdida de apetito: éste síntoma puede aparecer por alteraciones metabólicas, hormonas relacionadas con el crecimiento del tumor, náuseas, vómitos, alteraciones digestivas, inflamación del tubo digestivo y como consecuencia mala absorción de los nutrientes. A esto, se suele sumar una cierta depresión, cambio en el sentido del gusto, rechazo a determinados alimentos, etc. Situaciones todas derivadas de los tratamientos quimioterápicos y de la radioterapia.
  • Astenia o cansancio generalizado: suele preceder al adelgazamiento y obedece, en la mayor parte de los casos, a la invasión del tumor en algunos órganos y tejidos como el linfático o sanguíneo de forma que impide una buena oxigenación de los tejidos y reduce la capacidad de aireación pulmonar.
  • Síndrome depresivo: el aislamiento social, las secuelas que dejan los tratamientos y la aparición de alteraciones físicas como alteración del gusto y olfato, caída del cabello y alteraciones en el ánimo, conllevan estados de depresión, ansiedad y temor que influyen en el apetito.

Efectos secundarios digestivos de los tratamientos para el cáncer

Los tratamientos utilizados en los tumores (quimioterapia, radioterapia, transplante de médula, etc.), tienen efectos que pueden ser importantes sobre la salud general del enfermo.

Son compuestos muy tóxicos para el organismo y provocan inflamación de distintos tejidos, sobre todo del aparato digestivo.

Esto provoca que no se pueda llevar a cabo una buen absorción de nutrientes. Pueden provocar alteraciones digestivas, náuseas y vómitos y como consecuencia una disminución notable del apetito.

  1. Quimioterapia: La quimioterapia puede ocasionar anorexia, náusea, vómito, diarrea o estreñimiento, inflamación y úlceras en la boca, cambios en el gusto de las comidas e infecciones. Los síntomas que afectan la nutrición pueden ser críticos si se extienden por más de dos semanas. Tanto la frecuencia como la severidad de estos síntomas van a depender del tipo de fármaco que se use para la quimioterapia, la dosis, así como los otros medicamentos y tratamientos que se administren al mismo tiempo. La nutrición puede resultar seriamente afectada cuando el paciente tiene fiebre por períodos prolongados, ya que la fiebre aumenta la necesidad calórica del organismo.
     
  2. Radioterapia: La radioterapia al área del cuello y cabeza puede ocasionar anorexia, cambios en la percepción de los sabores, sequedad en la boca, inflamación de la boca y las encías, problemas en el tragar, espasmos mandibulares, caries e infecciones. Irradiar la cavidad torácica puede ocasionar infección del esófago, problemas en el tragar, reflujo esofágico (cuando el contenido del estomago se devuelve hacia el esófago), náusea o vómito. La radiación al área de la pelvis o el abdomen podría causar diarrea, náusea y vómito, inflamación del intestino y el recto o formación de fístula. La radioterapia puede también causar cansancio y, como consecuencia de éste, falta de apetito. Los efectos a largo plazo pueden incluir estrechez o inflamación crónica intestinal, absorción precaria u obstrucción del tracto gastrointestinal.
     
  3. Inmunoterapia: Se suele asociar con fatiga, fiebre y debilidad que conllevan disminución del apetito y aumento en la necesidad de proteínas y calorías.

Recomendaciones alimentarias y de estilo de vida para los pacientes con cáncer

  • Elegir dietas basadas en vegetales, ricas en diversas verduras, frutas y legumbres.
  • Mantener un peso corporal razonable.
  • Dedicar una hora al día a hacer ejercicio.
  • Comer diariamente al menos 400-800 g de verduras y frutas variadas.
  • Comer diariamente al menos 600-800 g de cereales, legumbres y tubérculos.
  • Elegir alimentos mínimamente procesados.
  • Limitar el consumo de azúcar.
  • Limitar las bebidas alcohólicas.
  • Limitar el consumo de carne roja, como máximo 80 g por día.
  • Limitar el consumo de alimentos grasos, en especial los de origen animal.
  • Limitar el uso de sal en la cocina y el consumo de alimentos salados.
  • Evitar los alimentos carbonizados, no usar suplementos dietéticos.
  • Eliminar el consumo de tabaco.
  • Evitar el consumo de alimentos ahumados, en salazón, braseados, conservados en vinagre y en general cocinados directamente al fuego o humo.
  • No tomar alimentos ni demasiado calientes ni demasiado fríos.
  • Mantener un hábito de comidas regular, en cantidad y en horario.
  • Tomar líquidos suficientes, especialmente entre horas.