Lactancia materna, todo lo que necesita saber

La lactancia materna es uno de los vínculos más poderosos entre madre e hijo. Pero más allá de lo natural, implica información, apoyo y técnica. 

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La leche materna es el alimento más adecuado para el recién nacido, ya que proporciona los nutrientes necesarios para su desarrollo. De hecho, reduce el riesgo de padecer enfermedades que pueden ser graves, como la neumonía, y les previene de infecciones, alergias o asma. Además, les protege de sufrir obesidad, diabetes tipo 2 o hipertensión arterial en el futuro.

Tras el parto, la lactancia materna aporta beneficios también a la madre, puesto que le ayuda a su recuperación, favorece la contracción del útero, disminuye la pérdida de sangre y el riesgo de sufrir depresión postparto. 

En esta guía, elaborada por nuestras matronas expertas, encontrarás los primeros pasos, posturas y consejos. "La lactancia materna es un acto natural, pero no hay que olvidar que requiere apoyo y aprendizaje", Milena Sionis, matrona.

Lactancia materna exclusiva
hasta los seis meses, según la OMS

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses.

La lactancia materna aporta los nutrientes necesarios para cubrir las necesidades del lactante. Con el paso de los días, la composición de la leche va cambiando.

  • La leche de los primeros días, también llamada calostro, contiene proteínas, inmunoglobunas y vitaminas que protegen al bebé.

  • La leche madura, que comienza a partir de la primera semana, aporta más proteínas, agua y grasas. 

La Dra. Mónica Riaza atiende a una paciente que da lactancia materna a su bebé.

Mónica Riaza, responsable de UCI pediátrica y neonatal de la Clínica, explica en nuestro podcast los detalles sobre la lactancia

Retrato de la Dra. Mónica Riaza.

"Ahora mismo hay mucha presión social con la lactancia materna. Hay que respetar la elección de cada persona"

La Dra. Mónica Riaza, responsable de la UCI Pediátrica y Neonatal. 

Identifique las señales de hambre de su bebé

La lactancia materna
es a demanda del bebé

Durante las primeras 24-48 horas, el lactante está adormilado, por lo que si no se despierta hay que animarle para que realice las tomas cada tres o cuatro horas. 

En los primeros días, es conveniente realizar entre 8 y 12 tomas. El bebé debe mamar con tranquilidad de un pecho hasta que este se vacíe, puesto que la leche del final es más rica en grasas. 

En la siguiente toma se empezará por el pecho que no se haya terminado de vaciar. 

Infografía con las señales de hambre del bebé.

Aquí encontrará las diferentes posiciones
para dar el pecho a su bebé

Ilustración de una mujer dando el pecho en postura de crianza natural.

Situarse en posición semirecostada, con la espalda bien apoyada, y colocar al bebé de frente entre los pechos, permitiendo que se desplace por sí solo hasta encontrar el pezón.

Esta postura aprovecha los reflejos primitivos del recién nacido, como el de búsqueda y gateo, facilitando un agarre espontáneo y profundo. Es especialmente útil si el bebé tiene dificultades para prenderse correctamente, si nació por cesárea, o si la madre experimenta dolor al sentarse.

La gravedad favorece un acoplamiento suave del bebé al pecho y disminuye la presión sobre el periné, siendo una opción ideal en el postparto inmediato. Además, al fomentar el contacto piel con piel, esta postura refuerza el vínculo afectivo y estimula la producción de oxitocina, hormona clave para la bajada de la leche.

Ilustración de una mujer dando el pecho en posición de cuna.

Coloque al bebé en posición horizontal frente al pecho, apoyando su cabeza en el antebrazo de la madre, del mismo lado del pecho que se ofrece. La mano del mismo brazo debe sostener la espalda del lactante con suavidad, asegurando que el cuerpo del bebé esté alineado desde la cabeza hasta los pies.

Esta posición es una de las más comunes y naturales para muchas madres, especialmente a partir del primer mes, cuando el bebé tiene mayor control cefálico. Es importante que el bebé esté bien girado hacia la madre, con la barriga frente a su cuerpo, para evitar torsiones del cuello que dificulten un buen agarre.

Se recomienda que la madre utilice un cojín de lactancia si necesita elevar al bebé a la altura del pecho, asegurando comodidad en sesiones largas.

Ilustración de una mujer dando el pecho en posición de rugby.

Esta postura, también conocida como “posición de balón de fútbol americano”, resulta especialmente útil tras una cesárea, ya que el peso del bebé no recae sobre el abdomen. Es muy adecuada si la madre tiene pechos grandes, si amamanta a gemelos simultáneamente, o si el bebé es prematuro o presenta bajo tono muscular.

Para realizarla, la madre debe colocar el cuerpo del bebé a lo largo de su costado, con las piernas hacia atrás, alrededor de su cintura, y su cabeza sostenida en la mano o el antebrazo.

El bebé debe estar a la altura del pecho y facing hacia él, con el cuello ligeramente extendido. Un cojín firme bajo el brazo puede aportar estabilidad y reducir la tensión en hombros y muñeca. Esta posición permite tener una mejor visualización de la boca del bebé durante la toma.

Ilustración de una mujer dando el pecho en posición recostada.

Acuéstese de lado, preferentemente sobre una superficie firme, y coloque al bebé también de lado, frente a usted, con la cabeza a la altura del pecho. Esta postura es muy cómoda para tomas nocturnas o si la madre necesita descansar.

El bebé debe estar completamente girado hacia el cuerpo de la madre, con la nariz alineada con el pezón. Mientras el bebé se prende, se puede sostener su espalda con el antebrazo o colocar una almohada detrás de él para mayor seguridad.

Esta postura es especialmente beneficiosa si la madre se está recuperando de una episiotomía o de una cesárea, ya que evita el esfuerzo de sentarse o cargar peso. También es ideal para facilitar un agarre más relajado cuando el bebé tiene reflejo de eyección muy fuerte.

Ilustración de una mujer dando el pecho en posición cuna cruzada.

Esta posición combina el control de la cabeza del bebé con una buena visualización del acoplamiento al pecho. La madre sujeta al bebé con el brazo contrario al pecho que ofrece: por ejemplo, si da de mamar con el pecho izquierdo, utiliza el brazo derecho para sostener al bebé.

La mano sostiene la cabeza y el cuello del bebé por la base, permitiendo guiarlo suavemente hacia el pezón. Esta técnica es especialmente útil cuando el bebé tiene dificultades para prenderse, succión débil, o necesita corrección postural.

También es recomendada en los primeros días de vida del bebé, mientras madre e hijo aún están aprendiendo a coordinar la lactancia. Permite ajustar con precisión la dirección y profundidad del agarre, lo que puede prevenir grietas en el pezón.

Ilustración de una mujer dando el pecho en posición dancer.

Es una postura avanzada indicada cuando el bebé presenta condiciones que afectan su tono muscular o coordinación, como hipotonía, síndrome de Down o reflujo gastroesofágico. Coloque al bebé sentado “a caballito” sobre el muslo de la madre, de frente al pecho.

Con una mano, la madre sujeta el pecho en forma de U, utilizando los dedos para estabilizar también la mandíbula y mentón del bebé, mientras el pulgar sostiene la mejilla. La otra mano se encarga de sostener el cuerpo del bebé desde la espalda o la base de la cabeza.

Esta posición permite un control máximo del agarre y facilita una succión más eficiente en bebés con desafíos neuromotores. También puede ser de utilidad en casos de labio leporino o fisura palatina, con asesoramiento especializado.

Consejos para el cuidado de la mama durante la lactancia materna

  • No es necesario lavar el pecho antes de cada toma; una ducha diaria es suficiente. No se debe estirar ni exprimir el pezón.
  • Una buena técnica de agarre previene grietas y dolor, facilita el vaciamiento del pecho y estimula la producción de leche. Al terminar la toma, aplicar un poco de leche materna sobre el pezón y la areola.
  • Si aparecen grietas es señal de un mal enganche, por lo que conviene cambiar la postura del bebé. Si al mamar traga algo de sangre, no es motivo de alarma.
  • Para prevenir la congestión mamaria es importante ofrecer el pecho con más frecuencia. Si tras la toma el pecho sigue congestionado, puede extraerse leche para aliviar molestias y aplicar paños fríos. También es útil aplicar calor local antes de amamantar para reducir el dolor.
Ainhoa Gallego, matrona de Clínica Universidad de Navarra.

¿Cómo extraer la leche materna?

Para conseguir extraer la leche, es recomendable estar relajada y seguir un horario
que estimule el flujo. Las prisas y la falta de tiempo dificultan la extracción de la leche.

Técnica de extracción de leche manual

Realice pequeños masajes con movimientos circulares. Coloque el pulgar y el dedo índice en forma de “C” a unos tres centímetros del pezón. Se debe cambiar la posición de los dedos para ir vaciando otras partes del pecho. 

Técnica de extracción con sacaleches

Puede ser de ayuda realizar masajes con movimientos circulares en el pecho antes y durante la extracción. Con el dedo pulgar y el índice, coja el embudo del sacaleches y, con la otra mano, sujete el pecho para mantener el contacto sin necesidad de presionar.

Conservación y descongelación de la leche materna

Es recomendable poner una etiqueta con la fecha y con la hora, así como evitar guardarla en la puerta del frigorífico.

Para conservar los componentes, lo más conveniente es descongelarla en el frigorífico durante toda la noche.

No se debe utilizar el microondas o agua muy caliente, puesto que se perderán las propiedades.

Temperatura ambiente

Frigorífico

Congelador

De 16 a 26 ºC

4 ºC o inferior

De -18 ºC a -20 ºC

Recién nacido 

Hasta seis horas

Hasta cinco días

Hasta seis meses

Recién nacido UCI

Hasta cuatro horas

Hasta cuatro días

Hasta tres meses

Preguntas frecuentes sobre la lactancia materna

Es habitual que los bebés pierdan alrededor del 10% del peso en los primeros días de vida, aunque lo irán recuperando a partir del décimo día. Para saber si come lo suficiente, es necesario fijarse en algunos signos como, por ejemplo, que tras la toma se quede tranquilo o dormido, no llore o proteste. Es necesario comprobar que orina entre cuatro y seis veces al día.

Sí, es posible alimentar al bebé con leche materna utilizando un biberón, especialmente si extraes tu leche con un sacaleches. Esto puede ser útil si necesitas volver al trabajo, descansar durante algunas tomas o compartir la alimentación con otra persona.

Es importante asegurarte de que el bebé mantenga una buena técnica de succión para no interferir con la lactancia directa del pecho. Consulta con tu matrona o asesora de lactancia si tienes dudas sobre cómo combinar ambos métodos sin afectar la producción de leche.

El uso del chupete puede coexistir con la lactancia materna, pero se aconseja esperar a que esta esté bien establecida, generalmente a partir de las 3-4 semanas. En las primeras etapas, es importante que el bebé succione directamente del pecho para estimular adecuadamente la producción de leche.

Si decides usar chupete, obsérvalo bien: si notas menos tomas o que el bebé succiona menos al pecho, podría ser recomendable limitar su uso.

Aunque muchas medicinas son compatible con la lactancia materna, si durante este período necesita tomar algún medicamento. Debe consuntarlo con un especialista.

El alcohol, el tabaco y las bebidas estimulantes están totalmente desaconsejados porque influyen en la composición de la leche materna.

El efecto estimulante del tabaco, por ejemplo, puede provocar que el bebé tenga dificultades para conciliar el sueño.

Sin embargo, lo más perjudicial para el bebé es el humo del propio tabaco, porque puede provocar asma, otitis, infecciones respiratorias e incluso, Síndrome de Muerte Súbita del Lactante.

Sí, las pezoneras pueden ser una ayuda temporal en algunos casos, como cuando hay grietas dolorosas, pezones planos o dificultad de agarre del recién nacido.

Es recomendable usarlas bajo la orientación de una matrona o especialista en lactancia, ya que un uso prolongado o incorrecto puede afectar la transferencia de leche o la producción.

El objetivo suele ser retirarlas progresivamente cuando la lactancia esté bien establecida.

La leche materna no es por sí sola una causa de caries. De hecho, contiene componentes que protegen contra bacterias. Sin embargo, si el bebé ya tiene dientes y hay una higiene bucal deficiente, las tomas nocturnas frecuentes sin limpieza posterior pueden aumentar el riesgo.

Por eso, una vez que empiecen a salir los primeros dientes, es importante limpiar suavemente la boca del bebé, incluso si todavía se alimenta exclusivamente al pecho.

Sí, puedes seguir dando el pecho con total normalidad cuando vuelva tu menstruación. Algunas madres notan una ligera disminución en la producción de leche o que el bebé se muestra algo inquieto durante esos días, debido a los cambios hormonales. Estos efectos son temporales y no afectan la calidad de la leche ni su seguridad para el bebé.

Según la Asociación Española de Pediatría, los lactantes deben dormir en su cuna, boca arriba, cerca de la cama de sus padre. De hecho, existe evidencia científica de que esta práctica disminuye el riesgo de muerte súbita en más del 50%.

Además, la lactancia materna tiene también un efecto protector frente al riesgo de muerte súbita, y el colecho favorece que seta práctica se prolongue en el tiempo.

Sin embargo, el colecho está contraindicado para menores de tres mese de edad, con prematuridad o bajo peso. Tampoco en aquellos casos en los que los padres consuman tabaco, alcohol o dorgas, o en situaciones de cansancio extremo. También hay que evitar compartir la cama con más personas.