El sobreentrenamiento compromete la salud física y mental, especialmente entre deportistas jóvenes aficionados

El Dr. Juan Bertó, responsable del Área de Medicina Deportiva de la Clínica Universidad de Navarra, advierte sobre el burnout o agotamiento extremo derivado de la práctica deportiva sin descanso suficiente 

El burnout físico y mental es una realidad entre deportistas jóvenes aficionados que se puede prevenir.

18 de agosto de 2025

El ejercicio físico es un pilar fundamental de una vida saludable, junto con la alimentación equilibrada y el buen descanso. Sin embargo, los especialistas de la Clínica Universidad de Navarra alertan de que excederse en la práctica deportiva, especialmente sin una planificación adecuada, puede tener efectos negativos para la salud física y mental

“El sobreentrenamiento aparece cuando el cuerpo no tiene tiempo suficiente para recuperarse entre sesiones de ejercicio. Este desequilibrio puede generar fatiga crónica, bajo rendimiento, lesiones recurrentes o incluso alteraciones hormonales e inmunológicas”, explica el Dr. Juan Bertó, responsable del Área de Medicina Deportiva de la Clínica Universidad de Navarra. 

Aunque este fenómeno puede darse en cualquier persona activa, preocupa especialmente en adolescentes y jóvenes deportistas que compiten a nivel amateur. “En muchos casos, en su afán por mejorar marcas o destacar, no escuchan las señales del cuerpo y acaban forzando más allá de lo recomendable”, indica el Dr. Bertó. 

Entre las manifestaciones más comunes de este agotamiento figuran el cansancio persistente, los dolores musculares y articulares, la bajada de rendimiento, la falta de motivación y una mayor exposición a posibles infecciones. “También puede producirse un desequilibrio hormonal que afecta al metabolismo, la recuperación muscular y el estado de ánimo”, añade. 

Una de las consecuencias más graves de este exceso es el conocido como burnout físico: un estado de agotamiento extremo que puede llevar incluso al abandono de la práctica deportiva. “Se caracteriza por la pérdida de interés en el entrenamiento, dificultades para concentrarse, sensación constante de fatiga y, en los casos más severos, síntomas depresivos”, apunta el Dr. Bertó. 

Prevención y hábitos saludables 

Para evitar estos efectos, los expertos recomiendan una planificación equilibrada del entrenamiento que combine fases de esfuerzo con periodos de recuperación adecuados. También aconsejan cuidar aspectos como la hidratación, la alimentación y el sueño, así como introducir variedad en los tipos de ejercicios realizados. 

Una práctica deportiva saludable no debe centrarse únicamente en el rendimiento, sino en el bienestar integral de la persona. Padres, entrenadores y profesionales deben trabajar juntos para acompañar a los jóvenes deportistas y enseñarles a respetar los límites del cuerpo”, concluye el Dr. Bertó.