La radiación con protones minimiza los efectos secundarios a corto y largo plazo en niños con cáncer 

Desde su puesta en marcha en 2020, la Unidad de Protonterapia del Cancer Center Clínica Universidad de Navarra ha tratado a 250 pacientes menores de 18 años procedentes de 18 comunidades autónomas y de 15 países diferentes 

Imagen de la Dra. Elena Panizo durante la programación del tratamiento con protonterapia de un paciente oncopediátrico en la Clínica Universidad de Navarra.
La Dra. Elena Panizo durante la programación del tratamiento con protonterapia de un paciente oncopediátrico. 

14 de febrero de 2024

Según la Federación Española de Padres con Niños con Cáncer, cada año se registran en España 1.500 casos de cáncer infantojuvenil: 1.100 entre menores de 0 a 14 años, y 400 entre mayores de 14. En su abordaje, el enfoque multidisciplinar es fundamental, porque la base del tratamiento aúna cirugía, quimioterapia y radioterapia.  

A lo largo de la enfermedad, muchos pacientes pediátricos deberán someterse a la radioterapia durante su tratamiento, especialmente para hacer frente a tumores sólidos (cerebrales, sarcomas…). Dentro de las modalidades de radioterapia, “la protonterapia se ha posicionado como la técnica de elección para una gran mayoría de pacientes infantojuveniles”, según destaca la Dra. Elena Panizo, coordinadora del Área de Cáncer Pediátrico del Cancer Center Clínica Universidad de Navarra (CCUN).   

Después de casi cuatro años de experiencia desde la Unidad de Protonterapia del CCUN -primera instalación española de estas características integrada en un hospital-, la Dra. Panizo señala que “esta modalidad de tratamiento es de gran precisión y permite respetar, como ninguna otra técnica, los tejidos y órganos sanos circundantes. Esto es crucial para minimizar los efectos secundarios a corto y largo plazo en niños, cuyos órganos aún están en desarrollo”. 

“Aunque las tasas de curación son similares tras el tratamiento con fotones o con protones, existe una gran ventaja dosimétrica en la radiación con protonterapia, que supone una serie de potenciales beneficios. La gran precisión de esta técnica hace posible concentrar la radiación casi en exclusiva en el lecho tumoral, lo cual permite aumentar la dosis local cuando es necesario, exponiendo mínimamente al resto del tejido sano.  Esto hace que se disminuyan las toxicidades, tanto agudas como diferidas. El tratamiento se tolera muy bien, con ninguno o mínimos efectos secundarios. También se reducen los efectos tardíos, como la aparición de segundos tumores o la disfunción de órganos”, apunta la coordinadora del Área de Cáncer Pediátrico del CCUN.   

Un equipo multidisciplinar contra el cáncer infantil 

La Unidad de Protonterapia del CCUN inició su actividad en abril de 2020 en la sede madrileña de la Clínica Universidad de Navarra. Desde entonces ha tratado a más de 250 pacientes menores de 18 años procedentes de 18 comunidades autónomas y de 15 países diferentes

Los tumores infantiles más tratados han sido los tumores cerebrales -especialmente meduloblastomas y ependimomas, seguidos por los sarcomas, sobre todo rabdomiosarcomas y sarcomas de Ewing. El 40% de los pacientes que han recibido protonterapia han precisado anestesia y, además, un 15% ha requerido quimioterapia concomitante durante la radioterapia, tratamiento que han recibido en las mismas instalaciones, al tratarse de una unidad intrahospitalaria. 

“Como equipo multidisciplinar -resalta la Dra. Panizo- los tratamientos de protonterapia están supervisados por especialistas en Oncología Pediátrica para garantizar el cuidado del niño en su totalidad y velar por el cumplimiento de los protocolos terapéuticos específicos. También, se cuenta con un equipo de soporte muy bien organizado, que cubre todas las necesidades del niño y de su familia durante el tratamiento. El personal de enfermería, cuya labor se realiza bajo el enfoque de los cuidados centrados en la familia, coordina todos los equipos necesarios en cada caso: nutrición, rehabilitación, psico-oncología, asistencia social, etc. Además, se organizan actividades lúdicas con frecuencia para que la estancia en nuestro centro sea más llevadera”. 

Marta Díaz Villapalos, enfermera especialista en Oncohematología Infantil, subraya que “este tratamiento es mucho más que exponer a los pacientes a una máquina o a un haz de protones. El abordaje es un engranaje donde las personas y la tecnología se unen para tratar y cuidar de manera única y personalizada a nuestros pacientes y sus familias. En este proceso, las enfermeras somos líderes en los cuidados. Ante la consolidación de este tratamiento contra el cáncer infantil, urge contar con enfermeras formadas y capacitadas para la atención integral del paciente oncológico pediátrico y sus familias".  

El tratamiento de protonterapia exige una planificación compleja con su control de calidad, que dirige el Departamento de Oncología Radioterápica. En este trabajo interdisciplinar intervienen especialistas médicos y radiofísicos, enfermeras, radiofísicos y técnicos en imagen médica. Una vez diseñado el procedimiento, el paciente acude diariamente a las sesiones de radioterapia. Al tratarse de niños y adolescentes, “la dosis diaria es más baja, en comparación con otros esquemas”, puntualiza la Dra. Panizo, por lo que la duración del tratamiento oscila entre los 10 y los 30 días, en sesiones diarias ambulatorias de entre 10 y 20 minutos, según el tipo de tumor.