Amigdalitis

"La cirugía está indicada cuando los episodios de amigdalitis son tan frecuentes o graves que llegan a afectar a la salud general del niño".

DR. FRANCISCO JAVIER CERVERA PAZ
ESPECIALISTA. DEPARTAMENTO DE OTORRINOLARINGOLOGÍA

¿Qué es la amigdalitis?

La amigdalitis, también conocida como faringoamigdalitis aguda (FAA), es la inflamación de las amígdalas, dos pequeñas masas de tejido situadas a ambos lados de la parte posterior de la garganta. Se trata de un proceso inflamatorio que suele durar menos de siete días y que con frecuencia se acompaña de dolor de garganta, fiebre, dificultad para tragar y sensación de malestar general. Es una afección muy común, sobre todo en niños y adolescentes, y puede estar causada tanto por virus (la causa más habitual) como por bacterias.

Las amígdalas forman parte del sistema inmunitario y actúan como una primera línea de defensa frente a los gérmenes que entran por la boca. Su función consiste en atrapar bacterias y virus para impedir que provoquen enfermedades. Precisamente por esta labor de “filtro”, son especialmente vulnerables a la infección y la inflamación. Cuando esto ocurre, el tejido se hincha como respuesta natural del organismo, generando los síntomas característicos de la enfermedad. Con la llegada de la pubertad, la función inmunológica de las amígdalas disminuye, lo que explica que los adultos tengan menos episodios de amigdalitis que los niños.

En la Clínica Universidad de Navarra, nuestro Departamento de Otorrinolaringología está especializado en el diagnóstico y tratamiento de esta y otras enfermedades de la garganta, el oído y la nariz. Contamos con un equipo de expertos y tecnología avanzada que nos permite ofrecer un abordaje personalizado para cada paciente, garantizando una atención médica de excelencia y de confianza.

¿Cuáles son los síntomas de la amigdalitis?

La amigdalitis se manifiesta con un conjunto de signos y síntomas característicos, aunque la intensidad puede variar según la causa (viral o bacteriana) y la edad del paciente. Los síntomas suelen aparecer de manera repentina y, en la mayoría de los casos, duran entre 3 y 4 días. Es importante saber que no es posible distinguir con seguridad si la causa es viral o bacteriana únicamente por la clínica, ya que los síntomas suelen coincidir.

Síntomas comunes

Los más frecuentes, tanto en niños como en adultos, son:

  • Dolor de garganta, que puede ir desde una molestia leve hasta un dolor intenso.
  • Fiebre, habitualmente mayor de 38 °C.
  • Dificultad o dolor al tragar (odinofagia/disfagia).
  • Amígdalas rojas e inflamadas, a veces con placas blanquecinas o amarillentas.
  • Ganglios linfáticos del cuello inflamados y dolorosos.
  • Otros síntomas generales como cansancio, dolor de cabeza, mal aliento o dolor de oído.

Síntomas en niños y adultos

Aunque la mayoría de las manifestaciones son similares, existen algunas diferencias:

En niños:

  • Mayor frecuencia de síntomas digestivos como dolor abdominal, náuseas o vómitos.
  • En menores pequeños, puede observarse rechazo a comer, irritabilidad o babeo excesivo.

En adultos:

  • Cuando la causa es viral, suele aparecer junto a síntomas catarrales como tos o congestión nasal.
  • En casos poco frecuentes, puede complicarse con un absceso periamigdalino, que produce dolor unilateral intenso, dificultad para abrir la boca y voz apagada.

Signos de alarma que requieren atención médica inmediata

En la mayoría de los casos la amigdalitis evoluciona sin complicaciones, pero debe acudir al médico con urgencia si usted o su hijo presentan:

  • Dificultad para respirar o tragar.
  • Babeo excesivo, especialmente en niños.
  • Dolor de garganta muy intenso que impide comer o beber.
  • Imposibilidad de abrir la boca (trismo).
  • Hinchazón visible en la boca o el cuello.
  • Voz apagada o gangosa.

Estos signos pueden indicar complicaciones graves, como un absceso periamigdalino o una infección profunda del cuello, que requieren atención médica urgente.

¿Tiene alguno de estos síntomas?

Si sospecha que padece alguno de los síntomas mencionados,
debe acudir para su diagnóstico a un especialista médico

¿Cuáles son las causas de la amigdalitis?

La amigdalitis es una infección de las amígdalas causada por virus o bacterias. Estos gérmenes son contagiosos y se transmiten fácilmente al toser, estornudar, hablar, besar, compartir alimentos o tocar superficies contaminadas.

Las infecciones virales son la causa más frecuente, especialmente en niños pequeños. Suelen acompañarse de síntomas de resfriado como tos, congestión nasal, febrícula o dolores musculares. Entre los virus más comunes se encuentran los adenovirus (responsables de la “fiebre faringoconjuntival”), el virus de Epstein-Barr (mononucleosis infecciosa en adolescentes) y otros como rinovirus, gripe, virus respiratorio sincitial y Coxsackie A.

Las infecciones bacterianas, aunque menos frecuentes, suelen provocar un inicio más brusco con fiebre alta, dolor intenso y placas en las amígdalas. El principal agente es el Streptococcus pyogenes, conocido como “faringitis estreptocócica”. Un diagnóstico y tratamiento correctos son esenciales para evitar complicaciones como la fiebre reumática. Otras bacterias pueden causarla, aunque con menor frecuencia.

Tipos de amigdalitis

La amigdalitis puede clasificarse en función de la frecuencia y duración de los episodios. Reconocer el tipo es importante para orientar el tratamiento más adecuado.

Amigdalitis aguda

Es la forma más común. Dura menos de una semana y suele aparecer de forma repentina. Puede estar causada por virus (la mayoría de los casos) o por bacterias, como el Streptococcus pyogenes. Los síntomas incluyen dolor de garganta, fiebre, dificultad para tragar, amígdalas inflamadas y, en algunos casos, vómitos en niños. El tratamiento depende de la causa: medidas de alivio y reposo en infecciones virales, y antibióticos en las bacterianas.

Amigdalitis crónica

Se caracteriza por una inflamación persistente de las amígdalas, que puede generar molestias continuas, infecciones repetidas o problemas como la apnea del sueño. En casos graves, puede recomendarse la amigdalectomía (cirugía para extirpar las amígdalas).

Amigdalitis recurrente

Se define por episodios repetidos de amigdalitis aguda, separados por periodos sin síntomas. Si los episodios son muy frecuentes e impactan la calidad de vida, el especialista puede indicar una amigdalectomía. Este procedimiento busca reducir de forma significativa las recaídas y mejorar el bienestar del paciente.

¿Cómo se diagnostica la amigdalitis?

El diagnóstico de la amigdalitis busca diferenciar si la causa es viral o bacteriana, ya que el tratamiento es distinto. Para ello, el médico se basa en la exploración clínica y, cuando es necesario, en pruebas específicas.

Exploración clínica

El médico revisa la garganta para detectar enrojecimiento, placas o hinchazón de las amígdalas, palpa el cuello para comprobar si hay ganglios inflamados y evalúa otros síntomas asociados. La ausencia de tos, por ejemplo, puede orientar hacia una causa bacteriana.

Pruebas rápidas de estreptococo

La llamada Strep A test se realiza con un hisopo en la garganta y ofrece resultados en pocos minutos. Un resultado positivo confirma la infección bacteriana y permite iniciar antibióticos de forma segura.

Cultivo faríngeo

Es la prueba de referencia y consiste en analizar en laboratorio la muestra tomada de la garganta. Su principal ventaja es la alta precisión, aunque tarda entre 24 y 48 horas en dar resultado.

Diagnóstico diferencial

Algunos síntomas pueden confundirse con otras enfermedades, como la mononucleosis infecciosa, el absceso periamigdalino o cuadros virales como la gripe o la herpangina. Por eso, en casos de duda, pueden solicitarse pruebas adicionales.

¿Cómo se trata la amigdalitis?

El enfoque terapéutico depende directamente de la causa de la infección, ya sea viral o bacteriana.

Tratamiento de la amigdalitis viral

La mayoría de los casos de amigdalitis son causados por virus (hasta un 70%). En estas situaciones, los antibióticos no son eficaces y el tratamiento se centra en aliviar los síntomas. La amigdalitis viral suele mejorar de manera espontánea en un plazo de 7 a 10 días.

El manejo sintomático incluye:

  • Analgésicos y antiinflamatorios: Ayudan a controlar el dolor de garganta y la fiebre.
  • Reposo: Favorece la recuperación del organismo.
  • Hidratación: Beber abundante agua y líquidos para mantener la garganta húmeda y evitar la deshidratación.
  • Cuidados de apoyo: Tomar bebidas tibias, ingerir alimentos fríos, realizar gárgaras con agua salada (en quienes puedan hacerlo) y usar humidificadores para aliviar la irritación de la garganta.

No se deben recetar antibióticos si se sospecha que la causa es viral.

Tratamiento de la amigdalitis bacteriana (antibióticos)

Cuando la amigdalitis es causada por una infección bacteriana, principalmente por Streptococcus pyogenes (estreptococo del grupo A), el tratamiento de elección son los antibióticos. La indicación se basa en la evaluación clínica mediante las escalas de Centor o McIsaac (puntuación de 3 o más) y, preferiblemente, en la confirmación con una prueba rápida de antígeno (Strep A test). En ausencia de la prueba, el médico puede iniciar el tratamiento según la puntuación clínica.

Los antibióticos recomendados son:

  • Primera elección: La penicilina es el fármaco de referencia por su eficacia, bajo costo y porque el estreptococo sigue siendo sensible a ella. La amoxicilina es una alternativa igualmente recomendada, sobre todo en niños, ya que tiene mejor sabor en suspensión y permite pautas de una o dos dosis diarias.
  • Duración: Se recomienda completar 10 días de tratamiento con penicilina o amoxicilina para asegurar la erradicación de la bacteria y prevenir complicaciones como la fiebre reumática.
  • Alternativas para alérgicos a la penicilina: En reacciones leves y tardías, se pueden usar cefalosporinas de primera generación (como cefadroxilo). En alergias graves o inmediatas, se indican antibióticos no betalactámicos como macrólidos (josamicina, claritromicina, azitromicina) o clindamicina.

Es fundamental completar todo el ciclo de antibióticos, incluso si los síntomas mejoran antes, para evitar recaídas, complicaciones o la diseminación de la infección.

Cuidados generales en casa

Además del tratamiento médico indicado por el especialista, existen una serie de medidas de apoyo en casa que ayudan a aliviar los síntomas de la amigdalitis y favorecen una mejor recuperación:

  • Descanso: Es fundamental permitir que el cuerpo se recupere. Dormir lo suficiente y evitar esfuerzos físicos acelera la mejoría.
  • Hidratación: Beber abundantes líquidos, en especial agua, infusiones sin cafeína o caldos tibios, ayuda a mantener la garganta húmeda y a disminuir la irritación.
  • Gárgaras con agua salada: En adultos y niños mayores que puedan hacerlo de forma segura, las gárgaras con agua tibia y sal pueden aliviar el dolor de garganta.
  • Pastillas y aerosoles para la garganta: Algunas pastillas con anestésicos locales o antiinflamatorios pueden proporcionar un alivio temporal del dolor y la inflamación.
  • Humidificar el aire: Utilizar un humidificador de aire frío o inhalar vapor en un baño cerrado puede reducir la sequedad e irritación de la garganta.
  • Evitar irritantes: Es importante evitar el humo del tabaco y el contacto con productos químicos o de limpieza que puedan agravar la irritación.

Cirugía: amigdalectomía (indicaciones y recuperación)

La amigdalectomía es la cirugía para extirpar las amígdalas. No es un tratamiento de primera línea y solo se recomienda en casos específicos donde otros tratamientos no han sido suficientes. Cuando está indicada, es una opción altamente efectiva para prevenir nuevos episodios y mejorar la calidad de vida del paciente.

Indicaciones para la amigdalectomía

  • Amigdalitis recurrente: Es la causa más frecuente para indicar cirugía. Se suelen aplicar los criterios de Paradise:
    • Siete o más episodios en el último año.
    • Cinco o más episodios al año durante dos años consecutivos.
    • Tres o más episodios al año durante tres años consecutivos.
  • Complicaciones: También puede recomendarse cuando la amigdalitis ocasiona problemas difíciles de manejar, como:
    • Apnea obstructiva del sueño.
    • Dificultad para respirar o tragar.
    • Absceso periamigdalino recurrente o que no mejora con antibióticos.
    • Convulsiones febriles repetidas asociadas a la infección.

Recuperación

La amigdalectomía suele realizarse de forma ambulatoria, lo que significa que el paciente puede regresar a casa el mismo día de la cirugía. La recuperación completa tarda entre 7 y 14 días. Durante este periodo, es fundamental un adecuado manejo del dolor, ya que se trata de una de las intervenciones más dolorosas en otorrinolaringología. Una buena hidratación, reposo y el seguimiento de las indicaciones médicas son claves para una recuperación segura.

¿Dónde la tratamos?

EN NAVARRA Y MADRID

El Departamento de Otorrinolaringología
de la Clínica Universidad de Navarra

El Departamento de Otorrinolaringología de la Clínica Universidad de Navarra es referencia nacional y mundial en numerosos procedimientos quirúrgicos altamente especializados.

Disponemos de la última tecnología y realizamos todas las pruebas diagnósticas en menos de 48 horas para ofrecer a nuestros pacientes la mejor solución en el menor tiempo posible.

Hemos sidos de los primeros centros de España en utilizar cirugía robótica en el tratamiento quirúrgico con el sistema Da Vinci®. 

Organizados en unidades especializadas

  • Otología - Audición.
  • Rinología - Nariz.
  • Faringología - Garganta.
  • Laringología - Voz.
  • Trastornos del equilibrio.
  • Problemas de cabeza y cuello.
Imagen de la fachada de consultas de la sede en Pamplona de la Clínica Universidad de Navarra

¿Por qué en la Clínica?

  • Expertos en el tratamiento de problemas de hipoacusia.
  • Pioneros en intervenciones por vía axilar para no dejar cicatriz.
  • Centro de referencia nacional en sellado de tejidos para extirpar las amígdalas.