DICCIONARIO MÉDICO

Tiazida

¿Qué es la tiazida?

Las tiazidas son una clase de medicamentos diuréticos ampliamente utilizados en el tratamiento de diversas afecciones médicas, como la hipertensión arterial, la insuficiencia cardíaca, el síndrome nefrótico y la retención de líquidos. Estos fármacos ejercen su efecto terapéutico a través de la inhibición de la reabsorción de sodio y cloruro en el túbulo contorneado distal de los riñones, lo que resulta en un aumento de la excreción de agua y electrolitos en la orina.

La acción diurética de las tiazidas se logra mediante la inhibición del cotransportador de cloruro de sodio (Na-Cl) en la membrana luminal de las células tubulares renales, lo que reduce la reabsorción de estos iones. Este efecto conduce a una disminución del volumen intravascular y de la presión arterial, lo que hace que las tiazidas sean particularmente útiles en el tratamiento de la hipertensión arterial. Además, las tiazidas pueden aumentar la excreción de potasio, lo que puede resultar en hipopotasemia en algunos pacientes.

Las tiazidas son administradas por vía oral y están disponibles en varias formas farmacéuticas, como tabletas, cápsulas y soluciones. Los ejemplos de medicamentos de la clase de las tiazidas incluyen hidroclorotiazida, clortalidona, indapamida y metolazona. La elección del medicamento específico y la dosis dependen de la condición clínica del paciente y de la respuesta al tratamiento.

En el manejo de la hipertensión, las tiazidas son a menudo la primera opción en el tratamiento debido a su eficacia demostrada, perfil de seguridad y bajo costo. Además, se ha demostrado que estas sustancias reducen el riesgo de eventos cardiovasculares en pacientes hipertensos. Las tiazidas también se utilizan en combinación con otros agentes antihipertensivos, como los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA), los antagonistas de los receptores de angiotensina II (ARA-II) y los bloqueadores de los canales de calcio, para mejorar el control de la presión arterial en pacientes que no responden adecuadamente a un solo agente.

Las tiazidas también se utilizan en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca para reducir la congestión y la retención de líquidos, mejorando así los síntomas y la calidad de vida de los pacientes. En el síndrome nefrótico, las tiazidas pueden emplearse para controlar la retención de líquidos y el edema, aunque su eficacia puede ser limitada en casos de función renal severamente comprometida.

A pesar de su perfil de seguridad generalmente favorable, las tiazidas pueden causar efectos adversos en algunos pacientes. Entre los efectos secundarios más comunes se encuentran la hipopotasemia, la hiponatremia, la hipomagnesemia, la hiperuricemia, la hiperglucemia, la hiperlipidemia y la disfunción eréctil.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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