DICCIONARIO MÉDICO

Somatomedina

¿Qué es la somatomedina?

Las somatomedinas, también conocidas como factores de crecimiento similares a la insulina (IGF, por sus siglas en inglés), son una familia de proteínas que juegan un papel crucial en el crecimiento y desarrollo del cuerpo humano. El nombre "somatomedina" proviene de su función mediadora de la hormona somatotropina, o la hormona del crecimiento.

La familia de las somatomedinas se compone principalmente de dos factores, la somatomedina C (también conocida como IGF-1) y la somatomedina A (también conocida como IGF-2). Ambas son producidas principalmente por el hígado en respuesta a la estimulación por la hormona del crecimiento (GH), que es secretada por la glándula pituitaria.

La somatomedina C o IGF-1 es la más estudiada de las somatomedinas y tiene un papel fundamental en la mediación de los efectos de la GH. La IGF-1 actúa sobre una variedad de tejidos en el cuerpo, incluyendo los huesos, los músculos, el hígado y el cartílago. En los huesos, la IGF-1 estimula la proliferación de las células óseas y aumenta la síntesis de proteínas, lo que contribuye al crecimiento longitudinal del hueso. En los músculos, la IGF-1 promueve la hipertrofia muscular, lo que resulta en un aumento de la masa muscular. En el hígado, la IGF-1 incrementa la síntesis de proteínas y la producción de glucosa.

La somatomedina A o IGF-2, a diferencia de la IGF-1, no está tan claramente regulada por la GH. La IGF-2 se expresa abundantemente durante el desarrollo fetal y parece desempeñar un papel importante en el crecimiento prenatal. Aunque la IGF-2 sigue siendo producida en la vida adulta, su función es menos clara. Sin embargo, algunos estudios han sugerido que la IGF-2 puede estar implicada en la regulación de la homeostasis de los tejidos y la regeneración de los mismos.

Las somatomedinas no actúan solas. Para llevar a cabo su acción, se unen a los receptores específicos de la superficie celular, llamados receptores de IGF. Una vez unida a su receptor, la somatomedina activa una serie de vías de señalización intracelular que resultan en los efectos mencionados anteriormente.

Además, la actividad de las somatomedinas está finamente regulada por un conjunto de proteínas de unión a IGF (IGFBP, por sus siglas en inglés). Hay seis IGFBP conocidas, que se unen a las somatomedinas con alta afinidad. Estas proteínas pueden prolongar la vida media de las somatomedinas en la circulación y modular su interacción con los receptores de IGF.

Las alteraciones en el sistema de las somatomedinas pueden resultar en una serie de trastornos del crecimiento y el desarrollo. Por ejemplo, una deficiencia de IGF-1 puede resultar en un tipo de enanismo conocido como enanismo por deficiencia de IGF-1. Por otro lado, un exceso de IGF-1 puede resultar en acromegalia, una condición caracterizada por un crecimiento excesivo de los huesos y los tejidos blandos.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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