DICCIONARIO MÉDICO

Reperfusión

¿Qué es reperfusión?

La reperfusión, dentro del ámbito médico, es un término que se refiere al restablecimiento del flujo sanguíneo a una zona que previamente había sufrido una reducción o cese de dicho flujo, generalmente debido a una obstrucción. Esta restauración puede ser espontánea o inducida por intervenciones médicas. La reperfusión es esencialmente benéfica, ya que el restablecimiento del suministro de sangre oxigenada a los tejidos puede prevenir o revertir daños isquémicos. Sin embargo, en ciertas circunstancias, el proceso de reperfusión en sí mismo puede inducir lesiones.

El fenómeno conocido como "lesión por reperfusión" se refiere al daño tisular que ocurre cuando el flujo sanguíneo se restaura a un área previamente isquémica. Durante el período de isquemia, las células pueden adaptarse a la falta de oxígeno cambiando su metabolismo a rutas anaeróbicas, lo que lleva a la acumulación de productos metabólicos potencialmente tóxicos. Cuando finalmente se restablece el flujo sanguíneo, estos productos tóxicos, junto con el oxígeno, pueden generar especies reactivas de oxígeno, las cuales pueden dañar estructuras celulares vitales.

Es relevante mencionar que el proceso de isquemia-reperfusión tiene un papel importante en múltiples escenarios clínicos. Uno de los más conocidos es el infarto agudo de miocardio, donde una obstrucción coronaria provoca una reducción del flujo sanguíneo al miocardio. Al desobstruir el vaso, ya sea mediante trombolisis o intervención coronaria percutánea, se produce la reperfusión, que, si bien es vital para la supervivencia del tejido, puede conllevar a lesiones adicionales en el músculo cardíaco.

Similarmente, la lesión por reperfusión es una consideración en la cirugía vascular, especialmente durante procedimientos que requieren la oclusión temporal de un vaso. Las técnicas quirúrgicas y anestésicas modernas han evolucionado para minimizar este riesgo, incluyendo la administración de medicamentos que pueden reducir el daño oxidativo.

Otro escenario donde la reperfusión es crucial es en la enfermedad cerebrovascular, específicamente en el accidente cerebrovascular isquémico. Aquí, una oclusión arterial, generalmente causada por un trombo, lleva a una disminución del flujo sanguíneo a una parte del cerebro. La intervención rápida para restablecer este flujo es esencial para minimizar el daño neurológico. Sin embargo, al igual que en el corazón, el cerebro también es susceptible a la lesión por reperfusión.

El trasplante de órganos es otra situación donde la isquemia y la reperfusión desempeñan un papel crucial. Durante el proceso de trasplante, un órgano donado inevitablemente experimenta un período de isquemia. Cuando se implanta en el receptor y se restablece el suministro de sangre, puede ocurrir una lesión por reperfusión. Esto ha llevado a la investigación y desarrollo de soluciones de preservación y técnicas quirúrgicas diseñadas para minimizar estos daños.

Desde el punto de vista bioquímico y celular, la reperfusión desencadena una serie de eventos complejos. El aumento repentino de oxígeno puede llevar a la formación de radicales libres. Además, la reperfusión puede activar vías inflamatorias, atrayendo leucocitos al área afectada, lo que puede exacerbar el daño tisular. También puede haber un desequilibrio en el metabolismo del calcio intracelular, lo que puede conducir a la disfunción y muerte celular.

En términos de diagnóstico y tratamiento, es esencial identificar rápidamente las situaciones de isquemia para facilitar una reperfusión oportuna. Herramientas como la electrocardiografía, la resonancia magnética y otros estudios de imagen son fundamentales en este proceso. Sin embargo, tan importante como el restablecimiento del flujo sanguíneo es la necesidad de reconocer y minimizar el potencial daño secundario causado por la reperfusión.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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