5 consejos para cuidarse a la hora de cuidar

Estos días se ha celebrado la Jornada Mundial del Enfermo en la que se ha destacado el papel de los cuidados y necesidades afectivas que se tienen durante la enfermedad.

Las personas que se encargan de los cuidados atraviesan muchas veces situaciones de posible sobrecarga física y emocional que, a larga, pueden acabar pasando factura a su salud. Por este motivo, resulta importante conocerse y poner límites realistas a la carga de los cuidados y mantener hábitos saludables.

Si nos encontramos al cuidado de alguien, no podemos desatender estos 5 consejos.

Alimentación: comer bien, suficiente y de forma variada, sentada/o y sin prisas. Hacer una alimentación sana, combinando todo tipo de alimentos y mantener un peso adecuado. Se deberá evitar los estimulante como el café, té o posibles medicamentos que generen nerviosismo.

Dormir y descansar varias veces al día o lo suficiente según cada persona: por lo general, a las noches un mínimo de 7 a 8 horas, una pequeña siesta y un descanso de 5 a 10 minutos de vez en cuando a lo largo del día. En muchos casos el antender a una persona durante las noches hace perder tiempo de sueño.

Ejercicio diario si es posible: las actividades cotidianas no son suficientes ya que no descargan lo suficiente cuando hay una sobrecarga importante. Se debe encontrar tiempo para hacer ejercicio; caminar rápido, hacer una tabla de ejercicios en casa, bicicleta estática u otros aparatos. Es importante descargar la tensión física; ejercicio físico, masaje, respiración, relajación física y mental, cocinar, leer, rezar…Hablar por teléfono con familiares y amigos, evitaremos el estrés, ya que así se alivia la tensión emocional, expresando y contando a otras personas nuestros sentimientos.

Los sentimientos y emociones también cobran una vital importancia: estos son muchos y variados, incluso contradictorios de los mal visto y bien vistos, además pueden varían con el tiempo y las circunstancias; satisfacción, tranquilidad, enfado, irritación, etc. En ocasiones se siente tristeza, preocupación y dolor por la persona querida y su sufrimiento, sentimientos de protección, cariño y apoyo. Otras veces se siente culpa, porque se albergan sentimientos negativos haca la persona cuidada o deseo de que muera. Estos sentimientos y sensaciones son lógicas a la situación de cuidar, a veces es dura, difícil y sobrecarga mucho emocionalmente. Para aliviar esta posible sobrecarga es importante reconocerlos y aceptarlos todos, pensar por que nos ocurren, alejar los sentimientos de culpa, hablar con personas de confianza o en la misma situaciones y mantener una “distancia emocional de seguridad”. Por otro lado también pueden venir bien las habilidades de relajación, la distancia física, saliendo todo lo posible del espacio en que se cuida y la distancia mental: música, lectura…

Compartir cuidados de nuestro familiar dependiente: hasta hace poco, todo recaía normalmente sobre la figura de la mujer y como varias investigaciones han demostrado existe “alerta sobre el excesivo peso de la familia en el apoyo a los mayores”. Por lo tanto podríamos decir que la idea de compartir cuidados es una de las mejores formas de prevenir y aliviar la sobrecarga de quienes cuidan. Ya pueden ser; grupo familiar, tipos de servicios públicos (sociales, de ayuda a domicilio, de salud), asociaciones de autoayuda, grupos de voluntariado, contratar a alguien unas horas, las noches, unos días.

Sin embargo a la hora de contratar a un cuidador profesional se debe tener en cuenta que nadie hace las cosas igual, por lo tanto las formas de cuidar no serán las mismas de una persona a otra, pero por ello hay que ser tratadas con respeto. Deberemos tener en cuenta que la persona cuidada solicita demasiada atención o de forma inadecuada, por lo que es importante saber decir no para evitar sobrecargas, con razones pero sin excusas. Todo ello es muy complicado, por ello se puede acudir a asociaciones o grupos de gente que ha pasado o está pasando por la misma situación y puedan ayudar mucho.