Juanetes, la importancia de un buen calzado

Un mal calzado puede conllevar la aparición de diferentes molestias en el pie. La deformación del antepié engloba las consultas más frecuentes en torno a las dolencias del pie. En concreto, la aparición de los juanetes es de las más corrientes. Así lo reconoce el Dr. Rafael Llombart, especialista del Departamento de Cirugía Ortopédica y Traumatología de la Clínica Universidad de Navarra con dedicación preferencial a la patología del pie y tobillo.

El primer dedo del pie, el dedo gordo, es el principal afectado por la aparición de esta dolencia. “El juanete es una deformidad que afecta a la articulación metatarsofalángica del primer radio en la que este dedo se desvía lateralmente hacía el resto”. El signo más conocido del desarrollo de esta enfermedad es el surgimiento de un bulto en el borde medial del pie, que conforme va creciendo comienza a provocar dolor.

“Aunque las causas de estas patologías son múltiples, uno de los factores más importantes en la aparición de las deformidades es el uso de calzado cerrado en punta y la disminución de espacio suficiente para los dedos”, explica el Dr. Llombart. Junto al calzado se encuentra la causa genética, sin embargo, el paciente poco puede hacer para prevenirla.

Por ello, el uso de un calzado adecuado se vuelve fundamental tanto para prevenir como para tratar los juanetes, y así frenar su desarrollo. El tratamiento más conservador es el uso de férulas o cambiando el tipo de calzado. “Las medidas conservadoras no van a corregir la deformidad existente, sino que pueden evitar que aumente y mejorar los síntomas”, reconoce el especialista.

El único procedimiento correctivo de los juanetes es la cirugía. Existen diferentes técnicas quirúrgicas que se determinan según el nivel de afectación y gravedad de cada caso. La intervención va a corregir la deformación, que deberá ser cuidada posteriormente con el uso de un buen calzado para no restar efectividad a la cirugía.

Otras patologías del pie

El juanete es una de las dolencias que puede afectar al pie, que está compuesto por de 26 huesos, 33 articulaciones y más de un centenar de músculos, ligamentos y tendones. Una complejidad que abre las puertas a distintas enfermedades. Una de las que puede acompañar al juanete es la bursitis, una inflamación de la bolsa sinovial que recubre las articulaciones.

“Otras deformaciones que dañan los dedos son los dedos en garra o martillo, que varían según el nivel de deformidad y que ésta sea en flexión o extensión”, apunta. En ellas, de nuevo el calzado juega un papel clave. En esta línea, el Dr. Llombart recuerda cuál es el calzado más adecuado para un buen cuidado de nuestros pies:

  • Que sea anatómico y con la horma interna recta.
  • Con espacio suficiente para todos los dedos: evitar zapatos que terminen en punta o en forma de V invertida.
  • El tacón cuanto menor sea, mejor: el tacón favorece la retracción de la musculatura posterior de la pierna. Lo ideal sería no llevar un tacón superior a los 2’5 o 3 cm.