¿Existe un bronceado saludable? Claves para cuidar tu piel y evitar daños solares
La llegada del verano, las comidas fuera de casa, los cambios de rutina y las altas temperaturas pueden poner en riesgo nuestros hábitos alimentarios. Desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas (CGCODN) recuerdan que es posible disfrutar de este periodo sin renunciar a una dieta saludable en verano, siempre que se mantengan buenos hábitos la mayor parte del tiempo y se eviten las dietas exprés para compensar excesos.
Ainhoa Garde, nutricionista de la Clínica Universidad de Navarra, comparte algunas claves prácticas para mantener una dieta equilibrada, segura e hidratante durante los meses más calurosos del año. La clave está en el equilibrio, la variedad y la elección consciente de alimentos adaptados a nuestra salud y estilo de vida.

Rafael Salido, dermatólogo de la Clínica Universidad de Navarra,
responde las preguntas más frecuentes sobre el bronceado
"La única forma segura de lograr un tono bronceado de forma saludable son los autobronceadores"
El Dr. Rafael Salido, dermatólogo en Clínica Universidad de Navarra, nos detalla los cuidados que debemos tener con la piel en verano
¿Es posible tener un bronceado saludable?
Según la Academia Americana de Dermatología, no existe el concepto de “bronceado saludable”. Cualquier cambio en la coloración natural de la piel representa una respuesta al daño causado por la radiación ultravioleta. Esta agresión cutánea no solo favorece el envejecimiento prematuro de la piel, sino que incrementa el riesgo de desarrollar cáncer cutáneo a largo plazo.
Por tanto, la única manera de obtener un tono bronceado sin exponerse a estos riesgos es mediante el uso de autobronceadores. Estos productos actúan sobre la capa más superficial de la piel, proporcionando una coloración artificial sin necesidad de exposición solar.
¿Cómo hay que tratar las quemaduras del sol?
La mejor estrategia contra las quemaduras solares es la prevención. No obstante, si se produce una quemadura por exceso de exposición al sol, se recomienda aplicar compresas frías o darse baños con agua fresca para calmar la piel.
Es importante hidratar la zona afectada con cremas emolientes y beber abundante agua para evitar la deshidratación. En caso de que aparezcan ampollas, nunca deben pincharse ni retirarse, ya que esto aumenta el riesgo de infección.
Si la quemadura resulta extensa o severa, se aconseja consultar con un dermatólogo para valorar el tratamiento más adecuado.
¿Por qué se va el bronceado y cuánto dura?
El bronceado es una reacción natural de la piel frente a la radiación ultravioleta, que estimula la producción de melanina como mecanismo de defensa. Este efecto es temporal y su duración oscila entre dos y cuatro semanas, en función del tipo de piel, la intensidad de la exposición y los cuidados posteriores.
La razón por la que el bronceado desaparece radica en el ciclo natural de renovación cutánea: las células pigmentadas de las capas superficiales se descaman progresivamente, siendo reemplazadas por otras nuevas.
¿Tengo que proteger los tatuajes del sol?
Sí, es fundamental. La exposición solar puede deteriorar no solo la estética de los tatuajes —que pueden perder intensidad y nitidez con el tiempo—, sino también dañar la piel que los contiene.
La Academia Española de Dermatología y Venerología recomienda proteger la piel tatuada con fotoprotectores de amplio espectro y alto factor de protección, incluso años después de haberse realizado el tatuaje.
Esta medida ayuda a preservar su aspecto y, sobre todo, contribuye a prevenir daños cutáneos que podrían derivar en lesiones graves.
¿A qué hora te pones más moreno?
La radiación solar alcanza su máxima intensidad entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde. Durante esta franja horaria se produce una mayor absorción de radiación ultravioleta por parte de la piel, lo que incrementa el riesgo de quemaduras y de otros daños a largo plazo.
Aunque es precisamente en estas horas cuando se intensifica la pigmentación cutánea, los dermatólogos recomiendan evitar la exposición directa al sol en este intervalo y reforzar las medidas de fotoprotección para preservar la salud cutánea.