DICCIONARIO MÉDICO

Abscesografía

¿Qué es la abscesografía?

La abscesografía es una técnica de diagnóstico por imagen utilizada para identificar y evaluar la presencia de abscesos en diversas partes del cuerpo. Esta técnica se basa en la utilización de medios de contraste radiológicos que permiten visualizar las cavidades llenas de pus y su extensión en los tejidos afectados. La abscesografía es una herramienta esencial en la Medicina, especialmente en la evaluación de infecciones profundas que no son fácilmente detectables mediante métodos de diagnóstico convencionales.

Los abscesos son colecciones localizadas de pus que se forman como respuesta a una infección bacteriana, micótica o parasitaria. El cuerpo humano responde a la invasión de microorganismos patógenos enviando células inflamatorias al sitio de la infección, lo que resulta en la formación de pus, compuesto por tejido necrótico, bacterias, leucocitos muertos y otros componentes. La detección y el manejo adecuado de los abscesos son cruciales para prevenir complicaciones graves, como la sepsis, la extensión de la infección a estructuras adyacentes y el daño permanente a los órganos involucrados.

Para qué sirve la la abscesografía

La abscesografía es especialmente útil en la localización y caracterización de abscesos profundos en el abdomen, el tórax, la pelvis y otras áreas donde los métodos de diagnóstico por imagen estándar, como la ecografía y la tomografía computarizada (TC), pueden no proporcionar una visualización adecuada. El procedimiento de abscesografía generalmente implica la inyección de un medio de contraste a través de una aguja o un catéter en la cavidad del absceso. Este medio de contraste permite delinear claramente la estructura del absceso y su relación con las estructuras anatómicas circundantes en las imágenes radiográficas.

El proceso de abscesografía comienza con la evaluación clínica del paciente y la identificación de los signos y síntomas sugestivos de un absceso. Estos pueden incluir fiebre, dolor localizado, inflamación y, en algunos casos, síntomas sistémicos como escalofríos y malestar general. Una vez que se sospecha la presencia de un absceso, se realizan estudios de imagen iniciales, como ecografía o TC, para confirmar la presencia de una colección líquida. Si estos estudios sugieren un absceso pero no proporcionan una visualización clara de su extensión y características, se procede a la abscesografía.

Cómo se realiza la abscesografía

La técnica de abscesografía requiere la utilización de equipos de imagen avanzados y la experiencia de un radiólogo intervencionista. El procedimiento comienza con la colocación del paciente en una posición adecuada para el acceso al sitio del absceso. Bajo guía imagenológica, se introduce una aguja o catéter en la cavidad del absceso. Una vez posicionada correctamente, se inyecta el medio de contraste y se obtienen imágenes radiográficas en varias proyecciones. Estas imágenes permiten al radiólogo evaluar la morfología del absceso, su tamaño, la presencia de septos internos y la posible comunicación con otras estructuras anatómicas.

Cuándo está indicada la abscesografía

La abscesografía tiene varias indicaciones clínicas. Es particularmente valiosa en el diagnóstico de abscesos intraabdominales, que pueden resultar de infecciones postquirúrgicas, enfermedad inflamatoria intestinal, diverticulitis o apendicitis complicada. También se utiliza en la evaluación de abscesos hepáticos, pulmonares, renales y pélvicos. En el caso de abscesos hepáticos, la abscesografía puede ayudar a diferenciar entre abscesos amebianos y piogénicos, lo cual es crucial para la selección del tratamiento adecuado.

Además de su valor diagnóstico, la abscesografía puede guiar intervenciones terapéuticas, como el drenaje percutáneo de abscesos. En este contexto, la inyección de medio de contraste no solo ayuda a delinear la cavidad del absceso, sino que también facilita la colocación precisa de catéteres de drenaje, optimizando el procedimiento y aumentando las posibilidades de éxito.

El drenaje percutáneo guiado por abscesografía es una alternativa menos invasiva a la cirugía abierta y se ha convertido en el tratamiento de elección para muchos tipos de abscesos profundos. Este procedimiento implica la inserción de un catéter de drenaje en la cavidad del absceso bajo guía radiológica, permitiendo la evacuación del pus y la administración de soluciones de lavado si es necesario. La abscesografía asegura que el catéter se coloque en la posición óptima y que el drenaje sea completo, reduciendo el riesgo de complicaciones y mejorando los resultados clínicos.

Riesgos y limitaciones de la abscesografía

Sin embargo, la abscesografía no está exenta de riesgos y limitaciones. Las posibles complicaciones del procedimiento incluyen infección secundaria, hemorragia y perforación de órganos adyacentes. Además, en algunos casos, la inyección de medio de contraste puede causar reacciones adversas, especialmente en pacientes con antecedentes de alergias a los medios de contraste yodados. Por lo tanto, es esencial una evaluación cuidadosa del paciente y la realización del procedimiento en un entorno controlado por profesionales capacitados.

En cuanto a la limitación de la técnica, es importante mencionar que la abscesografía puede no ser adecuada para todos los tipos de abscesos. Por ejemplo, los abscesos muy pequeños o aquellos localizados en áreas de difícil acceso pueden no ser fácilmente abordables mediante esta técnica. En tales casos, se pueden considerar otras modalidades de imagen o intervenciones quirúrgicas para el diagnóstico y tratamiento.

La abscesografía también desempeña un papel importante en la monitorización del tratamiento de abscesos. Después del drenaje percutáneo o la administración de terapia antimicrobiana, se pueden realizar estudios de seguimiento para evaluar la resolución del absceso y detectar posibles recurrencias. La capacidad de visualizar cambios en la cavidad del absceso a lo largo del tiempo permite a los médicos ajustar el tratamiento según sea necesario y asegurar una recuperación completa del paciente.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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