Especialistas de la Clínica Universidad de Navarra realizan el tercer trasplante de corazón en un mismo paciente
Se trata de un riojano de 52 años, a quien ha sido necesario implantarle un corazón en tres ocasiones distintas (1990, 2003 y 2012), todas en el mismo centro hospitalario. Desde que recibió su primer corazón, ha sido 8 veces campeón de Europa de Tenis para trasplantados y una vez subcampeón del mundo en Japón.
25 de octubre de 2012
Un equipo de cirujanos cardiacos de la Clínica realizó, el pasado 24 de mayo, el tercer trasplante de corazón en un mismo paciente.
Se trata de un riojano de 52 años -derivado por el Sistema Riojano de Salud-, a quien por diferentes motivos médicos ha sido necesario realizarle tres trasplantes cardiacos: el primero en 1990, el segundo en 2003 y el tercero el pasado mes de mayo. Tres meses después de esta última intervención, el paciente Juan Vicente del Álamo mantiene una evolución satisfactoria de su salud.
Actualmente, las revisiones periódicas verifican una mejoría gradual, de forma que el receptor ya ha vuelto a retomar su actividad diaria normal, destaca el doctor Gregorio Rábago, director del Servicio de Cirugía Cardiaca de la Clínica Universidad de Navarra, quién lideró la intervención quirúrgica en la que se le practicó su tercer trasplante cardiaco.
El equipo médico que le asistió durante la operación estuvo integrado además por los doctores Rafael Hernández Estefanía, especialista del Servicio de Cirugía Cardiaca, Lukasz Karol Grochowicz, especialista del Servicio de Cirugía Vascular, María Josefa Iribarren y Cisse Mbongo, ambos especialistas del Departamento de Anestesia.
La cirugía se desarrolló durante 10 horas y en ella intervino un equipo de tres cirujanos, dos anestesistas y tres enfermeras especializadas. La recuperación en la Unidad de Cuidados Intensivos se prolongó por espacio de 10 días.
El caso de este paciente riojano constituye una de las primeras y raras ocasiones en nuestro país en la que se ha sometido a una persona a un tercer trasplante cardiaco. “Existen contados casos en el mundo, ya que las indicaciones son muy estrictas a la hora de realizar un tercer e, incluso, un cuarto retrasplante”, precisa el doctor Rábago.
No ocurre lo mismo en el caso de los trasplantes renales, una intervención en la que se ha llegado a trasplantar 3 y 4 veces el riñón a un mismo paciente, operaciones de las que en la Clínica se han realizado 13 en los últimos 25 años.
Causas del tercer trasplante
Según explica el doctor Rábago, las causas que motivaron el tercer trasplante cardiaco en este paciente residieron “en una reacción inmunológica de rechazo del organismo del receptor contra el segundo órgano trasplantado, en la que muy posiblemente estarían implicados factores inmunológicos surgidos a raíz del primer corazón implantado”.
El cirujano describe de forma genérica el rechazo como “una respuesta natural del sistema inmune contra un organismo ajeno: virus, bacterias o, como en este caso, un corazón trasplantado”. En concreto, indica que para evitar el rechazo en los trasplantes “se administran al receptor fármacos inmunosupresores, que disminuyen la capacidad de respuesta de su sistema inmune”. Debido a la inmunosupresión, “estos pacientes son más propensos a sufrir infecciones”.
En el caso de Juan Vicente, el equipo de especialistas detectó a principios de 2011 un mal funcionamiento de su corazón, “especialmente de su ventrículo derecho, que fue el que dio las primeras señales de alarma”, recuerda el facultativo. Para conocer la causa, los especialistas le sometieron a una batería de pruebas (TACs, biopsias y cateterismo, entre otras), “con las que descartamos diferentes posibilidades diagnósticas”, afirma. Ante el paulatino empeoramiento del paciente, la decisión del equipo médico fue realizar de nuevo otro trasplante cardiaco, en esta ocasión, el tercero.
Serio problema para el retrasplante
En los estudios previos al trasplante, los especialistas encontraron una tasa muy alta de anticuerpos como reacción del sistema inmune del paciente. “Presentaba índices elevadísimos de anticuerpos anti-HLA, circunstancia que podría explicar el mal funcionamiento de su corazón”, explica el doctor Rábago. Además, este hallazgo complicaba significativamente la posibilidad de realizar un nuevo trasplante, tal y como habían previsto los especialistas de la Clínica. “Con esa tasa de anticuerpos no se le podía re-trasplantar. Teníamos un serio problema ya que cualquier otro injerto resultaría rechazado por el organismo del paciente”, subraya el cirujano cardiaco.
Ante esta situación, los especialistas intentaron inicialmente disminuir al máximo los niveles de los mencionados anticuerpos. Para ello se contó con un equipo multidisciplinar que incluía hematólogos, inmunólogos y nefrólogos, quienes utilizaron diversas técnicas de depuración extra-renal, mediante columnas de inmunoadsorción (Miltenyi) y diferentes fármacos inmunomoduladores.
“Tras varios meses y mucho esfuerzo -recuerda el doctor Rábago- conseguimos disminuir los niveles de anticuerpos a unos niveles adecuados como para poder garantizar el éxito del trasplante evitando un rechazo agudo del injerto”.
Finalmente, en septiembre de 2011 los especialistas de la Clínica decidieron incluir a Juan Vicente en lista de espera para un trasplante cardiaco de donante compatible, es decir, “necesitábamos un donante cuyo corazón, en la medida de lo posible, no presentase HLA, frente a los que el organismo del paciente había desarrollado anticuerpos”.
Dificultad para un órgano compatible
Tras varios intentos fallidos, el equipo médico comprobó “la dificultad de encontrar un órgano compatible”. Entre tanto, “conseguimos reducir todavía más los niveles de anticuerpos del receptor de forma lo suficientemente importante como para poder plantear un trasplante de corazón de un donante sin compatibilidad específica previa”.
Durante todo este tiempo el deterioro de Juan Vicente era cada vez mayor, “de forma que necesitaba ingresar en la Clínica cada poco tiempo, debido a la retención de líquido y a su situación de debilidad”. Finalmente surgió la oportunidad y el pasado 24 de mayo se realizó el tercer trasplante cardiaco, intervención que resultó un éxito.
El doctor Rábago considera el retrasplante cardiaco “una opción terapéutica aceptada por todos los grupos nacionales e internacionales de trasplantes para casos muy concretos”.
“Afortunadamente -subraya-, España es el primer país del mundo en donación de órganos, gracias a la generosidad de sus ciudadanos y al excelente trabajo de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), lo que permite mantener programas de trasplante con resultados excelentes y realizar este tipo de operaciones cardiacas con exito”.