Publicaciones científicas

Nutrición parenteral domiciliaria en pacientes con obstrucción intestinal maligna. Consideraciones éticas

04-dic-2023 | Revista: Nutrición Hospitalaria

José Manuel Moreno Villares  1 , María Nuria Virgili-Casas  2 , Rosana Ashbaugh Enguídanos  3 , Carmina Wanden-Berghe  4 , Ana Cantón Blanco  5 , Julia Álvarez Hernández  3 , Irene Bretón  6 , Dolores Del Olmo  7 , Isabel Ferrero López  8 , Francisca Margarita Lozano Fuster  9 , Juan B Molina Soria  10


Introducción: los pacientes con cáncer constituyen uno de los principales grupos de pacientes dentro de los programas de nutrición parenteral domiciliaria (NPD). Existe un grupo de pacientes con obstrucción intestinal maligna (OIM) en quienes el uso de la NPD es controvertido. Desde el Grupo de Ética de la SENPE se revisan las cuestiones éticas detrás de la decisión de iniciar la NPD en un paciente con OIM y se propone una propuesta de acción.

Método: se procedió a hacer una revisión crítica de la literatura, tras la cual se diseñaron las preguntas que este documento pretendía responder: ¿Está indicado el uso de la NPD en pacientes con OIM? ¿En qué situaciones? Quedarían otros aspectos que también merecen una reflexión: ¿Cualquier oncólogo puede enviar a un paciente a su domicilio con NPD? ¿Debe ser el programa de formación de los cuidados en la NPD igual que el referente a los pacientes con fracaso intestinal de causa benigna? ¿Se debe suspender la NPD en algún momento?

Resultados: la NPD en pacientes con OIM consigue mejores resultados en aquellos con una buena situación funcional (índice de Karnofsky ≥ 50 o ECOG ≤ 2), con un pronóstico vital superior a 2-3 meses e, idealmente, con niveles de marcadores inflamatorios bajos. En los escasos trabajos publicados en los que se valoran las ventajas sobre la calidad de vida, se concluye que la NPD permite a los pacientes disponer de un tiempo valioso en su domicilio pero a costa de una carga significativa para ellos mismos y sus familias.

Propuesta de acción: una vez considerado como candidato a la NPD, se debe tener una conversación abierta con el paciente y sus familiares en la que se aborden los beneficios potenciales, las implicaciones prácticas y los riesgos. En esa conversación inicial debe también plantearse en qué momento considerar que la NPD debería suspenderse. De forma ideal debería ser el equipo de cuidados paliativos, conjuntamente con el equipo de nutrición clínica, el responsable de la NPD. La situación clínica debe evaluarse de forma periódica de manera que, cuando la NPD no proporcione ningún beneficio adicional, deba plantearse su retirada, manteniendo el resto de medidas de tratamiento sintomático paliativo.

Conclusión: la NPD puede constituir una opción de tratamiento paliativo en pacientes con OIM con buena capacidad funcional y un deseo manifiesto de disponer de más tiempo en su domicilio en los últimos estadios de su enfermedad.

CITA DEL ARTÍCULO  Nutr Hosp. 2023 Dec 4.  doi: 10.20960/nh.05042