DICCIONARIO MÉDICO

Abscesos subdurales

¿Qué son los abscesos subdurales?

Los abscesos subdurales son una forma de infección cerebral grave que se produce en el espacio subdural, la zona que se encuentra entre la duramadre (la capa externa del cerebro) y la aracnoides (una de las capas intermedias de las meninges). Estos abscesos se caracterizan por la acumulación de pus en este espacio, lo que puede llevar a la compresión del cerebro y causar una variedad de síntomas neurológicos. La formación de abscesos subdurales es una condición médica crítica que requiere una atención médica inmediata y un tratamiento agresivo debido a la rápida progresión y las potenciales complicaciones severas.

Causas de los abscesos subdurales

La etiología de los abscesos subdurales suele estar relacionada con la diseminación hematógena de infecciones bacterianas, aunque también puede resultar de la extensión directa de infecciones adyacentes, como la sinusitis o las infecciones del oído medio.

Los microorganismos más comúnmente implicados incluyen bacterias como Staphylococcus aureus, Streptococcus pneumoniae y Haemophilus influenzae. En algunos casos, la infección puede ser polimicrobiana, lo que complica aún más el diagnóstico y el tratamiento.

Los factores de riesgo para el desarrollo de abscesos subdurales incluyen antecedentes de traumatismo craneal, cirugías neurológicas recientes, inmunosupresión (debido a condiciones como el VIH/SIDA o el uso de medicamentos inmunosupresores), y condiciones preexistentes que pueden debilitar la barrera hematoencefálica, permitiendo que los patógenos ingresen y se multipliquen en el espacio subdural.

Síntomas de los abscesos subdurales

El cuadro clínico de los abscesos subdurales puede variar ampliamente, pero comúnmente incluye síntomas como fiebre, dolor de cabeza intenso, cambios en el estado mental, y signos neurológicos focales como debilidad, alteraciones del habla, o convulsiones. En niños pequeños, los síntomas pueden ser más sutiles e inespecíficos, como irritabilidad, vómitos, y letargo.

Diagnóstico de los abscesos subdurales

El diagnóstico de los abscesos subdurales se basa en una combinación de historia clínica, examen físico y estudios de imagen. La resonancia magnética (RM) con contraste es la modalidad de imagen preferida debido a su alta sensibilidad y especificidad para detectar colecciones de pus y edema asociado en el espacio subdural.

La tomografía computarizada (TC) también puede ser útil, especialmente en situaciones de emergencia.

Además, el análisis del líquido cefalorraquídeo (LCR) obtenido mediante punción lumbar puede proporcionar información valiosa sobre la naturaleza de la infección, aunque su realización debe ser cuidadosamente considerada debido al riesgo de herniación cerebral en presencia de aumento de la presión intracraneal.

Tratamiento de los abscesos subdurales

El tratamiento de los abscesos subdurales generalmente implica una combinación de intervención quirúrgica y terapia antimicrobiana prolongada.

La cirugía, que puede incluir drenaje subdural o craneotomía, es esencial para evacuar el pus y reducir la presión intracraneal. La elección del procedimiento quirúrgico depende de factores como la localización y el tamaño del absceso, así como la condición general del paciente.

Simultáneamente, se administran antibióticos de amplio espectro empíricamente, ajustados posteriormente según los resultados de los cultivos microbiológicos y la sensibilidad antibiótica.

La duración de la terapia antimicrobiana puede extenderse por varias semanas, y en algunos casos, meses, dependiendo de la respuesta clínica y radiológica del paciente. Los regímenes típicos incluyen antibióticos como la vancomicina, cefalosporinas de tercera o cuarta generación, y metronidazol, ajustados según la susceptibilidad de los patógenos aislados.

A pesar del tratamiento adecuado, los abscesos subdurales tienen una alta tasa de morbilidad y mortalidad. Las complicaciones pueden incluir recurrencia de la infección, desarrollo de abscesos intracraneales adicionales, meningitis, y déficits neurológicos permanentes. La vigilancia estrecha y el seguimiento a largo plazo son cruciales para detectar y manejar estas complicaciones de manera oportuna.

Prevención de los abscesos subdurales

En cuanto a la prevención, la identificación y el manejo precoz de las infecciones de foco primario, así como el uso adecuado de profilaxis antimicrobiana en pacientes de alto riesgo (por ejemplo, aquellos que han sufrido traumatismo craneal o se han sometido a cirugías neurológicas), son medidas clave para reducir la incidencia de abscesos subdurales.

Además, la inmunización contra patógenos comunes como el Streptococcus pneumoniae y el Haemophilus influenzae puede jugar un papel importante en la prevención de estas infecciones.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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