3 claves para reducir el colesterol

“Muchas personas suelen decir: ‘Yo no puedo comer huevos porque tengo colesterol’, pero esta frase no tiene sentido, todos tenemos colesterol”, explica nuestra especialista del Departamento de Cardiología de la Clínica Universidad de Navarra. Así, cuando una persona asegura que tiene colesterol, lo que quiere decir es que tiene los niveles de colesterol en sangre elevados (hipercolesterolemia).

Sin colesterol no podríamos vivir. Es una sustancia presente en la membrana de todas las células del cuerpo humano, necesaria para el correcto funcionamiento del cuerpo. El hígado es el mayor productor de colesterol, aunque nuestro organismo lo obtiene también por la alimentación.

Existen dos fracciones dentro del colesterol, el conocido como HDL, que lleva el exceso de colesterol de los tejidos hasta el hígado, y el LDL que lo transporta al interior de las arterias.

Unos niveles elevados de colesterol total, es decir más de 200 mg/dL, favorecen el depósito del colesterol en las arterias y originan la aterosclerosis, que consiste en el endurecimiento y disminución del calibre interior de estas.

Así, cuando los niveles de colesterol en sangre son elevados, tiende a depositarse en los grupos arteriales que riegan el corazón, el cerebro, los riñones y las piernas. Al ir estrechándose poco a poco las arterias, llega un momento en el que la sangre que reciben ciertos órganos es insuficiente, por lo que la persona puede sufrir un ictus, demencia, hipertensión arterial, insuficiencia renal o un infarto de miocardio.

Nuestra especialista le da las claves para mantener los niveles de colesterol a raya:

  • Alimentación: la dieta mediterránea es buenísima; abundante fruta, vegetales, pescado, aceite de oliva y frutos secos. Sin embargo, hay que eliminar de nuestra dieta las carnes rojas, la bollería industrial, los derivados lácteos y los embutidos.
  • Ejercicio físico: para reducir los niveles de colesterol en la sangre es necesario hacer deporte durante una hora al día.
  • Peso adecuado: es importante comer una cantidad limitada, es decir, no saciarse (levantarse de la mesa con hambre). Una misma persona si aumenta su peso, tendrá más colesterol en su organismo, mientras que si adelgaza, se reducirán los niveles en la sangre. “Solemos recomendar que hagan una dieta baja en grasas saturadas más que baja en colesterol, porque el intestino tiene una capacidad límite de absorber el colesterol procedente de los alimentos. Sin embargo, las grasas saturadas son la materia prima para que el hígado forme el colesterol”, explica la Dr. Coma.

La hipercolesterolemia es una alteración que no presenta ni síntomas ni signos externos y que solo se puede diagnosticar mediante un análisis de sangre.

Por eso, es necesario  conocer la situación personal y consultar a los médicos para saber si debemos empezar un tratamiento con fármacos, ya que actualmente disponemos de medicamentos muy eficaces para disminuirlo.