Causas del fracaso escolar según la edad

Con el inicio de las vacaciones escolares, la entrega de las notas académicas a los padres se convierte en una pesadilla para muchos estudiantes.

En España, el 21,9 por ciento de los jóvenes de entre 18 y 24 años abandonan prematuramente el sistema educativo, según datos de la oficina estadística de la Unión Europea, Eurostat.

Esta cifra nos señala como el país con mayor tasa de fracaso escolar de Europa.

El fracaso escolar puede tener distintas causas según la edad:

  • Niños de preescolar: al inicio de la edad escolar, el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es la causa más frecuente de este problema. En estos casos, además de dificultad académica, presentan otros sintomas como hiperactividad y son más impulsivos. Si el médico descarta esta posibilidad, se supervisa que el niño no tenga problemas de visión o audición. También se realizan pruebas para ver que el aprendizaje de lectura y escritura se haya desarrollado correctamente. De esta manera se descarta cualquier problema de neurodesarrollo.
  • Niños de 6 a 7 años: suelen ser frecuentes los trastornos de ansiedad, la depresión o determinados cambios importantes producidos en la familia. Se manifiesta a través del miedo a una situación social o a estar solos, al acostarse o cuando uno de los padres se ausenta de casa para hacer un recado.
  • Niños preadolescentes: en el caso de que un estudiante empiece a tener problemas académicos, puede deberse a varios factores:
    1.Situaciones ambientales: problemas en casa, dificultades entre padres, divorcio, una enfermedad medica en la familia o que el niño sea víctima de acosos escolar a veces cuando ha cambiado de colegio. Esto puede provocarle no solo problemas de concentración, sino también de humor, provocándole tristeza o irratibilidad.
    2.Abuso de sustancias:  consumo de cannabis o alcohol.

Habitualmente son los profesores los que detectan que el niño no va bien en el aula y, una vez descartados problemas de índole médica, los psiquiatras especializados en niños y adolescentes aconsejan no esperar mucho antes de recurrir al apoyo psicológico.