Cirugía estética sin quirófano

Ser menos invasivos es una de las premisas tanto actualmente como en el futuro de los procedimientos médicos. Una menor agresión que también se traslada a la cirugía estética, que va incorporando procesos estéticos menos invasivos.

Técnicas que permiten evitar la cirugía, reducen los tiempos de intervención y los postoperatorios, pero que mantienen unos resultados muy similares.

El Dr. Bernardo Hontanilla, director del Departamento de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética de la Clínica, explica algunos de estos avances.

Silhouette soft

Un efecto lifting. Este es el resultado que consigue este sistema de guía compuesta por unos conos posicionados de forma inversa. Son unos hilos tensores para empaquetar el tejido blando de la cara. “Tiene un efecto muy interesante a nivel del cuello y el tercio inferior de la mandíbula.

También en el pómulo, ya que empaqueta el tejido por debajo del pómulo y lo resalta de tal manera que puede sustituir la utilización de las prótesis clásicas”, reconoce. Pese a que no es sustituto de un lifting quirúrgico, obtiene unos resultados similares y reduciendo el tiempo de intervención. Es un proceso ambulatorio con anestesia local que puede durar unos 15 minutos.

Además, favorece la producción de tejido colágeno. Los conos contienen ácido porliláctico y cuando estos son reabsorbidos, el ácido fomenta la producción. “Cuando envejecemos el colágeno se sustituye por elastina, por eso los tejidos se hacen más elásticos y se caen. Entonces, al producir esa reabsorción el tejido se vuelve más firme”. Una firmeza que puede conseguirse también repitiendo en un futuro este proceso y retensando la guía.

“Los efectos del lifting quirúrgico se van a notar más, ya que esta técnica invasiva no es un sustituto. Pero es un complemento para aquellas personas que no deseen pasar por quirófano”. Otra ventaja de esta técnica de cirugía estética es su recuperación inmediata, pese a que sea posible que durante unos días se tenga un efecto de retracción, luego desaparece.

Láser de CO2 fraccionado

El código de barras, las pequeñas arrugas finas tanto en labio inferior como el superior, o el surco nasogeniano son otras imperfecciones que aparecen en la cara debido al envejecimiento. Unas finas arrugas que pueden desaparecer mediante el láser de CO2 fraccionado.

“Antiguamente se hacía con ácido tricloroacético y con ácidos glicólicos, con una serie de pomadas que iban aumentando el concentrado pero que necesitaban un tratamiento de meses para un resultado más o menos bueno”.

Después apareció el láser de CO2, pero tenía un inconveniente, provocaba heridas. Precisamente, para evitar esa consecuencia se desarrolló el láser fraccionado de CO2: un calentamiento en un punto determinado que calienta el colágeno produciendo más y contrayéndose hacia el punto de impacto. Eso se multiplica por miles de microimpactos en una arruga fina que mejora y pule la cara.

“Se necesitan dos sesiones, ya que una no es suficiente y tienen que estar separadas en torno a un mes y medio o dos meses, de unos 20 minutos cada uno con anestesia local y sedación”, advierte.

Regenerador de colágeno

Es una técnica complementaria a los procedimientos vistos en cirugía estética, ya que en pequeñas cantidades produce colágeno. “No es un producto de relleno, como puede ser el ácido hialurónico, sino que es un producto que estimula la producción de colágeno. Son microesferas de PCL compuestas de carboximetilcelulosa bio-absorbible”.

Sin necesidad de anestesia local, se realiza en consulta y es importante localizarla en cantidades reducidas. Al ser un método que fomenta la producción natural requiere un período de tiempo, alrededor de dos meses, para ser efectivo.