FÁRMACOS USADOS EN DEPENDENCIA A OPIOIDES

Metadona

La metadona es un fármaco que calma el dolor (produce analgesia). Actúa reduciendo los efectos de las endorfinas (moléculas que intervienen en la transmisión del dolor) que se encuentran en el cerebro y en la columna vertebral. La metadona se combina con los receptores opiáceos del cerebro y bloquea la transmisión de estímulos de dolor.

Actuando en los mismos receptores opiáceos que la heroína, la metadona evita los síntomas de abstinencia que aparecen al dejar de tomar heroína.

La terapia con metadona para la adicción a opiáceos debería utilizarse junto con apoyo psicológico y social.

NOMBRES COMERCIALES:

Eptadone®, Metasedin®.

ALERTAS:



MÁS INFORMACIÓN:

¿Para qué se utiliza?

  • Dolor intenso de cualquier etiología: dolor postoperatorio, postraumático, neoplásico, neurítico, por quemaduras, siempre que no respondan a los analgésicos menores.
  • Tratamiento del síndrome de abstinencia a los narcóticos.
  • Tratamiento sustitutivo de mantenimiento de la dependencia a opiáceos, dentro de un programa de mantenimiento con control médico y conjuntamente con otras medidas de tipo médico y psicosocial.
Imagen de un icono azul con un fonendoscopio o estetoscopio.

¿Necesita que le ayudemos?

Contacte con nosotros y solicite más información.

Saber más sobre este medicamento

En España de este medicamento existen comercializadas formas de administración oral (comprimidosy solución oral) y parenteral (subcutánea).

La dosis adecuada de metadona puede ser diferente para cada paciente. A continuación se indican las dosis más frecuentemente recomendadas, pero si su médico le ha indicado otra dosis, no la cambie sin consultar con él.

Dosis oral usual en adultos:

Tratamiento del dolor (oral o subcutánea): 5-10 mg/dosis según intensidad.

Tratamiento del síndrome de abstinencia a los narcóticos, tratamiento sustitutivo de mantenimiento de la dependencia a opiáceos (oral). La dosis se establecerá según el nivel de dependencia física del paciente: inicialmente, se administrará una dosis de 10-30 mg al día. En función de la respuesta clínica, la dosis podrá aumentarse hasta los 40-60 mg al día en el transcurso de 1 a 2 semanas, para evitar la aparición de síntomas de abstinencia o de intoxicación. La dosis de mantenimiento se sitúa en torno a los 60-100 mg al día, alcanzándose mediante incrementos sucesivos semanales de 10 mg al día. No es recomendable superar la dosis de 120 mg al día si no se dispone de la posibilidad de determinación de los niveles plasmáticos. Administrar la dosis en 1 sola toma diaria. Suspender de manera gradual, disminuyendo la dosis de 5 a 10 mg.

No se recomienda su uso en niños. Los ancianos y pacientes deteriorados pueden requerir dosis menores que las habituales.

Las formas orales de metadona deben tragarse enteras con un poco de líquido.

Cuando no debe utilizarse:

  • En caso de alergia a la metadona o a opiáceos (morfina, buprenorfina, etc) o a alguno de los componentes del preparado (consulte los excipientes). Si experimenta algún tipo de reacción alérgica deje de tomar el medicamento y avise a su médico o farmacéutico inmediatamente.
  • En pacientes con depresión respiratoria o enfermedad obstructiva respiratoria grave (enfisema, asma bronquial, cor pulmonale).
  • En mujeres embarazadas o en período de lactancia.
  • En pacientes en tratamiento con IMAO (fármacos para tratar la depresión) o que hace menos de 2 semanas que finalizaron el tratamiento con IMAO.
  • Hipertrofia prostática o estrechamiento uretral.

Precauciones de uso:

  • Si se le olvida tomar una dosis tómela tan pronto como sea posible, pero si falta poco tiempo para la próxima dosis no la duplique y continúe tomando el medicamento como se le había indicado.
  • En pacientes ancianos se recomienda precaución en su uso e iniciar el tratamiento con dosis menores.
  • No se recomienda el tratamiento de mantenimiento con Metadona en consumidores de heroína de corta trayectoria.
  • Se debe tener precaución extrema en los siguientes casos: Hipotensión, lesiones craneales, presión intracraneal alta, asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, cor pulmonale, abdomen agudo, debilitados, pacientes con hipotiroidismo, enfermedad de Addison, hipertrofia prostática o estenosis uretral, pacientes con enfermedad del hígado o del riñón, pacientes con arritmias cardiacas (antecedentes de prolongación del intervalo QT, enfermedad cardiaca avanzada, tratamiento concomitante con medicamentos que prolonguen el intervalo QT y con medicamentos que aumentan los niveles plasmáticos de metadona), pacientes que utilizan al mismo tiempo otros analgésicos narcóticos, anestésicos generales, fenotiazinas, otros tranquilizantes, hipnóticos, antidepresivos tricíclicos y otros depresores del SNC (incluyendo alcohol).
  • No se aconseja la conducción de vehículos ni el manejo de maquinaria peligrosa o de precisión durante las primeras semanas de tratamiento.
  • La administración prolongada de metadona, puede originar dependencia tipo morfina, pero con signos menos intensos, y tolerancia.
  • La interrupción brusca del tratamiento, en pacientes con dependencia física, puede precipitar un síndrome de abstinencia.
  • La metadona es una sustancia prohibida en el deporte de competición y puede dar positivo en un control de dopaje.
  • Si los síntomas no mejoran o empeoran visite a su médico.

¿Puede afectar a otros medicamentos?

  • Algunos medicamentos que interaccionan con la metadona son: Analgésicos opiáceos, cimetidina, IMAO, alcohol, otros analgésicos opioides, anestésicos generales, fenotiazinas, antidepresivos tricíclicos, hipnóticos y otros fármacos sedantes del sistema nervioso central, efecto analgésico antagonizado por la naloxona, rifampicina, fenitoína u otros inductores de enzimas hepáticos, fluoxetina y otros fármacos serotoninérgicos, fármacos que acidifican o alcalinizan la orina, ritonavir, indinavir, amprenavir; eritromicina, claritromicina, ketoconazol, itraconazol, miconazol y fluconazol, quinidina, disopiramida, procainamida, amiodarona, sotalol, amitriptilina, maprotilina, antipsicóticos, terfenadina, cisaprida, moxifloxacino y medicamentos que producen alteraciones electrolíticas.
  • Informe a su médico de cualquier otro medicamento que esté tomando.
  • Los efectos adversos más frecuentes de la metadona son: náuseas, vómitos, somnolencia, euforia, desorientación, sudoración, estreñimiento y dolor de cabeza.
  • Raramente puede producir otros efectos como emoción desagradable, debilidad, insomnio, agitación, alteraciones visuales, boca seca, anorexia, espasmo del tracto biliar, enrojecimiento facial, enlentecimiento del ritmo cardíaco (bradicardia), palpitaciones, desmayo, síncope, retención urinario o necesidad de orinar constantemente, disminución de la libido y/o potencia sexual, picor, urticaria, sarpullido cutáneo, retención de líquidos y dolor en el punto de inyección.
  • La metadona puede alterar los resultados de los análisis de sangre, por lo que si le van a realizar un análisis avise que está tomando este medicamento.