Epilepsia

"La epilepsia puede afectar a diferentes aspectos de la vida de los pacientes. Por ello, requiere de una atención integral y multidisciplinar por parte de personal especializado".

DR. ASIER GÓMEZ IBÁÑEZ
ESPECIALISTA. DEPARTAMENTO DE NEUROLOGÍA

La epilepsia es un grupo de enfermedades que afectan al sistema nervioso central cuya manifestación clínica habitual son las crisis epilépticas. Éstas son fruto de una descarga eléctrica anormal de las neuronas en la corteza cerebral. Aproximadamente un 70% de ellas se controlan bien con los fármacos antiepilépticos.

Esta patología afecta a individuos de todas las edades, aunque es mayor la incidencia en los primeros años de la vida y en la tercera edad. Se calcula que afecta alrededor de 1 de cada 100 personas, con unas 500.000 personas afectadas en España según estudios recientes.

La Clínica Universidad de Navarra cuenta con una Unidad especializada en Epilepsia compuesta por especialistas de distintas áreas y con los métodos diagnósticos más específicos, modernos y precisos: electroencefalograma (EEG), unidad de monitorización con video-EEG,  resonancia magnética (RM) cerebral de alto campo (3T) y otras pruebas como la PET o SPECT.

El tratamiento farmacológico de la epilepsia puede durar varios años y puede requerir de ajustes hasta alcanzar el máximo beneficio terapéutico con los mínimos efectos adversos. Por este motivo, debe ser supervisado por un especialista en epilepsia.

Si la epilepsia se muestra rebelde o refractaria a los fármacos, existen otras alternativas comlementarias como el tratamiento quirúrgico mediante resección del área cerebral que produce las crisis (cirugía resectiva), colocación de dispositivos electrónicos (cirugía funcional) o administración de dieta cetogénica.

¿Cuáles son los síntomas de la epilepsia?

La epilepsia se manifiesta habitualmente con crisis epilépticas espontáneas.

La clínica es muy variable, desde pérdida de conciencia con convulsiones (la más conocida y peligrosa), hasta síntomas motores, sensitivos, visuales o psíquicos sin alteración del nivel de conciencia. La duración aproximada es de entre 1-5 minutos.

Según la localización de las neuronas que producen las crisis, podemos clasificar la epilepsia en focal (un grupo delimitado de neuronas) o generalizada (afectación simultánea de todas las neuronas).

¿Tiene alguno de estos síntomas?

Puede que padezca una epilepsia

¿Cuáles son las causas de la epilepsia?

Lo más determinante para el pronóstico y control de la epilepsia es la causa que la produce. Los tres grandes grupos en que las dividimos son:

1. Causa genética (conocida o presumida), también denominadas  "idiopáticas". Son producidas por alteraciones genéticas y es habitual que existan otros miembros de la familia afectos.

2. Causa estructural. La epilepsia aparece como consecuencia de una lesión identificada en el cerebro: traumatismo, ictus y otras lesiones vasculares, tumor, infección, inflamación, malformaciones congénitas  de la corteza cerebral, enfermedades neurodegenerativas, etc.

3. Causa desconocida. En estos casos no se llega a determinar la causa de la epilepsia, habitualmente suelen ser lesiones estructurales microscópicas.

Algunas causas son particularmente importantes a edades específicas:

  • Las epilepsias de causa genética suelen aparecer en las dos primeras épocas de la vida.
  • Los traumatismos afectan sobre todo a adultos jóvenes.
  • Los tumores cerebrales pueden manifestarse como epilepsia a cualquier edad, con predominio en adultos entre 40-50 años.,
  • Las enfermedades vasculares cerebrales y las enfermedades neurodegenerativas son causa frecuente de epilepsia en la tercera edad.

¿Cuál es el pronóstico de la epilepsia?

En general, el 70% de las personas con diagnóstico de epilepsia están bien controlados. No obstante, este porcentaje va a depender del tipo de epilepsia.

Las epilepsias generalizadas de presumible origen genético, como la ausencia infantil o las crisis tónico-clónicas del despertar tienen un pronóstico muy bueno, prácticamente desapareciendo en la edad adulta, permitiendo en algunos casos la retirada de la medicación.

Las epilepsias focales también pueden llegar a controlarse de forma adecuada. Si bien es menos probable llegar a retirar la medicación completamente, pueden estar controladas con dosis mínimas de fármacos y sin efectos secundarios.

¿Cómo se diagnostica la epilepsia?

La base para diagnosticar la epilepsia es una historia clínica minuciosa realizada tanto a los pacientes como a los testigos de las crisis.

Además, nos apoyamos en varias exploraciones complementarias:

1. Electroencefalograma (EEG). Es una prueba específica para el diagnóstico, ya que nos permite analizar la actividad cerebral de la persona en tiempo real. Es útil para confirmar la sospecha diagnóstica de epilepsia, pero un EEG normal no excluye el diagnóstico.

Una variante más compleja y muy útil es la monitorización con vídeo-EEG continuo.  Este sistema graba la imagen del paciente en sincronía con el registro digital de la actividad electroencefalográfica, lo que permite diferenciar las crisis epilépticas de otro tipo de episodios no epilépticos, así como localizar la zona del cerebro que origina las crisis epilépticas. Para ello se ingresa a los pacientes varios días en una habitación especialmente preparada. Este estudio está indicado para el diagnóstico y clasificación de las crisis y el estudio pre-quirúrgico en pacientes susceptibles de cirugía.

2. Resonancia magnética (RM) cerebral. Es una prueba radiológica que no emite radiación y que permite identificar lesiones cerebrales causantes de la epilepsia.

3. PET/SPECT. Son pruebas de Medicina Nuclear utilizadas en epilepsias complejas que ayudan a localizar las áreas cerebrales que originan las crisis.

Asimismo, en muchos casos las personas con epilepsia tienen otros problemas añadidos como disfunción cognitiva, especialmente pérdida de memoria. Para identificar y poder abordar esta cuestión, es importante realizar una evaluación neuropsicológica por especialistas

¿Cómo se trata la epilepsia?

El primer paso siempre es el tratamiento farmacológico, una vez el diagnóstico esté confirmado. Esto debe ir asociado a unas pautas de estilo de vida adecuadas, fundamentalmente mantener una higiene de sueño correcta y evitar sustancias tóxicas.

El tratamiento antiepiléptico debe administrarse durante un tiempo más o menos prolongado y no está exento de efectos adversos. Algunas formas de epilepsia responden favorablemente a un tratamiento quirúrgico temprano, que evita años de ensayos infructuosos con múltiples medicamentos.

Existen numerosos fármacos antiepilépticos eficaces. La elección depende del tipo de epilepsia y del balance entre la máxima eficacia y los mínimos efectos adversos.

El tratamiento debe ser controlado periódicamente. Su duración dependerá de los diversos factores que pueden disminuir o aumentar el riesgo de recaída al retirar la medicación. Por ello, cualquier cambio debe hacerse siempre bajo el control del especialista.

El desarrollo de las técnicas quirúrgicas ha abierto nuevas posibilidades de curación para algunos de los casos que no responden bien a la medicación.

La cirugía se plantea cuando la epilepsia no responde a los tratamientos farmacológicos. Esto ocurre aproximadamente en un 30% de personas con epilepsia , de los que un 5-10% son susceptibles de someterse a una cirugía.

Este tratamiento requiere de un centro hospitalario de alta especialización, ya que es necesaria la colaboración interdepartamental de neurólogos, neurofisiólogos, neurocirujanos, etc.

Existen fundamentalmente dos tipos de cirugía:

Cirugía resectiva
Consiste en extirpar la parte del tejido cerebral que origina las crisis epilépticas. Esto sólo es posible realizarlo en epilepsias focales. Si la indicación es adecuada tras la realización del estudio prequirúrgico, la expectativa de mejoría e incluso libertad de crisis es alta.

Cirugía funcional
Este tipo de cirugía se puede realizar cuando no es posible realizar una cirugía resectiva. Consiste en o bien desconectar quirúrgicamente las áreas cerebrales implicadas en el origen y la propagación de las crisis por el cerebro (callosotomía, hemisferectomía) o colocar dispositivos electrónicos que emiten impulsos eléctricos al cerebro para disminuir la actividad epileptiforme (estimulador del nervio vago).

En caso de que no se considere la opción quirúrgica, existen otras formas de tratamiento adicional a los fármacos, como la dieta cetogénica. Ésta consiste en administrar a los pacientes una dieta rica en grasas y pobre en proteínas e hidratos de carbono, que ha demostrado eficacia en algunos pacientes resistentes a fármacos. Esto lo hacemos de la mano de un equipo de nutricionistas que guían en todo momento a los pacientes y las familias en los alimentos que hay que comer, además de asegurarnos que la persona recibe los nutrientes necesarios.

Finalmente, existe la posibilidad de participar en un ensayo clínico con fármacos novedosos que están en fase de desarrollo.

¿Dónde la tratamos?

EN NAVARRA Y MADRID

El Departamento de Neurología
de la Clínica Universidad de Navarra

El Departamento de Neurología cuenta con una dilatada experiencia en el diagnóstico y tratamiento multidisciplinar de las enfermedades neurológicas.

Ofrecemos un diagnóstico en menos de 72h., junto con una propuesta de tratamiento personalizado y un seguimiento post consulta del paciente por parte de nuestro equipo de enfermería especializado.

Disponemos de la tecnología más avanzada para un diagnóstico preciso con equipos de vanguardia como el HIFU, dispositivos de estimulación cerebral profunda, video EEG, PET y cirugía de la epilepsia, entre otras.

Imagen de la fachada de consultas de la sede en Pamplona de la Clínica Universidad de Navarra

¿Por qué en la Clínica?

  • Asistencia diagnóstica de vanguardia con gran labor en investigación y docencia.
  • Equipo de enfermería especializado.
  • Trabajamos de manera conjunta con la Unidad del Sueño.

Nuestro equipo de profesionales