Cuidados ante una crisis epiléptica

La epilepsia es un trastorno neurológico crónico que se caracteriza por la aparición recurrente de crisis epilépticas.

Estas crisis pueden manifestarse de diferentes maneras, desde episodios de ausencias momentáneas hasta convulsiones generalizadas.

El objetivo de este artículo es proporcionar información esencial sobre los cuidados ante una crisis epiléptica, con el fin de minimizar riesgos y mejorar la calidad de vida de quienes la padecen y sus cuidadores. 

Medidas generales

  • Evite los factores desencadenantes.
  • Procure llevar un calendario de crisis y una lista de los medicamentos con las dosis prescritas.
  • Acuda de forma periódica a su médico para controles hemáticos y niveles plasmáticos de medicación.
  • No abandone jamás por su cuenta el tratamiento antiepiléptico.
  • Antes de modificar el tratamiento, consulte a su especialista.
  • Ante cualquier otra enfermedad, comunique al médico el tratamiento que está tomando.
  • Haga deportes, pero nunca bruscos o de riesgo (submarinismo, alpinismo ...).
  • Es mejor hacer deportes colectivos.
  • No llegue al agotamiento.

  • Tranquilizar al entorno y conservar la calma en todo momento.
  • Si se reconocen los signos y da tiempo, se puede ayudar al paciente a sentarse o ir a la cama, antes de que empiece la crisis.
  • Hay que saber que la persona que sufre el ataque no suele tener conciencia de lo que está sucediendo.
  • Tender al paciente y girarlo hacia un lado. Así se evita la aspiración de vómitos o saliva.
  • Aflojar las ropas, eliminar objetos duros o puntiagudos con los que pueda lastimarse.
  • No introducir los dedos ni objetos metálicos entre los dientes. No introducir objetos en su boca ni intentar administrar medicamentos orales.
  • Controlar, pero permitir, todo tipo de movimiento convulsivo.
  • No intentar la reanimación del enfermo, salvo en casos excepcionales que así lo aconsejen.
  • Si el paciente conserva cierto nivel de conciencia (crisis parcial compleja), mantenerlo en un entorno seguro.
  • Después de la crisis dejarle descansar tumbado sobre un costado. De esta forma si tiene vómitos, saliva o flemas no pasarán a sus pulmones.

Se debe llamar al servicio de urgencias si:

  • Es la primera crisis que ha tenido en su vida
  • Se ha hecho heridas durante la crisis o se ha golpeado la cabeza
  • La crisis dura más de 5 minutos.
  • La persona está embarazada, es diabética o hipertensa.

Observar las características de las crisis, para referirlo con detalle al médico.

Trastornos de sueño: privación o disminución.Ha y que conseguir un horario regular de sueño. Si esto no es posible, hay que intentar dormir, al menos, 8 horas cada día.

  • Cansancio.
  • Estrés emocional y preocupaciones.
  • Hipoglucemia (disminución de los niveles de azúcar en sangre). 
  • Fiebre elevada, especialmente en niños menores de 4 años.
  • Incumplimiento de la toma de la medicación.
  • Centelleos.
  • La menstruación. 

El deporte: su restricción puede hacer más daño que beneficio. Son aconsejables los deportes de práctica colectiva. 

La TV: la habitación debe estar suficiente y uniformemente iluminada. No mirar de frente cuando se encienda o apague la TV. Ver la TV a 3 m. de distancia y usar el mando a distancia para el cambio de canales.

Videojuegos: usar pantallas protectoras. Que la habitación esté iluminada y no jugar más de una hora seguida.

Ordenador: Conviene tener en cuenta las recomendaciones anteriores.

Discotecas: colocarse de espaldas a los focos de la luz y evitar tener todo el campo visual sometido a los centelleos.

Si se producen vómitos y ha transcurrido menos de media hora desde la toma de la medicación, será neceario ingerir nueva dosis.

Si se trata de una gastroenteritis aguda, se puede perder una toma, pero si se prolonga, debe administrarse en varias porciones a lo largo del día (cada dos horas en cucharadas de agua ). Cuando sea necesario estar en ayunas, puede administrarse doble dosis del fármaco la noche anterior.

Viajes: llevar medicación suficiente para todo el viaje y un certificado que confirme la necesidad de dicho tratamiento. Adoptar cuanto antes el horario del lugar para que haya regularidad en las tomas de medicación.

Si los que viajan son niños o adolescentes, sin los padres, es importante informar a los responsables del lugar las manifestaciones clínicas y tratamiento.

Es muy importante que se responsabilicen de tomar la medicación y evitar exponerse a factores provocadores.

El alcohol: sólo tomar mínimas cantidades de vino. El etanol que contiene algunos excipientes de medicamentos, sí se puede tomar.

Drogas: las personas con epilepsia son muy sensibles a estas sustancias, originando crisis.

Se pueden tomar todo tipo de alimentos. Las bebidas gaseosas no deben administrarse con algunos fármacos como el Valproato.

Tabaco: no tiene efecto sobre esta enfermedad.

  • No tomar ante él una actitud "superprotectora", porque no lo necesita y porque así no desarrollarán las habilidades necesarias para ser independientes.
  • Nadar es perfectamente seguro, siempre que esté supervisado por alguien que sepa que debe hacer en caso de crisis. No debe nadar en aguas muy frías o muy profundas y, si es en el mar, a una distancia que no le cubra.
  • Para navegar, debe llevar un chaleco salvavidas como cualquier niño. Pueden montar en bicicleta y a caballo usando casco de seguridad, como todos los niños, y también trepar a los árboles, usar aparatos de gimnasia, etc.
  • Son muy aconsejables deportes como el tenis, fútbol, badminton, squash e incluso rugby. Es preferible evitar el boxeo.
  • Procurar que en el deporte no se canse demasiado. La fatiga, junto con el centelleo de luces, puede provocar crisis.
  • Al utilizar videojuegos o ver la TV, hay que tener en cuenta: sentarse, como mínimo, a un metro (videojuego) o 3 m. (TV).
  • Al cambiar los canales de TV, utilizar mando a distancia y en su defecto debe cubrirse un ojo al cambiar el canal. Jugar al videojuego en una habitación con luz y no más de una hora. Evitarlo también si se le nota cansado.
  • En el colegio: es necesario informar al profesor para que sepa qué debe hacer en caso de crisis.

Embarazo

El embarazo es un periodo en el que debe cuidarse de modo especial el control de la epilepsia y la toma de los fármacos correspondientes. No deben olvidarse de tomar el ácido fólico previsto por su médico y la toma de vitamina K un mes antes del parto.

El embarazo debe ser seguido en colaboración por su ginecólogo y su neurólogo. Es esencial conseguir el mejor control posible de las crisis con los mínimos fármacos. Existe un riesgo bajo de malformaciones producidas por los fármacos antiepilépticos. Por este motivo, antes del embarazo debe simplificarse la medicación.

Sin embargo, el riesgo de problemas para el niño y la madre dependen más del mal control de las crisis que de los efectos secundarios de los fármacos. Deben vigilarse de modo más frecuente los niveles de fármacos en sangre para evitar niveles muy bajos o intoxicaciones. Habitualmente, una vez al mes.

Interacciones entre tratamientos hormonales y fármacos antiepilépticos

Los fármacos para la epilepsia tienden a aumentar el metabolismo de los tratamientos hormonales, por lo que disminuyen la eficacia de éstos.

Algunas mujeres tienen convulsiones justo antes o durante la menstruación, por lo que en ocasiones es beneficioso tomar medicación adicional antes del periodo menstrual. La sustitución hormonal durante la menopausia puede aumentar la frecuencia de las manifestaciones críticas.

Lactancia

No hay problemas para la lactancia materna. Conviene vigilar al bebé cuando esté lactando, ya que la medicación puede pasar a la leche y producir somnolencia en el niño.

Control de las características de las crisis

Ante una crisis epiléptica es importante una buena recopilación de datos para dar la información al médico lo más detallada posible:

  • ¿Qué hora del día era?
  • ¿Qué estaba haciendo la persona afectada antes de la crisis?
  • ¿Cuáles fueron los sucesos que condujeron a la crisis?
  • ¿Sucedió el ataque sin aviso? o ¿existieron síntomas iniciales o un simple desvanecimiento?
  • ¿Qué hacía de forma precisa el niño o el adulto durante la crisis?
  • ¿Cuánto tiempo duró la crisis?
  • ¿Qué hizo la persona después de la crisis?