Cómo debe cuidar sus pies una persona con diabetes

Higiene y cuidado de los pies del paciente diabético

Como consecuencia del mal control de la diabetes, se produce una disminución en el riego sanguíneo de las piernas (vasculopatía) y una afectación de los nervios de las piernas y de los pies (neuropatía), a esto es lo que llamamos pie diabético.

Cuando nos encontramos ante una diabetes descompensada de larga evolución, las posibilidades de que aparezcan lesiones en los pies aumentan.

El cuidado de los pies es muy importante y más en el paciente diabético, pues debido a la disminución de la sensibilidad, con o sin disminución de riego sanguíneo, se puede producir una lesión o ulceración.

Prevención de lesiones

La prevención de úlceras o infecciones en el pie diabético, dependerá del grado de conocimiento que posea el paciente en cuanto a higiene, hidratación y calzado. No lo olvide, depende de usted.

Normas para el cuidado de los pies

  1. Se debe observar diariamente los pies, buscando cualquier pequeña rozadura, herida o enrojecimiento. Se deben controlar seis lugares en la planta del pie: la punta del dedo gordo, la base de los dedos pequeños, la base de los dedos medios, tambien el talón y la parte exterior del pie y la planta.
  2. No fume. El tabaco estrecha las arterias y no favorece un adecuado aporte de oxígeno a sus pies. Acuda periódicamente a su médico para asegurar un buen control de su diabetes y otros factores de riesgo cardiovascular (hipertensión, dislipemia, etc.). Es aconsejable realizar ejercicio diariamente en forma de paseos por terreno llano y a buen ritmo durante, al menos, una hora.
  3. Higiene: Se deben mantener los pies limpios, lavándolos a diario con agua tibia (recordemos que pueden estar dañados los nervios que conducen la sensibilidad térmica y no advertir que el agua está lo suficientemente caliente para producir una quemadura) y jabón.
  4. Secado: debe ser minucioso, esforzándonos por eliminar la humedad de la zona interdigital. Para secar los pies es mejor hacerlo por contacto, evitando en lo posible la fricción y prestando una atención especial a las zonas interdigitales. En el caso de que tuviese excesiva sudoración, se recomienda aplicar polvos de talco después del lavado diario.
  5. Hidratación: Después de la higiene diaria hay que aplicar crema hidratante en talón, planta y dorso de ambos pies para evitar la sequedad. Para ello utilice cremas de urea al 15%. Es contraproducente hidratarse los pies o hacer masajes con alcohol o colonia.
  6. Para el cuidado de las uñas, se deben de utilizar tijeras de punta roma y lima de cartón. Todo ello, con buena luz y sirviéndose de la ayuda de una lupa y espejo, si fuera necesario. Nunca se deben utilizar tijeras de punta afilada, cortauñas u otros objetos punzantes. Tampoco limas metálicas, callicidas ni piedra pómez. Se deben cortar las uñas en forma recta evitando cortar los lados. En cualquier caso, siempre que no se puedan realizar estos cuidados con la precisión que requieren, debe acudirse al podólogo.
  7. No utilice callicidas, ni manipule sus callos u otras lesiones de sus pies. Si detecta cualquier alteración, es recomendable que consulte con su equipo asistencial.
  8. Respecto al vestido de los pies, nunca deben utilizarse calcetines sintéticos y con costuras gruesas, ni ligas o fajas que compriman y comprometan la circulación. Lo más adecuado es utilizar calcetines de fibras naturales (algodón, hilo o lana) y de tonos claros para la detección precoz de las heridas. Para calentarse los pies, no utilizar mantas eléctricas ni bolsas de agua caliente. Tampoco conviene sentarse cerca de estufas o braseros por el riesgo de quemaduras si la sensibilidad térmica está alterada.
  9. Respecto al calzado, es necesario utilizar zapatos de piel, cómodos y amplios, donde cada dedo tenga espacio con holgura. También conviene que el pie esté bien sujeto, con calzado que se ate con cordones o velcro. Revisar cada día el interior del calzado con la mano en busca de cualquier cosa que, por pequeña que sea ( piedrecilla,...), nos pase inadvertida y pueda ocasionarnos una lesión o rozadura.
  10. Cuando estrenemos zapatos, conviene hacer una adaptación lenta utilizándolos no más de una hora seguida los primeros días. Escoger como horario de compra de calzado la última hora de la tarde, ya que es cuando el pie se encuentra más dilatado. No andar nunca descalzo, ni siquiera por la playa. En casa, utilizar zapatillas cómodas.
  11. Respecto a las heridas y curas, es preciso que sean evaluadas por el médico, quien le indicará el tipo de cuidados que hay que realizar sobre la misma.

​​​​​​​Todo esto se puede resumir en observar, proteger y cuidar, que, en definitiva, va dirigido a prevenir la aparición en los pies de lesiones, cuyas consecuencias pueden fatales.

Unidad de Pie Diabético

En el diagnóstico y tratamiento del pie diabético colaboran especialistas de Endocrinología, Cirugía Vascular y Cirugía Ortopédica y Traumatología. Así se consigue un abordaje más completo del paciente diabético, ofreciendo las mejores soluciones en cada caso y logrando los mejores resultados.

Su quirófano dispone de todos los requerimientos de una sala de cirugía más un equipamiento específico, como un avanzado sistema de radiología vascular, que ofrece una fuente pulsada de rayos X para observar el interior de los vasos del paciente de forma constante y localizar en todo momento, el catéter.

Se ha instalado, además, un software informático mediante el que se obtiene la sustracción de las imágenes del interior del vaso y su visualización en la pantalla. La calidad y resolución del equipo es de última generación.