Cómo se realiza la fisioterapia respiratoria

El objetivo de la fisioterapia respiratoria es conseguir una mejoría de los síntomas y enlentecer la progresión de la enfermedad, consiguiendo la máxima capacidad física, mental, social y laboral de cada paciente.

Los procedimientos se basan en dos puntos:

  • La terapia física, que consistirá en fisioterapia respiratoria y ejercicios respiratorios.
  • El entrenamiento muscular, tanto general, como de los músculos respiratorios.

Drenaje postural:

Es la técnica que mejor se tolera y la preferida para la eliminación de las secreciones. El objetivo de esta técnica es conseguir que las secreciones drenen por acción de la gravedad hacia bronquios mayores, traquea, hasta conseguir expulsarlas con la tos.

Para realizar este drenaje postural, es preciso colocar al paciente en la situación más adecuada, según la zona del pulmón que deseemos drenar.

Cada posición debe mantenerse durante 3-5 minutos. Antes de comenzar la técnica, es necesario que el paciente sepa toser y respirar de forma profunda y eficaz. No debe realizarse cuando el paciente está recién comido.

Percusión y vibración:

Se usan asociadas a la técnica de drenaje postural. La percusión consiste en dar palmadas, de una manera rítmica, con las manos huecas. El objetivo que persigue es desalojar mecánicamente las secreciones espesas adheridas a las paredes bronquiales.

La vibración consiste en la compresión intermitente de la pared torácica durante la espiración, intentando aumentar la velocidad del aire espirado para, de esta manera, desprender las secreciones.

Educación de la tos:

Esta técnica consiste en enseñar a toser, después de una inspiración profunda, durante la espiración, procurando hacerla en dos o tres tiempos para un mejor arrastre de las secreciones.

Está indicada en el pre y postoperatorios de pacientes con excesivas secreciones, así como en las situaciones de producción excesiva de esputo.

Ejercicios respiratorios:

Los ejercicios respiratorios tienen como objetivo disminuir el trabajo respiratorio, mejorar la oxigenación y aumentar la función respiratoria. Se realizarán una vez al día.

  1. Ponga los labios como para apagar una vela o silbar
  2. Inspire lentamente a través de la nariz con la boca cerrada
  3. Espire lentamente a través de los labios semicerrados
  4. La espiración debe durar el doble de la inspiración

  1. Sentado, con las rodillas flexionadas, colocar las manos sobre el abdomen.
  2. Inspirar profundamente a través de la nariz manteniendo la boca cerrada. Al inspirar, el abdomen se distiende elevando las manos.
  3. Colocar los labios como si fuese a silbar y espirar lenta y suavemente de forma pasiva, haciendo un sonido silbante sin hinchar los carrillos. Al ir expulsando el aire, los músculos abdominales se hunden, volviendo a la posición original.

  1. Inspirar profundamente mientras empuja el tórax expandiéndolo contra la presión de las manos.
  2. Colocar las manos sobre la zona del torax que hay que expandir aplicando una presión moderada.
  3. Mantener unos segundos la máxima inspiración posible y comenzar a espirar el aire lentamente.
  4. Al final de la espiración, las manos realizan una ligera vibración sobre el área.

  1. Respirar lenta y profundamente mientras se está sentado tan erguido como sea posible.
  2. Utilizar la respiración diafragmática.
  3. Contener la respiración diafragmática durante 3-5 segundos y luego espirar lentamente tanto aire como sea posible a través de la boca (la parte inferior de la caja torácica y el abdomen se hunden según se respira).
  4. Hacer una segunda inspiración profunda, contenerla y toser con fuerza desde lo profundo del pecho (no desde la garganta). Toser dos veces de forma corta y forzada.
  5. Descansar después de la sesión. Es conveniente que la persona tosa de forma controlada 3 ó 4 veces al día, media hora antes de las comidas y al acostarse (descansar de 15 a 30 minutos después de cada sesión). Es importante que la persona se limpie los dientes y se enjuague la boca antes de las comidas, ya que la sesión de estimulación de la tos se suele asociar fundamentalmente con un mal sabor de boca, lo que produce la disminución del apetito y de la capacidad gustativa.

  1. Sentado sobre la cama o en una silla, situar el espirómetro en posición vertical.
  2. Fijar los labios fuertemente alrededor de la boquilla de espirómetro de modo que no entre aire entre ambos.
  3. Situar el espirómetro en la posición de flujo que se desee. Comenzar siempre con un nivel inferior.
  4. Al realizar una inspiración tan profunda como sea posible, se debe conseguir que el marcador (bola, cilindro, etc.) se eleve hasta alcanzar su tope superior, debiendo permanecer en ese lugar el máximo tiempo posible.
  5. Una vez finalizada la inspiración, se soltará la boquilla y se expulsará el aire por la boca o nariz.
  6. Es conveniente toser después de realizar este ejercicio.

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