DICCIONARIO MÉDICO

Ulceración

¿Qué significa ulceración?

La ulceración es un proceso patológico que conduce a la pérdida de la integridad de la piel o las membranas mucosas, resultando en la formación de una úlcera. Las úlceras son lesiones abiertas, que pueden ser superficiales o profundas, y se caracterizan por la exposición de tejido subyacente y una lenta cicatrización. La ulceración puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo y puede ser causada por una variedad de factores, incluidos trastornos circulatorios, infecciones, enfermedades autoinmunitarias, traumatismos y factores mecánicos.

El proceso de ulceración implica una serie de eventos celulares y moleculares que conducen al desprendimiento del epitelio y la degradación del tejido conectivo. Estos eventos incluyen la inflamación, la liberación de enzimas proteolíticas y la producción de especies reactivas de oxígeno, que en conjunto contribuyen al daño tisular y a la pérdida de la integridad de la barrera cutánea o mucosa.

La presentación clínica de las ulceraciones puede variar según la etiología y la localización de la lesión. Los síntomas comunes incluyen enrojecimiento, hinchazón, dolor, calor en la zona afectada y exudación de líquido. En casos más graves, puede haber signos de infección secundaria, como pus, mal olor y fiebre. Además, la presencia de ulceración en ciertas áreas del cuerpo, como la boca, el tracto gastrointestinal o los genitales, puede causar dificultades para comer, dolor abdominal o malestar durante las relaciones sexuales, respectivamente.

El diagnóstico de la ulceración generalmente se basa en la evaluación clínica y el examen físico, aunque también pueden ser necesarias pruebas adicionales para determinar la causa subyacente. Estas pruebas pueden incluir análisis de sangre, cultivos microbiológicos, biopsias de tejido y pruebas de imagen, como radiografías, ecografías o resonancias magnéticas.

El tratamiento de la ulceración depende de la causa y la severidad de la lesión. El manejo conservador implica el cuidado local de la úlcera, que incluye la limpieza y desbridamiento de la lesión, la aplicación de apósitos y el uso de terapias tópicas, como antibióticos, antiinflamatorios o agentes de cicatrización. Además, pueden ser necesarias intervenciones sistémicas, como el control de la glucemia en pacientes diabéticos, el uso de fármacos inmunomoduladores en enfermedades autoinmunitarias o la terapia anticoagulante en casos de trombosis. En algunos casos, puede ser necesario recurrir a la cirugía para eliminar tejido necrótico, mejorar la circulación o reparar estructuras dañadas.

La prevención de la ulceración implica el manejo adecuado de las condiciones médicas subyacentes, el mantenimiento de una higiene adecuada, la protección de la piel y las membranas mucosas y la adopción de medidas para reducir el riesgo de traumatismos o presión excesiva en áreas susceptibles.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

¿Quiere estar al día sobre temas de salud?

Reciba el boletín de la Clínica para estar al día de novedades y avances médicos

La información proporcionada en este Diccionario Médico de la Clínica Universidad de Navarra tiene como objetivo principal ofrecer un contexto y entendimiento general sobre términos médicos y no debe ser utilizada como fuente única para tomar decisiones relacionadas con la salud. Esta información es meramente informativa y no sustituye en ningún caso el consejo, diagnóstico, tratamiento o recomendaciones de profesionales de la salud. Siempre es esencial consultar a un médico o especialista para tratar cualquier condición o síntoma médico. La Clínica Universidad de Navarra no se responsabiliza por el uso inapropiado o la interpretación de la información contenida en este diccionario.