DICCIONARIO MÉDICO

Tos ferina

¿Qué es la tos ferina?

La tos ferina, también conocida como pertussis, es una enfermedad infecciosa muy contagiosa del tracto respiratorio causada por la bacteria Bordetella pertussis. Aunque las vacunas han reducido considerablemente la prevalencia de esta enfermedad, sigue siendo una causa importante de morbilidad y mortalidad, especialmente en los bebés que son demasiado jóvenes para estar completamente vacunados.

La tos ferina se transmite de persona a persona a través de pequeñas gotas líquidas expulsadas por una persona infectada al toser o estornudar. Una vez que la bacteria se inhala, se adhiere a las células que recubren las vías respiratorias y libera toxinas que irritan e inflaman las vías respiratorias.

Los síntomas de la tos ferina suelen desarrollarse dentro de los 5 a 10 días posteriores a la exposición, aunque a veces pueden pasar hasta tres semanas. La enfermedad suele comenzar con síntomas similares a los del resfriado, como estornudos, secreción nasal, fiebre baja y tos seca. Sin embargo, después de una a dos semanas, la tos se vuelve más grave y puede evolucionar en episodios intensos de tos, a menudo seguidos de un sonido agudo o "gallo" al respirar. Estos episodios de tos pueden ser tan severos que provocan vómitos, dificultad para respirar, labios o piel azulada, o incluso pérdida del conocimiento.

El diagnóstico de la tos ferina se basa en los síntomas y se confirma mediante pruebas de laboratorio, que pueden incluir un frotis nasal para buscar la presencia de la bacteria Bordetella pertussis. También se pueden realizar pruebas de sangre para verificar la presencia de anticuerpos contra la bacteria.

El tratamiento para la tos ferina implica el uso de antibióticos para eliminar la bacteria. Los antibióticos también pueden ayudar a prevenir la propagación de la enfermedad a otras personas. Además, el manejo de los síntomas, como el uso de medicamentos para controlar la tos, puede ser necesario. Es importante destacar que los bebés con tos ferina a menudo requieren hospitalización debido a la posibilidad de complicaciones, como la neumonía, las convulsiones y el daño cerebral por falta de oxígeno.

La prevención de la tos ferina se basa en gran medida en la vacunación. La vacuna DTaP, que protege contra la difteria, el tétanos y la tos ferina, se administra en varias dosis durante la infancia. Además, se recomienda una vacuna de refuerzo Tdap para los adolescentes y adultos, incluidas las mujeres embarazadas durante cada embarazo, para proteger a los recién nacidos que aún no están completamente vacunados.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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