DICCIONARIO MÉDICO

Termografía

¿Qué es la termografía?

La termografía es una técnica de diagnóstico por imagen no invasiva que se basa en la detección y visualización de la distribución de temperaturas en la superficie del cuerpo. Esta técnica utiliza cámaras infrarrojas sensibles al calor para medir las diferencias de temperatura y generar imágenes termográficas, también conocidas como termogramas, que pueden ser analizadas para identificar posibles anomalías o disfunciones en los tejidos subyacentes. La termografía es especialmente útil en la medicina debido a su capacidad para proporcionar información funcional y fisiológica de los tejidos y órganos examinados, sin necesidad de utilizar radiación ionizante ni medios de contraste.

El fundamento de la termografía se basa en la relación entre la temperatura superficial de la piel y la actividad metabólica de los tejidos subyacentes. Las variaciones de temperatura pueden ser indicativas de cambios en la irrigación sanguínea, la inflamación, la actividad metabólica o la presencia de masas anormales, como tumores o infecciones. Estos cambios térmicos pueden ser detectados y visualizados en tiempo real a través de la termografía, lo que permite a los médicos evaluar y monitorizar diversas afecciones y procesos patológicos.

La termografía encuentra aplicaciones en múltiples especialidades médicas, entre las cuales se incluyen la Oncología, la Eeumatología, la Angiología y la Neurología. En el campo de la Oncología, la termografía se utiliza como una herramienta complementaria en el diagnóstico y seguimiento del cáncer de mama, ya que los tumores malignos suelen presentar un aumento de la vascularización y la actividad metabólica, lo que se traduce en un incremento de la temperatura en la zona afectada. No obstante, la termografía no sustituye a otras técnicas de diagnóstico por imagen, como la mamografía o la ecografía, sino que se emplea en combinación con ellas para mejorar la detección y el seguimiento de la enfermedad.

En la Reumatología, la termografía puede ser útil en la evaluación de afecciones inflamatorias de las articulaciones, como la artritis reumatoide, donde las áreas inflamadas suelen presentar temperaturas más elevadas debido al aumento del flujo sanguíneo y la actividad metabólica. De igual manera, en la Angiología, la termografía puede emplearse en la evaluación de trastornos vasculares, como la insuficiencia venosa o la enfermedad arterial periférica, donde las alteraciones en la perfusión sanguínea pueden manifestarse como cambios en la temperatura superficial de la piel.

Además, en el ámbito de la Neurología, la termografía puede ser útil en el diagnóstico y seguimiento de enfermedades como la neuralgia del trigémino o la migraña, donde los cambios en la temperatura pueden ser indicativos de alteraciones en la función nerviosa o en la vasculatura cerebral.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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