Teofilina

¿Qué es la teofilina?

La teofilina es un fármaco broncodilatador que se utiliza en el tratamiento de enfermedades respiratorias obstructivas crónicas, como el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Pertenece a la familia de los metilxantinas, que también incluye a la cafeína y la teobromina.

La teofilina actúa inhibiendo la acción de las fosfodiesterasas, enzimas que descomponen el monofosfato de adenosina cíclico (cAMP) y el guanosín monofosfato cíclico (cGMP). Estos son mensajeros secundarios que juegan un papel crucial en la relajación de los músculos lisos, incluyendo los bronquios. Al inhibir las fosfodiesterasas, la teofilina aumenta los niveles de cAMP y cGMP, lo que lleva a la relajación del músculo liso bronquial y a la dilatación de las vías respiratorias. Además, la teofilina también puede tener efectos antiinflamatorios y estimulantes del sistema nervioso central.

La teofilina se administra por vía oral y su absorción puede variar dependiendo de la formulación y de factores individuales del paciente. Una vez absorbida, la teofilina se distribuye ampliamente por todo el cuerpo y es metabolizada principalmente en el hígado a través del sistema del citocromo P450. El metabolismo de la teofilina puede ser afectado por varios factores, como la edad, el tabaquismo, ciertas enfermedades y la interacción con otros medicamentos, lo que puede requerir ajustes en la dosis.

Debido a su estrecho margen terapéutico, es decir, la pequeña diferencia entre las dosis terapéuticas y las dosis tóxicas, la teofilina requiere un cuidadoso seguimiento de los niveles plasmáticos para asegurar que sean efectivos y seguros. Los efectos secundarios de la teofilina pueden incluir náuseas, vómitos, diarrea, dolor de cabeza, insomnio, taquicardia y, en casos graves, convulsiones y arritmias cardíacas.

Aunque la teofilina ha sido desplazada en gran medida por medicamentos más nuevos y mejor tolerados en el tratamiento del asma, como los corticosteroides inhalados y los broncodilatadores de acción prolongada, sigue siendo una opción terapéutica importante en ciertos casos, como en pacientes con asma que no responden a otras terapias o en pacientes con EPOC.

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