DICCIONARIO MÉDICO

Síncope vasovagal

¿Qué es el síncope vasovagal?

El síncope vasovagal, también conocido como desmayo neurocardiogénico o síncope del reflejo del seno carotídeo, es un tipo común de pérdida de conciencia. El término "vasovagal" se refiere a la relación entre el nervio vago y los vasos sanguíneos. El nervio vago ayuda a regular la frecuencia cardíaca y los vasos sanguíneos, y una sobreestimulación de este puede conducir a una disminución de la frecuencia cardíaca (bradicardia) y una disminución de la presión arterial (hipotensión), lo que puede resultar en un síncope.

Un síncope vasovagal es a menudo desencadenado por estímulos específicos como el miedo, el estrés emocional, el dolor, la visión de sangre, el hambre, la deshidratación, el estar de pie durante un tiempo prolongado o el cambio repentino de postura de acostado o sentado a de pie. El síncope vasovagal es más común en personas jóvenes y puede afectar tanto a hombres como a mujeres.

Antes de un síncope vasovagal, una persona puede experimentar varios síntomas premonitorios como mareos, sudoración, palidez, náuseas, visión borrosa, calor, debilidad y palpitaciones. Estos síntomas pueden ser seguidos por una pérdida rápida de conciencia, durante la cual la persona puede caerse al suelo o desplomarse si está de pie. Afortunadamente, la recuperación de un síncope vasovagal es generalmente rápida y completa, y el individuo puede sentirse bien de nuevo en cuestión de minutos.

El diagnóstico de un síncope vasovagal se basa principalmente en la historia clínica del paciente y en la identificación de los desencadenantes del síncope. Las pruebas de laboratorio y de imagenología generalmente no son útiles para el diagnóstico de un síncope vasovagal, pero pueden ser necesarias para descartar otras posibles causas de síncope. En algunos casos, puede ser útil realizar una prueba de inclinación para evaluar la respuesta del cuerpo a los cambios de posición.

El tratamiento del síncope vasovagal se centra en evitar los desencadenantes conocidos y en tomar medidas para prevenir los episodios de síncope. Estas medidas pueden incluir mantenerse bien hidratado, cambiar de posición lentamente, especialmente al pasar de estar acostado o sentado a estar de pie, y utilizar técnicas de contrapresión, como cruzar las piernas o apretar los músculos abdominales cuando se sienten los síntomas premonitorios de un desmayo. En algunos casos, pueden ser útiles los medicamentos como los betabloqueantes, los agonistas de la fludrocortisona y los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina.

El síncope vasovagal puede ser una experiencia alarmante tanto para el individuo que lo experimenta como para aquellos que lo presencian. Sin embargo, en general, el síncope vasovagal es una condición benigna que no indica una enfermedad cardíaca o neurológica grave. Sin embargo, puede ser un riesgo significativo para las lesiones debido a las caídas, especialmente para los ancianos o aquellos con enfermedades concomitantes. En estos casos, puede ser necesario un enfoque más agresivo para la prevención de los episodios de síncope.

El síncope vasovagal es una condición que se puede manejar eficazmente con la identificación y la evitación de los desencadenantes, y con la implementación de medidas preventivas. La educación del paciente es fundamental para ayudar a los individuos a entender su condición y a manejarla eficazmente. Aunque puede ser una experiencia aterradora, es importante recordar que el síncope vasovagal es generalmente una condición benigna que no indica una enfermedad cardíaca o neurológica grave. Con el manejo adecuado, los individuos pueden continuar llevando vidas activas y saludables.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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