DICCIONARIO MÉDICO

Sarcoidosis

¿Qué es la sarcoidosis?

La sarcoidosis es una enfermedad inflamatoria sistémica, de origen desconocido, que se caracteriza por la formación de granulomas no caseificantes, estructuras de pequeño tamaño formadas por la agregación de células del sistema inmunitario, en diferentes órganos y tejidos. Aunque la sarcoidosis puede afectar a cualquier órgano del cuerpo, con frecuencia se presenta en los pulmones, los ganglios linfáticos, la piel y los ojos. 

Esta enfermedad puede manifestarse de manera muy diversa, ya que sus síntomas y signos dependen de los órganos afectados y de la extensión de la enfermedad. Algunos pacientes con sarcoidosis pueden no presentar ningún síntoma, especialmente en las primeras etapas de la enfermedad, y el diagnóstico puede realizarse de forma incidental durante un estudio por otra causa. Sin embargo, otros pueden experimentar síntomas generales como fiebre, pérdida de peso, fatiga o malestar general, y síntomas específicos relacionados con la afectación de un determinado órgano, como tos seca, disnea, erupciones cutáneas, dolor articular o alteraciones visuales, entre otros.

La etiología de la sarcoidosis es desconocida. Se cree que puede ser el resultado de una respuesta inmunológica exagerada frente a un agente desconocido en individuos genéticamente predispuestos. Este proceso lleva a la formación de granulomas, que son conjuntos de células inmunitarias, principalmente macrófagos y linfocitos, que se agrupan y forman una estructura nodular, en un intento de aislar al agente desconocido.

El diagnóstico de la sarcoidosis se basa en la combinación de los hallazgos clínicos y de las pruebas complementarias, como las radiografías de tórax, que pueden mostrar la típica afectación ganglionar hiliar bilateral, o la tomografía computarizada de alta resolución, que puede mostrar los granulomas en los pulmones u otros órganos. En ocasiones, puede ser necesario realizar una biopsia de los órganos afectados para confirmar el diagnóstico.

El tratamiento de la sarcoidosis depende de la extensión de la enfermedad, de los órganos afectados y de la sintomatología del paciente. En algunos casos, especialmente en aquellos con enfermedad leve y sin síntomas, puede no ser necesario tratamiento y se optará por una vigilancia periódica. Cuando se requiere tratamiento, este se basa en fármacos antiinflamatorios, principalmente corticosteroides, con el objetivo de controlar la inflamación y evitar la formación de nuevos granulomas. En casos de enfermedad grave o refractaria, pueden utilizarse fármacos inmunosupresores.

Es fundamental que los pacientes con sarcoidosis reciban un seguimiento regular para monitorizar la evolución de la enfermedad y ajustar el tratamiento según sea necesario. A pesar de su cronicidad y potencial gravedad, la sarcoidosis tiene un buen pronóstico en la mayoría de los casos, especialmente en aquellos con enfermedad limitada y sin afectación de órganos vitales.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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