DICCIONARIO MÉDICO

Ritmo cardiaco

¿Qué es el ritmo cardiaco?

El ritmo cardiaco, comúnmente conocido como frecuencia cardíaca, es una medida fundamental en la medicina y refiere al número de contracciones del corazón por minuto (lpm). Este parámetro es esencial para evaluar la función y el estado del corazón y puede brindar información valiosa sobre la salud cardiovascular de un individuo.

Cuando se habla del corazón, es imposible no pensar en su función primordial: bombear sangre a todo el cuerpo. Este órgano muscular, situado en el mediastino medio del tórax, detrás del esternón y entre los pulmones, tiene una estructura y función fascinantes. Está dividido en cuatro cavidades: dos aurículas en la parte superior y dos ventrículos en la parte inferior. Durante cada latido cardíaco, la sangre es impulsada desde las aurículas a los ventrículos y posteriormente hacia el resto del cuerpo.

El ritmo cardiaco es regulado por un sistema eléctrico intrínseco del corazón. En el nodo sinusal, ubicado en la aurícula derecha, se generan impulsos eléctricos que se propagan a través de las aurículas y llevan a su contracción. Luego, estos impulsos llegan al nodo auriculoventricular y de ahí, a través del haz de His y las fibras de Purkinje, se distribuyen en los ventrículos, provocando su contracción. Este sistema eléctrico garantiza que el corazón lata de forma coordinada y eficiente.

La frecuencia con la que late el corazón varía en función de diversos factores. En reposo, un adulto sano tiene un ritmo cardiaco promedio entre 60 y 100 lpm. Sin embargo, en atletas entrenados, este valor puede ser menor, incluso cercano a 40 lpm. Durante el ejercicio físico, el ritmo cardiaco aumenta para satisfacer las demandas de oxígeno de los músculos en actividad. Además, emociones, como el miedo o la excitación, también pueden aumentar la frecuencia cardíaca.

Es importante destacar que el ritmo cardiaco no es constante a lo largo del día. Durante el sueño, disminuye, mientras que con la actividad física o el estrés, tiende a aumentar. Asimismo, el ritmo cardiaco también se ve influido por factores como la edad, el sexo, la condición física, y la presencia de enfermedades o afecciones cardíacas.

El monitoreo del ritmo cardiaco es esencial en muchos escenarios clínicos. Una frecuencia cardíaca anormalmente alta (taquicardia) o baja (bradicardia) puede ser indicativo de enfermedades cardíacas, desequilibrios electrolíticos, alteraciones del sistema endocrino, entre otros. Además, en situaciones de emergencia, la frecuencia cardíaca es uno de los primeros parámetros que se evalúan, ya que proporciona información crucial sobre el estado hemodinámico del paciente.

La tecnología ha facilitado la medición del ritmo cardiaco. Aunque la palpación del pulso sigue siendo una técnica válida y frecuentemente utilizada, existen dispositivos electrónicos como monitores Holter, dispositivos portátiles y relojes inteligentes que permiten un monitoreo continuo y más preciso del ritmo cardíaco.

En el contexto de enfermedades cardíacas, es común que se presenten arritmias, que son alteraciones del ritmo cardíaco. Estas pueden ser benignas o potencialmente mortales y requieren una valoración y manejo adecuado. Las arritmias pueden surgir por alteraciones estructurales del corazón, isquemia miocárdica, enfermedades sistémicas y otros factores.

Una herramienta esencial en la evaluación del ritmo cardiaco es el electrocardiograma (ECG), que registra la actividad eléctrica del corazón. A través del ECG es posible identificar ritmos cardíacos normales y anormales, así como otras afecciones cardíacas.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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