DICCIONARIO MÉDICO

Radiocirugía

¿Qué es la radiocirugía?

La radiocirugía es una técnica que combina la radioterapia craneal y la estereotaxia para concentrar la radiación en un punto elegido dentro del cráneo. Se utiliza en el tratamiento de lesiones tumorales y vasculares, de menos de 3 cm de tamaño, o en la terapia coadyuvante de las lesiones residuales posquirúrgicas.

La radiocirugía, una técnica médica avanzada, ha revolucionado el tratamiento de diversas afecciones cerebrales sin la necesidad de una incisión quirúrgica convencional. Utiliza radiación de alta energía dirigida con precisión milimétrica para tratar lesiones y tumores en el cerebro y en otras partes del cuerpo. A diferencia de la radioterapia convencional, donde se administra radiación en varias sesiones, la radiocirugía se realiza en una única sesión o en unas pocas sesiones, dependiendo de la indicación médica.

El objetivo principal de la radiocirugía es administrar una dosis elevada de radiación a la lesión objetivo, minimizando la exposición a los tejidos circundantes sanos. Este enfoque garantiza que las células enfermas o cancerosas sean destruidas, preservando al máximo la integridad y funcionalidad de las células normales cercanas.

Uno de los sistemas más conocidos en el ámbito de la radiocirugía es el Gamma Knife, aunque existen otras tecnologías y equipos que también ofrecen resultados efectivos. La elección del sistema adecuado dependerá de la ubicación, tamaño y tipo de lesión que se esté tratando, así como de las preferencias y experiencia del equipo médico.

La radiocirugía es una herramienta valiosa, especialmente para aquellos pacientes con lesiones cerebrales que no son candidatos para la cirugía convencional debido a su salud general, la ubicación del tumor u otras complicaciones. También es una opción preferible para lesiones en lugares del cerebro de difícil acceso o cuando el riesgo de cirugía es demasiado alto. Además, se ha demostrado que la radiocirugía es eficaz en el tratamiento de malformaciones arteriovenosas, ciertos tumores de base de cráneo y tumores metastásicos cerebrales.

El proceso de radiocirugía comienza con una planificación meticulosa. Se utilizan imágenes de alta resolución, como la resonancia magnética (RM) o la tomografía computarizada (TC), para identificar y delinear con precisión la lesión que se va a tratar. Estas imágenes son esenciales para determinar la cantidad exacta de radiación necesaria y para asegurar que la dosis sea entregada con precisión. Una vez que se tiene un plan detallado, el paciente es posicionado en la máquina de radiocirugía y el tratamiento comienza. Aunque la idea de recibir radiación pueda parecer intimidante para algunos, el procedimiento es indoloro y suele ser bien tolerado por la mayoría de los pacientes.

Uno de los principales beneficios de la radiocirugía es la reducción del tiempo de recuperación en comparación con las cirugías convencionales. Dado que no hay incisiones quirúrgicas, el riesgo de infecciones y complicaciones postoperatorias es significativamente menor. Además, muchos pacientes pueden reanudar sus actividades normales poco después del tratamiento. Sin embargo, como con cualquier procedimiento médico, es fundamental seguir las recomendaciones del médico y asistir a las citas de seguimiento para asegurar que todo evoluciona adecuadamente.

Es importante destacar que la radiocirugía no es adecuada para todos los pacientes o para todos los tipos de tumores. Su idoneidad depende de múltiples factores, incluyendo la naturaleza y el tamaño de la lesión, la salud general del paciente y otros aspectos individuales.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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