La sal en la dieta

El cloruro sódico es una sal fundamental para el organismo. Aporta sodio, un electrolito importante. El sodio es un mineral presente, sobre todo, en el medio extracelular. Se encuentra difundido libremente entre casi todos los fluidos corporales, salvo aquellos preservados o delimitados por una membrana que regule el tráfico de electrolitos.

El sodio es incorporado, sobre todo, a través de la dieta, pasando del tubo digestivo a la sangre. Su rango normal de concentración en los fluidos corporales representativos del medio interno es bastante amplio y elevado respecto a otros minerales. La cantidad de sodio corporal viene regulado especialmente por la excreción urinaria.

El riñón se encarga de vigilar la cantidad de sodio eliminada por la orina, dependiendo de mecanismos pasivos de filtración y otros más activos, dependientes de la actuación de sistemas hormonales, como los que residen en las glándulas suprarrenales.

La sal en la dieta

En la Prehistoria, el consumo de sal era mucho menor que en la actualidad. La sal era un mineral no muy habitual que precisaba ser ingerido para cubrir, al menos, los requerimientos básicos. El valor de la sal era muy alto en la Antigüedad debido a que además se utilizaba para la preservación de los alimentos.

Sin embargo, en la época moderna, su amplio uso como condimento o elemento empleado en la preparación de un tipo de comida determinado ha derivado en un incremento de la cantidad ingerida habitualmente.

De esta forma, el consumo de sal ha superado los requerimientos fisiológicos, incluso la capacidad de manejo por parte del organismo humano. Esos factores unidos a otros han derivado en ciertas consecuencias perjudiciales para la salud.

Problemas relacionados con el consumo de sal

Los problemas relacionados con un consumo excesivo de sal son muy frecuentes en la actualidad. Teniendo en cuenta que el sistema renal no tiene una capacidad ilimitada de manejar la sal y que constituye un electrolito importante para el control del medio interno y el manejo de los líquidos corporales es comprensible que un exceso de sodio en el organismo pueda relacionarse con una retención de líquidos.

Esa retención de líquidos puede tener diversas manifestaciones, pudiendo pasar incluso desapercibida. Es habitual que aparezca un aumento de la tensión arterial. En la aparición de una hipertensión arterial influyen muchos factores, siendo uno de ellos el exceso de sal en la dieta.

Por otro lado, hay algunas enfermedades crónicas que son especialmente sensibles a una retención de sal y líquidos. Entre esos procesos se incluyen los relacionados con la presencia de enfermedades crónicas, como la insuficiencia renal, cardíaca o hepática. Son enfermedades que cursan con una mayor dificultad para el manejo de los líquidos corporales y del sodio.

Esa retención de líquidos se comporta de forma diferente según la enfermedad crónica subyacente. En las personas con problemas renales, se manifiesta en la aparición de una hinchazón importante y variable según la posición. En cambio, en las personas con problemas de corazón, además puede provocarse una descompensación cariorrespiratoria, mientras que, en los pacientes con problemas hepáticos, se manifiesta como un aumento del líquido abdominal o ascitis.

¿La sal es mala?

En principio, la sal no es mala para la salud. Ahora bien, ese consumo de sal debe ser adecuado para las necesidades. Un déficit en el consumo de sal no ayudaría a un manejo adecuado de los líquidos corporales y podría incluso influir en la aparición de un trastorno en los niveles corporales de sodio.

Por el contrario, un consumo excesivo de sal provoca otros problemas en relación con la tensión arterial y la retención de líquidos como se ha comentado.