Por primera vez en España, extraen una porción de hígado de donante vivo por laparoscopia

Los especialistas de la Clínica Universidad de Navarra han realizado con éxito dos intervenciones con este abordaje, para posteriormente trasplantar los injertos hepáticos a los receptores

Los doctores Fernando Pardo, Francisco Hidalgo, Pablo Martí y Alberto Benito, la enfermera Beatriz Casas, el doctor Gabriel Zozaya, la enfermera Mª Jesús Cordeu, el doctor Fernando Rotellar, la enfermera Carmen Zudaire, el doctor Luis Alberto López y las enfermeras Marisa Acedo y Miriam Fernández.

26 de febrero de 2014

El equipo de Cirugía Hepatobiliopancreática (HPB) y Trasplantes de la Clínica Universidad de Navarra ha extirpado por laparoscopia el lóbulo derecho del hígado de una donante viva para, a continuación, trasplantarlo a su hermano, aquejado de una enfermedad hepática terminal. Se trata del segundo caso de extirpación de una sección de hígado de donante vivo realizada por laparoscopia en la Clínica Universidad de Navarra.

Hasta la fecha, este avance se ha empleado en muy pocos hospitales del mundo. En concreto, dos centros han aplicado este procedimiento para extraer el lóbulo izquierdo del hígado (Hospital Universitario de Gante y New York Presbyterian Hospital de Nueva York) y sólo uno para el lóbulo derecho, el Hôpital St Antoine de París. En España, la Clínica Universidad de Navarra es hasta la fecha el único centro que ha realizado este procedimiento por laparoscopia.

La utilización de la técnica laparoscópica en esta intervención tiene como objetivo reducir el riesgo para el donante, así como la agresión quirúrgica y mejorar el postoperatorio. “Nuestro máximo objetivo es la seguridad del donante”, coinciden en afirmar los cirujanos de la Clínica Universidad de Navarra que han liderado ambas intervenciones laparoscópicas, los doctores Fernando Rotellar y Fernando Pardo. Según apunta el doctor Pardo, “el trasplante de hígado es actualmente la única opción curativa para varias enfermedades de hígado en fase terminal. La demanda de los donantes de hígado supera con creces la oferta, cuestión que ha llevado a los especialistas a desarrollar el trasplante de hígado de donante vivo como fuente alternativa de hígado trasplantable”.

Según advierte, para que la extracción de una porción de hígado del donante sea posible hay que dejar en la persona que dona un remanente mínimo del 30% de su volumen hepático. “La capacidad de regeneración del hígado sano permite extraer hasta un 70% del hígado del donante, volumen que al cabo de un mes volverá a recuperar su tamaño original”, señala. En las dos intervenciones realizadas, la porción de hígado extraída del donante supuso un 60% del total de su volumen hepático, obtenido del lóbulo derecho del hígado. El 40% de hígado remanente recuperará progresivamente su volumen inicial.

Beneficios de la laparoscopia

La laparoscopia se ha impuesto en los últimos años como vía de abordaje para múltiples intervenciones abdominales. En la Clínica Universidad de Navarra se aplica este abordaje en cirugía hepática desde hace más de 10 años, siendo uno de los grupos con mayor experiencia en nuestro país. “En un reciente estudio hemos comprobado cómo el abordaje laparoscópico en cirugía hepática no sólo supone una mejora estética sino que disminuye el sangrado, la estancia y el riesgo de presentar complicaciones postoperatorias”, indica el doctor Rotellar. “Tras una amplia experiencia en más de 100 hepatectomías laparoscópicas hemos querido aportar estas ventajas a los donantes de hígado para trasplante hepático”, explica.

Aspectos técnicos

Entre otros aspectos, esta técnica difiere de la cirugía abierta en el mínimo tamaño de las incisiones que se practican en el abdomen del donante. En lugar de una amplia incisión en forma de L invertida que recorre todo el abdomen del donante (típica de la cirugía abierta), en la intervención laparoscópica, el cirujano realiza la cirugía a través de 5 pequeñas incisiones. Completada la intervención, se efectúa una incisión suprapúbica de entre 8 y 10 cm, similar a la de una cesárea. Por ella se extrae el injerto hepático que después se trasplantará al receptor. De las 5 pequeñas incisiones necesarias para introducir el instrumental quirúrgico y la cámara, tres de ellas tienen un tamaño de 12 mm y dos de 5 mm.

Infográfico sobre el trasplante de hígado por laparoscopia

El equipo quirúrgico que participó en la intervención laparoscópica estuvo compuesto por tres cirujanos, un radiólogo, un técnico de rayos, la enfermera de campo, la instrumentista, dos anestesistas y la enfermera de anestesia, entre otros profesionales. La intervención se prolongó por espacio de 8 horas.

Una vez concluida la laparoscopia para extraer el injerto, el donante permaneció la primera noche en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de la Clínica. Tras un postoperatorio sin complicaciones fue dado de alta al cuarto día. En la cirugía abierta, lo habitual para el donante son hasta 7 días de ingreso hospitalario.

En los dos casos intervenidos en la Clínica, los beneficios obtenidos para el donante con el procedimiento laparoscópico se centraron en una mínima pérdida de sangre, en un mínimo traumatismo en la pared abdominal y en el aumento de su satisfacción general, apunta el cirujano. “Hasta ahora, las principales quejas de los donantes estaban en relación con el dolor postoperatorio y las incomodidades físicas y estéticas consecuencia de una gran cicatriz. En este sentido, el beneficio de esta técnica es indudable y profundiza en el objetivo de minimizar la agresión y los riesgos de los donantes”, concluye el especialista.

+ Referencia del artículo: American Journal of Transplantation 2013; 13: 3269–3273. doi: 10.1111/ajt.12471