DICCIONARIO MÉDICO

Tubocurarina

¿Qué es la tubocurarina?

La tubocurarina es un alcaloide que pertenece a la familia de los curarizantes, un grupo de sustancias que se utilizan por sus efectos paralizantes en la Medicina. Aunque su uso se ha reducido en la actualidad debido al desarrollo de fármacos más seguros y eficaces, su descubrimiento y su posterior implementación en la medicina han marcado un hito en la Anestesiología y en la Farmacología.

La tubocurarina es conocida desde hace mucho tiempo por las tribus indígenas del Amazonas, que la usaban como veneno en sus flechas para cazar. El nombre "curarizante" proviene precisamente de "curare", la denominación que se da a este veneno en la región amazónica.

En términos bioquímicos, la tubocurarina actúa como un bloqueador competitivo de los receptores de acetilcolina en la unión neuromuscular. Esto significa que se une a estos receptores, impidiendo que la acetilcolina, el neurotransmisor responsable de transmitir los impulsos nerviosos a los músculos, realice su función. El resultado de esta interacción es una parálisis muscular flácida, comenzando por los músculos pequeños y progresando hacia los músculos más grandes, incluyendo los que se encargan de la respiración.

Esta capacidad de inducir la parálisis muscular fue aprovechada en la medicina, específicamente en la anestesiología. En el siglo XX, la tubocurarina comenzó a ser utilizada como un bloqueante neuromuscular en procedimientos quirúrgicos para relajar los músculos y facilitar la intubación y la ventilación mecánica. El uso de este alcaloide permitió realizar operaciones más largas y complejas, ya que los cirujanos no tenían que lidiar con los movimientos musculares del paciente.

A pesar de su utilidad, la tubocurarina tiene una serie de limitaciones y efectos secundarios que han llevado a la búsqueda de alternativas más seguras. Dado que bloquea todos los receptores de acetilcolina, puede afectar no sólo a los músculos esqueléticos, sino también al sistema nervioso autónomo, provocando efectos secundarios como la hipotensión. Además, su uso requiere de una monitorización cuidadosa del paciente y de soporte respiratorio, ya que puede causar parálisis respiratoria.

Actualmente, la tubocurarina ha sido sustituida en gran medida por bloqueantes neuromusculares no despolarizantes más modernos y seguros. Estos fármacos, como el rocuronio y el vecuronio, también actúan bloqueando los receptores de acetilcolina, pero suelen tener un inicio de acción más rápido, una duración más corta y menos efectos secundarios en comparación con la tubocurarina.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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