DICCIONARIO MÉDICO

Tromboxano

¿Qué es el tromboxano?

Los tromboxanos son una familia de eicosanoides, que son lípidos bioactivos derivados del ácido araquidónico, un ácido graso poliinsaturado que se encuentra en las membranas celulares. El tromboxano A2 (TXA2) es el miembro más activo y estudiado de la familia de los tromboxanos y juega un papel crucial en la fisiología y la patología de la coagulación sanguínea.

El TXA2 es producido por las plaquetas, los leucocitos y las células endoteliales mediante la acción de la ciclooxigenasa y la tromboxano sintasa. Una vez formado, el TXA2 actúa localmente debido a su vida media corta y es rápidamente transformado en tromboxano B2 (TXB2), una forma inactiva. La formación de TXA2 puede ser inhibida por medicamentos que inhiben la ciclooxigenasa, como la aspirina, que es una terapia comúnmente usada en enfermedades cardiovasculares para prevenir la formación de coágulos.

El TXA2 tiene varias acciones que contribuyen a la formación de coágulos y al estrechamiento de los vasos sanguíneos. En las plaquetas, el TXA2 estimula la agregación plaquetaria, que es un paso crítico en la formación de coágulos. Además, el TXA2 es un potente vasoconstrictor, lo que significa que puede contraer las paredes de los vasos sanguíneos, reduciendo su diámetro y limitando el flujo de sangre. Esta combinación de acciones hace que el TXA2 sea un mediador importante en la fisiopatología de las enfermedades cardiovasculares, como la aterosclerosis y la trombosis.

Además de su papel en la coagulación y la vasoconstricción, el TXA2 también está implicado en la respuesta inmunitaria y en la inflamación. El TXA2 puede estimular la quimiotaxis de los leucocitos, lo que significa que puede atraer células inmunitarias al sitio de una lesión o infección. Asimismo, puede aumentar la permeabilidad de los vasos sanguíneos, facilitando la llegada de células inmunitarias y proteínas del sistema inmunitario al tejido afectado.

Dada la importancia del TXA2 en la coagulación, la vasoconstricción y la inflamación, no es sorprendente que los fármacos que inhiben su formación sean útiles en una variedad de contextos clínicos. Como se mencionó anteriormente, la aspirina, que inhibe la ciclooxigenasa y, por tanto, la formación de TXA2, es un tratamiento establecido para prevenir el infarto de miocardio y el accidente cerebrovascular. Otros inhibidores de la ciclooxigenasa, como los antiinflamatorios no esteroides, también pueden inhibir la formación de TXA2 y se utilizan para aliviar el dolor y la inflamación.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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