DICCIONARIO MÉDICO

Traumatismo abdominal cerrado

¿Qué es un traumatismo abdominal cerrado?

El traumatismo abdominal cerrado es un término médico que se refiere a una lesión que afecta a la cavidad abdominal pero que no compromete la integridad de la piel, es decir, no presenta una herida abierta. Este tipo de traumatismo puede ser consecuencia de una amplia gama de eventos, que van desde accidentes automovilísticos, caídas, impactos durante prácticas deportivas, hasta golpes intencionados en el contexto de violencia interpersonal.

La importancia del traumatismo abdominal cerrado reside en que puede producir un daño significativo en los órganos internos, incluso en ausencia de heridas visibles en la superficie de la piel. El abdomen aloja una serie de órganos vitales, incluyendo el hígado, el bazo, el estómago, los riñones, la vejiga, los intestinos y el páncreas, todos los cuales pueden ser susceptibles a lesiones por el impacto de la fuerza externa.

El diagnóstico de un traumatismo abdominal cerrado puede ser un desafío, ya que los signos y síntomas pueden variar y no siempre son inmediatamente evidentes. Los pacientes pueden presentar dolor abdominal, distensión, náuseas, vómitos, disminución de la presión arterial o signos de shock. En algunos casos, los síntomas pueden ser más sutiles o tardar en aparecer, lo que puede llevar a un retraso en el diagnóstico y el tratamiento.

En la evaluación inicial de un traumatismo abdominal cerrado, se realiza una valoración física cuidadosa, se recogen los datos del mecanismo de la lesión y se solicitan pruebas de imagen. La ecografía, específicamente el examen FAST (Focused Assessment with Sonography for Trauma), es una herramienta de screening rápida y no invasiva que puede detectar la presencia de líquido libre, sugestivo de hemorragia interna. La tomografía computarizada (TC) es una herramienta diagnóstica más detallada que permite identificar y localizar lesiones en los órganos abdominales.

El tratamiento del traumatismo abdominal cerrado depende de la gravedad de la lesión y de los órganos afectados. En algunos casos, se puede manejar de manera conservadora con observación cuidadosa, analgésicos y reposo. Sin embargo, si se identifica una lesión orgánica importante o hay signos de hemorragia interna, se puede requerir intervención quirúrgica urgente para reparar la lesión y controlar el sangrado. Además, en el manejo de estos pacientes, es vital tener en cuenta la posibilidad de lesiones asociadas en otras regiones del cuerpo, como traumatismos torácicos o craneoencefálicos.

La recuperación después de un traumatismo abdominal cerrado depende de la extensión de la lesión y del tratamiento requerido. Algunos pacientes pueden experimentar cambios en la digestión, dolor abdominal crónico o alteraciones en la función de los órganos afectados. También puede haber impactos psicológicos, como el trastorno de estrés postraumático, especialmente si el traumatismo fue el resultado de un evento violento o de un accidente grave.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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