DICCIONARIO MÉDICO

Tétanos

¿Qué es el tétanos?

El tétanos es una enfermedad infecciosa aguda y potencialmente mortal, causada por la neurotoxina producida por la bacteria Clostridium tetani, un bacilo grampositivo anaerobio y esporulado que se encuentra comúnmente en el suelo, polvo y heces animales. Esta enfermedad se caracteriza por la aparición de espasmos musculares intensos y rigidez en todo el cuerpo, principalmente en la mandíbula, el cuello y los músculos de la espalda, lo que puede dificultar la respiración y causar complicaciones graves, como la fractura ósea, la neumonía y la insuficiencia cardíaca.

La infección por tétanos se produce cuando las esporas de Clostridium tetani ingresan al organismo a través de una herida abierta, como cortes, laceraciones, mordeduras o quemaduras, especialmente si están contaminadas con tierra o materia fecal. Una vez en el tejido lesionado, las esporas germinan y la bacteria prolifera en condiciones anaeróbicas, liberando la neurotoxina tetanospasmina, que es transportada a través de los nervios periféricos hasta el sistema nervioso central, donde bloquea la liberación de neurotransmisores inhibidores, como el ácido gamma-aminobutírico (GABA) y la glicina, lo que resulta en una hiperexcitabilidad neuronal y en la contracción muscular sostenida y dolorosa.

Los síntomas del tétanos generalmente aparecen entre 3 y 21 días después de la infección, aunque la incubación puede variar desde 1 día hasta varias semanas, dependiendo de la localización y la severidad de la herida, así como de la cantidad de neurotoxina producida. El primer signo clásico del tétanos es el trismo, es decir, la contracción involuntaria y persistente de los músculos maseteros, que provoca la imposibilidad de abrir la boca. Otros síntomas incluyen la rigidez en el cuello, los hombros y el abdomen, los espasmos musculares generalizados, la sialorrea, la disfagia, la disnea, la fiebre y el sudor. En casos severos, los espasmos musculares pueden evolucionar hacia el opistótonos, una postura extrema en la que la cabeza, el tronco y las extremidades se arquean hacia atrás, y el paciente puede sufrir convulsiones, arritmias cardíacas y paro respiratorio.

El diagnóstico del tétanos se basa en la identificación de los síntomas clínicos, el historial de la herida y la ausencia de vacunación o la inmunización incompleta. No existe una prueba específica para confirmar la presencia de la neurotoxina en el organismo, y el cultivo de la bacteria a partir de la herida puede ser negativo incluso en casos confirmados de tétanos. El tratamiento del tétanos incluye la administración de inmunoglobulina antitetánica para neutralizar la neurotoxina circulante, la limpieza y el desbridamiento de la herida para eliminar la fuente de infección, la aplicación de antibióticos, como la penicilina o el metronidazol, para erradicar la bacteria, y el uso de medicamentos para controlar los espasmos musculares, como los relajantes musculares y los sedantes, entre ellos el diazepam y la clorpromazina. También se pueden administrar analgésicos para aliviar el dolor y, en casos graves, puede ser necesario proporcionar soporte respiratorio mediante ventilación mecánica. La fisioterapia y la rehabilitación son fundamentales para la recuperación de la función muscular y la movilidad en pacientes que han padecido tétanos.

La prevención del tétanos es esencial, ya que no existe un tratamiento específico y efectivo para la enfermedad una vez que se ha desarrollado, y la inmunidad natural no se adquiere después de la infección. La vacunación es la medida preventiva más importante, y se realiza mediante la administración de la vacuna contra el tétanos, que contiene el toxoide tetánico inactivado, una forma no tóxica de la neurotoxina que induce la producción de anticuerpos protectores en el organismo. La vacunación se inicia en la infancia, con una serie de dosis de la vacuna combinada DTP (difteria, tétanos y tos ferina) o DTaP (difteria, tétanos y tos ferina acelular), seguida de refuerzos periódicos a lo largo de la vida para mantener la inmunidad.

Además de la vacunación, otras medidas preventivas incluyen la higiene adecuada de las heridas y la profilaxis con inmunoglobulina antitetánica en personas con heridas de alto riesgo y sin inmunización completa. También es fundamental la educación y la concientización sobre los riesgos del tétanos, la importancia de la vacunación y el cuidado de las heridas, y la necesidad de buscar atención médica inmediata en caso de síntomas sugestivos de tétanos.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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