DICCIONARIO MÉDICO

Sumersión

¿Qué es la sumersión?

La sumersión en el campo médico se refiere al proceso de sumergir total o parcialmente el cuerpo en agua u otro líquido, ya sea de manera accidental o intencional. Este término abarca una amplia gama de situaciones y consecuencias médicas potenciales, desde los beneficios terapéuticos de la hidroterapia hasta las consecuencias graves y potencialmente mortales de la sumersión accidental, como la asfixia por inmersión y el ahogamiento.

La sumersión accidental es un problema de salud pública de gran importancia. Según la Organización Mundial de la Salud, el ahogamiento es la tercera causa principal de muerte no intencional en todo el mundo, con un estimado de 320.000 muertes al año. La sumersión accidental puede llevar al ahogamiento, que ocurre cuando el agua inunda las vías respiratorias y dificulta la respiración. En su etapa más avanzada, el ahogamiento conduce a la hipoxia, es decir, una falta de oxígeno que puede dañar gravemente los órganos vitales, incluyendo el cerebro, y resultar en muerte.

Sin embargo, no todas las sumersiones accidentales resultan en ahogamiento. En algunos casos, el reflejo de inmersión, una respuesta fisiológica innata que se activa cuando el rostro se sumerge en agua fría, puede proteger al organismo. Este reflejo puede ralentizar el ritmo cardiaco, restringir el flujo sanguíneo a las extremidades y redirigirlo hacia los órganos vitales. Además, la laringe puede cerrarse instintivamente para prevenir la entrada de agua a las vías respiratorias, un fenómeno conocido como espasmo de laringe. Estas respuestas pueden dar a la víctima de sumersión accidental tiempo vital para ser rescatada.

En contraste con la sumersión accidental, la sumersión terapéutica puede tener muchos beneficios para la salud. Un ejemplo es la hidroterapia, en la que la sumersión en agua se utiliza como parte de un plan de tratamiento. La flotabilidad del agua puede facilitar el movimiento y la ejercitación de los músculos sin someter a las articulaciones a un esfuerzo excesivo, lo que puede ser útil en la rehabilitación de lesiones. El agua caliente puede relajar los músculos y aumentar la circulación sanguínea, ayudando a aliviar los síntomas de enfermedades como la artritis. La hidroterapia también puede ayudar a mejorar la función cardiovascular y respiratoria, ya que el agua ejerce una presión uniforme sobre el cuerpo que puede ayudar a trabajar el corazón y los pulmones.

Además de la hidroterapia, la sumersión se utiliza en otras modalidades terapéuticas. Por ejemplo, en la terapia de descompresión para buceadores, la sumersión en una cámara hiperbárica se utiliza para tratar enfermedades relacionadas con el buceo, como el síndrome de descompresión. En la termoterapia, la sumersión en agua caliente o fría se utiliza para aliviar el dolor muscular y mejorar la recuperación después del ejercicio.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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